No Estabas En Mis Planes CAMREN

C A P I T U L O 23

Camila

El lugar era tranquilo, se podía sentir una tranquilidad devastadora y relajante, me encanta.
Lauren estaba acomodando y armando la casa de campaña.
Yo estaba ayudándola por igual, justo al lado de la nuestras estaba la de las chicas y ellas terminaron primero con una sonrisa triunfante, se enderezaron y chocaron los cinco.
Nosotras lo hicimos unos 10 minutos después de ellas.
Luego mis padres con Sofi y los abuelo en la suya también.
A mi parecer el día estaba perfecto.
— ¡Muy bien! Todos escuchenme
Mi atención estaba en el abuelo que se coloco en el centro y miro a sus lados.
Lolo estaba cruzada de manos tratando de parecer seria y Lucy estaba atenta mirando a su amor enamorada.
Mis padres juntos con mi hermana
— Gracias, Emmm bueno, esto durara dos días ¿Qué tal eso?
— Me perece una estupidez, que sean tres días.
Lern estaba seria y eso a Vero le intimidó y asintió.
— Que ruda Jauregui.
— ¿Y qué haríamos en estos tres días?
Pregunte.
— Eso no lo sabemos, que tu novia nos diga.
Intervino Verónica con fingida molestia y todas miramos a Lauren.
— Primero lo primero, recolectar la leña.
Tomo mi mano y las otras dos se tomaron la molestia de reproducir su musica y preparar los utensilios mientras nosotras juntábamos la madera.
Los demás se concentraban en armar una mesa para estar todos allí
Caminamos no muy lejos, con el silencio todavía se apreciaba los ruidos de la canción .
Yo miraba al suelo buscando los más apropiados.
De la nada sentí su labios colarse por mi cuello desde atrás.
Fui ágil y la moví hasta el tronco del árbol más cercano.
Me apresure a besarla con fervor y ella colaba sus manos por mi espalda, un poco más abajo.
De momento no sabia de donde salia estas ganas de quedarme aquí y saborearla, de tenerla y el beso jamás se rompía más subía de intensidad, ella me tenia loca.
— Dirán que nos tardamos mucho para escoger ramas.
Dice mordiendo mi lóbulo .
— Tú empezaste. — La acuse, pero me separe de ella con una brillante sonrisa.
Conteniéndose por lo mismo ella también, gracias a que sus ojos estaban oscuros y me miraba el trasero descaradamente.
— Tomaré estas — Me incline dándole una mejor vista.
Frente a sus ojos estaba lo que más se pierde por preocuparse por los demás.
— Mierda, es hora de volver.
Me di cuenta que evito mi intensión y recogía unas ramitas del otro lado.
Cuando ya teníamos los suficientes decidimos volver.
Ellos ya estaban sentados en la mesa desplegable, Sofi intentando tener señal, Lucy ayudando a la abuela con el sartén, mamá con Verónica eligiendo la mejor leña, yo con Lauren nos dimos la tarea de ayudarle a papá acomodar la cuatrimoto en las sombras de los pinos y árboles.
No sabía que lolo podía conducir una, y papá fascinado hablado de motos con mi novia.
¿Cómo es posible que ella sea tan rebelde y elegante a la vez? No cabe duda que ella es un baúl de sorpresas para mi.

Lauren

— Si aunque yo prefiero mi moto sobre el auto.
— No puedo discutir sobre eso, no sabía que conducías una.
— Pocos lo saben, pero no es algo relevante.
— Eso puedo ver.
Nos quedamos al lado de la cuatrimoto discutiendo sobre modelos resientes sobre ellos.
Una razón más para sorprenderle, si por que no, se le veía complacido y sorprendido por las anécdotas que le mencionaba.
Al frente estaba la escena más tierna y a mi gusto la más hogareña que había llegado a tener en todas estas vacaciones.
Camila se aburrió de nuestra conversación y se dirigió ayudar a los demás.
Junto a Verónica, Lucy y su madre.
Los abuelos estaban admirando el paisaje y teniendo la libertad de señalar los detalles más hermosos, Sofía estaba en su teléfono con un juego que a mi parecer la hacia perderse de la diversión pero, claro al fin adolescente.
Por cierto, el lago estaba al otro lado y sinceramente pretendía emborracharme con mis amigas y mi Camz para la acampada.
Adiós planes.
Ya con la comida lista, el atardecer en su punto, con esos colores del atardecer que me encantan, ya era comida - Cena, igual se disfrutaban.
Me senté al lado de Camz que pronto me deslumbro con sus habituales sonrisas sinceras, eso es lo que más adoraba de ella, a pasar de su actitud altanera y que dios me libre eh conseguido apaciguar en distintas ocasiones, su sonrisa y su increíble personalidad, siempre alegre, amorosa era lo mejor para mi.
Todos tomaron asiento, unos frente a otros, conversando, dejando de lado el inconveniente, solo enfocándose en el ruido del bosque, en el de la musica perfecta para el momento.
Me sentía completa, perfecta, feliz.