Imperial ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ | Omevagerse

03: Imperio contigo

El omega vio incrédulo al emperador alfa, mientras las palabras del alfa resonaban en su mente. Bajó su mirada a donde el emperador besaba sus manos y sonrió, mientras asentía con ligereza.

—Sí, me gustaría mucho hacerlo—Musitaba con tranquilidad— Y espero lo hagas bien...

—Hagamos, ya somos un equipo—Respondía levantándose a la altura del omega— JungKook... sé que te mandaron a unirte a mí, que fue petición del consejo.

—Sí emperador pero...

—No, yo en verdad estoy cautivado por ti—Admitía mientras el menor se sonrojaba ante ello— Mi alfa te ha pedido a ti, no puedo hacer lo contrario sabiendo que...

—También yo siento a mi omega pedir por ti—Musitaba sonrojado el menor— Y no creo que sea malo, supongo que el consejo lo sabía.

—Sí, creo que fue el destino el que nos unió—Sonreía el emperador, mientras acariciaba el rostro del omega— Y en verdad sé que eres mi pareja destinada. ¿También lo sientes?

—Sí, creo que lo somos—Sonreía con timidez, mirando al alfa—En verdad no creo que haya alguien más...

El alfa acarició las mejillas del menor y se fue acercando lentamente, hasta que los labios de ambos chocaron estrepitosamente. Dando así ambos un beso algo tímido y sincero al contrario, donde los labios reposaban en los del contrario sin querer ir más allá.

TaeHyung deslizó sus manos a la cintura estrecha del omega, acariciando con suavidad la zona, como si tuviera miedo a romper al chico. JungKook sólo atinó a poner sus manos en el pecho del alfa, completamente entregado al acto. Se separaron con lentitud, mirándose a los ojos con adoración.

—JungKook, en verdad me volverás loco—Musitaba el emperador alfa con tranquilidad—Veo que ya es algo tarde, ¿Deberíamos ir a cenar?

—Creo que es mutuo...—Musitó sin pensar, para luego sonrojarse por aquello— Yo... s-sí, vamos a cenar, me muero de hambre.

El peligris sonrió ladino, mientras se encaminaba al lado de JungKook a cenar, ambos con el corazón a galope y un extraño sentimiento de cercanía hacia el contrario. Pronto se fueron hacia el enorme comedor que decoraban con esmero para el emperador y ahora, su consorte.

Mientras comían, se les notaba tímidos y se regalaban miradas avergonzadas y nerviosas. Terminaron de cenar en silencio, para encaminarse cada quien a su respectiva habitación despidiéndose en el acto.

JungKook entró a su habitación y soltó un suspiro, mientras sentía las mejillas ardiendo. Aun podía recordar el beso que había compartido con el alfa, un toque tan suave como pétalos de rosas pero con un sentimiento entre este que no podía ocultar.

— ¿Por qué hice eso? —Indagó al aire.

Recordaba como a pesar de su naturaleza rebelde, había sorprendido a todos al aceptar tan a la ligera estar como el consorte de en aquel entonces, misterioso emperador.

Pero lo que nadie supo, salvo él, fue que a pesar de ser muy rebelde, sabía de las necesidades de su reino. A pesar que era el más enriquecido después del reino púrpura, el cual era el supremo. Ya que habían si no carencias, sí inseguridades.

Pero al parecer no solo era en su reino, ya que el paseo espontaneo con el alfa, les enseñó a ambos que la inseguridad y temor era lo que irrumpía la prosperidad del lugar. Esos niños les habían contado sobre los alfas malos, o como ellos así les llamaban. Y justamente por ello fue que se había aceptado sin rechistar el unirse con el emperador supremo.

Al inicio no pensó que fuera tan atractivo y menos que su omega clamara por él, sino que, pensó que siendo parte del harem real o siendo el omega consorte del emperador supremo, podría aprovechar para pedir ayuda a su reino o hacer que este fuera más seguro. Sin embargo, todo había dado un giro inesperado. No solo por el hecho de que al inicio odiaba que TaeHyung no fuera responsable de su reino, aunque quizá ahora era un error. Sino que, había una amenaza que ni el propio emperador supremo ni él sabían hasta ese momento. Los alfas malos.