C A P I T U L O 25

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Lauren

Cuando Camila se quedo completamente dormida apagué la televisión, y me atreví a mirarla, pasaba mis manos por su sedoso cabello, mi otra mano libre recorría sus facciones del rostro, delineando cada parte, me grave exactamente todo, llegue a pensar que era incluso enfermo.
Pare ...
Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a mi mala protección, en estos momentos estaría devastada, por que él hubiera logrado su cometido, vengarse, es un jodido bastardo.
Menos mal que sus padres no saben nada del monstruo que tienen como hijo.
Trate de dejar descansar a Camila pero cada que me movía podía notar como se acurrucaba más a mi, sujetando mi cuerpo al suyo. Todo eso lo hacia inconsciente, claro.
Suspire calladamente y de a poco me separe de ella, la tarde no había pasado del todo, sus padres habían llegado por lo que alcanzaba a ver en el patio delantero, estaban todos allí, sentados en su mesa de campo, que estaba cubierta por una sombrilla enorme como techo.
De seguro no saben nada, desearía que se quedara así, no quiero que ellos se metan en cosas que son solo nuestras.
Yo no tenia ni una pizca de sueño, pero tampoco tenia ganas de hacer algo que requiera esfuerzo.
No quería irme de su habitación, lo único que hice fue esperar a que se levantara, sentándome en una silla , no sin antes ir a mi cuarto, tomar lápiz y mi block de dibujo, con sumo cuidado volver al suyo y me posicione con la silla en un costado de la cama, mirándola dormir y comenzando a realizar su boceto, claro que se movía y lo más conveniente era apresurarse, no quería tomar fotos por ahora, llegaría a ser enfermo y yo solo quería dibujarla.
Ahora que recordaba, habíamos tomado unas cuantas en su teléfono, en el río, en el bosque, en todos lados en cuanto se nos venia el tiempo, me saque una propia risa y continúe con lo mío, tal vez podría hacer una pintura de Camila más adelante ... No me había planteado aquello,  ella y yo juntas .... Más tiempo, hacerla feliz, más de lo que me hace ella a mi.
Con tanta emoción al pensarlo, se me fue el tiempo, había acabado de hacerlo, solo me faltaba sombrearlo, perfeccionarlo si era posible.
Hacia el menor ruido y dado que ella se movía mucho cuando dormía, de vez en cuando palmeaba mi lado de la cama y al no notarlo, confundía mi presencia con la almohada y se abrazaba a ella tan tierno que solo podía aguantar la risa y dejar de sentir envidia por la propia almohada.
Así paso un largo rato, con las puntas de su cabello , hacia travesuras en su cara y ella hacia gestos tan lindos.
Cuando por fin me canse y de verdad deje de molestarla me senté quietamente y leí un libro tomado de las estanterías, no iba a dejarle sola. No ahora que sabia que Austin era una jodida mierda.
Me tranquilice, leía tan lento como me lo permitía la lectura, quería entenderla del todo, me metí tanto en ella, me concentre y perdí el tiempo de cuanto llevaba allí. Les podría decir que hasta me inspire, suspiraba en los momentos de verdad tristes, nunca había leído un libro por más de un día, por mucho dos, los acababa rápido, en una sola tarde.
Las risas de afuera en el patio me daban a entender que se la pasaban de maravilla y como no, mis padres habían llegado y los de Camila estaban conversando como nunca, tal vez llevaban mucho tiempo sin verse, realmente el mundo es muy pequeño, ni idea de que se conocían bien.
Eso era para mi algo hermoso, mis padres y los de mi novia conviviendo de lo mejor...
Ella me ama y mis amigas se llevan bien.
No podía pedir más que eso, que me hacia feliz, tranquila...
Mi equipo, entrenaba a lo lejos por lo que podía ver, seguro se tomaron la molestia de no avisarme para cuidar a Camila por lo que sucedió, en estos momentos me sentía idiota de tener celos de Alexa, era algo que paso hace mucho y yo no podía evitar que muy en el fondo era algo celosa.
Me gustaban estos momentos de reflexión, me gustaba que el viento me acariciara la cara y respirar tranquila, mucho más si era el aroma de Camz .

Camila

Me sentía descansada, me sentía feliz, Lolo estaba conmigo en mi cuarto, cuidándome, nunca se despego de mi lado, al menos no realmente, porque palpaba la cama y no estaba ella a mi lago, me hizo despertar la desilusión de no tenerla cerca ya. Pero después de un rato, ella estaba a un costado de mi cama, sentada en una silla con las piernas cruzadas y con un libro en las manos, oh por dios se veía tan sexy leyendo, tan linda cuando fruncía el entrecejo cuando no entendía algo ó cuando estaba suspirando al leer algo desgarrador. Conocía bien el libro, lo leí en el verano pasado y por lo visto le encantó.
No se dio cuenta de que yo era la que ahora fingía que estaba dormida sólo para observarla, no se daba cuenta, estaba muy hermosa leyendo el libro.
No me moví para poder verla y en cuanto lo término me sorprendió de su rapidez. Lo dejo en el mismo lugar de siempre y camino hasta la ventana, ya era noche, las 8:17 para ser exactos. Escuchaba como el viento soplaba hacia la habitación, las voces de abajo.
Su sola presencia me hacia feliz, deseo poder contarle lo que he hecho en estos últimos días, seguro se pondrá feliz.
Pero encontraría el momento correcto para decirle.
Sin dudas me acerque hasta donde se encontraba ella y la rodee con mis brazos, se sobresalto un poco pero dejo caer su cabeza en mi hombro derecho.
Y yo aproveche para besar su cuello, moviendo su cabeza para darme más acceso logre sacarle un gemido.
Mis manos se deslizaron por sus pechos y desataba con cuidado el botón de su pantalón.
— Ellos podrían vernos — Dijo con dificultad.
Entonces no hizo falta que me separara de ella y de su cuerpo estremecido, y di pasos atrás alejándola de la ventana y atrayéndola más a mi, que la necesitaba tanto, la gire y la mire a los ojos, es todo lo que necesito ahora, siempre es a mi a la que complace, es por mi por la que se ha arriesgado, ha sacado su mejor lado y lo adoro, es tan sensible .... Tan dulce .
Su actitud de antes era una mascara y me encanta ese lado también, la amo.
Eso me hace reír y hacerla reír a ella también.
Tan tímida, tan sexy que me mata con solo mirarla a los ojos, es imposible que ella sea mía.
— ¿Por qué has tardado tanto en llegar a mi vida?
Deje un apasionado beso en esos gruesos labios, suaves y tan conocidos para mi que no pude resistir, mordí el lado inferior y tire de el.
— Por que estaba dicho que llegaría ahora. No antes, no después, era ahora.
Me coloco su mano en mi cuello y profundizo el beso, no le fui indiferente y mi lengua estaba dentro de su cavidad bucal jugando con la suya.
Me tomo del dobladillo de mi polera y la saco de un tirón.
Yo por igual lo hice con la suya, me hizo caminar de espaldas, y toque la pared con mi espalda, ella me ponía mucho con su pierna entre las mías y me movía de un lado a otro
Mi cabeza estaba hacia atrás en cuanto hizo fricción, me beso de nuevo y con sus hábiles dedos desabrochó mis pantalones, quitándolos y poniéndose de rodillas para apartarlo.
— ¡Me pones mucho! — Esos ojos llenos de deseo me incitaban cada vez más.
Inclinada así, era tan delirante, hizo a un lado las bragas y su caliente lengua dio un repaso por mi sexo.
Por dios Lauren, pose mis manos en su sedoso cabello y la acerque más a mi y era una perdición que levantara la mirada y siguiera haciéndome delirar con sus movimientos, sus manos me rozaban las pierdas de arriba a bajo, después paso hasta mi ropa interior y las bajo completamente.
Como si fuera poco, me alzo y enrollo mis piernas alrededor de su cintura y me sujetaba fuerte con sus brazos pegados a la pared, daba mordidas en mi cuello que seguro serian notorios en unas horas.
Se frotaba y suspiraba pesado — Siento lo mojada que estas — Acabó la frase mientras yo sentía su tela como una textura placentera. Vamos Lern no dejes de hacer aquello.
Ya no tenia ropa interior ni una, ella tampoco y yo me encargue de eso, me resultaba terriblemente irresistible. Me seguía sosteniendo pero con las fuerzas que tenia me llevo de vuelta a la cama y me deposito despacio.
Ya no eran besos atrevidos como hace unos segundos, eran tiernos, lentos, húmedos y pensados, recorría todo mi cuerpo así, amándolo.
Me estaba recompensando de alguna manera pero yo quería hacerlo por ella.
Tome su mentón y la bese con tanto desespero, la necesitaba, y no precisamente tierna ahora.
Yo estaba a horcajadas en sus piernas y ella paso sus manos por mi trasero.
Yo moví mi mano derecha por su abdomen y pasaba mis uñas por su vientre, obtuve un jadeo ahogado por su parte. Sin importarme demasiado, deje una marca en su cuello, concentrada en ella nada más.
— Te juro que me encantas ... — Decía mirándome a los ojos y Meciéndome con algo de prisa.
Me separe de ella y la acosté, jugué con sus pechos y emitía gemidos que me hacían querer continuar.
Pase mi lengua tortuosa y lenta por su abdomen.
Ella miraba de vez en cuando mis acciones, mordía su labio en cuanto bajaba más hacia su vientre, y en cuanto toque su clítoris con mi lengua, paso su mirada al techo cerrando los ojos, continuando con los labios entre abiertos.
— Camila ... — Gemía y movía sus caderas y yo me esmeraba aún más.
Estaba con sus fluidos por todos mis labios, ella no detuvo el ritmo y yo tampoco, deseaba tanto que se viniera por mi.
Mis dedos índice y medio pasaban por su centro en círculos y ella dio un pequeño grito en cuanto estuvieron dentro, los movía rápido y fuerte que ella se agarro de las sabanas haciéndolas puños.
— Oh dios mío — decía jadeante y con la respiración agitada.
Me ponía así, tan expuesta y entre sus piernas, era una vista que no se comparaba con cualquier otra.
Acelere más rápido mis movimientos y la fuerza de mi lengua que basto cuatro embestidas más, y un sonoro grito inundo la habitación, se vino en mi boca y con mi lengua di unas succiones más, deje que se restableciera y que disfrutará de sus espasmos placenteros.
En cuanto lo hizo, me atrajo a ella, besándole con la misma energía y sentimientos, me separe de ella que seguía acariciándome el cabello.
— Ven aquí.
Me abrazo de tal forma que mis piernas quedaban envueltas a su alrededor, nos saco de la cama y camino besándome hasta hacerme girar y reconocer nuestro reflejo en el espejo de cuerpo completo que había en mi habitación.
Ella estaba atrás de mi y jugaba con el lóbulo de mi oreja, eso me estremecía y lo mordió, por instinto cerré los ojos.
Sus manos no se estaban quietas y descendieron por mi cuello, parándose una mano en mi abdomen.
Lauren seguía besándome por todos lados, mi hombro, mi cuello y mi espalda, era incapaz de verme en el espejo, mantuve los ojos cerrados y así podía sentir mejor sus labios húmedos por la piel de mi espalda.
Sentía que se arrodillo y lamia las partes internas de mis piernas, mierda como temblaban y era tan tentador verlo que abrí mis ojos y la mire.
La escena era completamente excitante para mi, veía como se pasaba enfrente de mi, sus manos malditamente cerca de mi sexo, su cabello alborotado suelto por su espalda y su brillante cuerpo, con una ligera capa de sudor.
Dios, como podía estar así ahora.
— Nos vemos perfectas mi amor.
Se levantó y me beso, ágil, rudo incluso.
Su mano de repente en mi centro moviéndose y yo dando un saltito y despidiendo jadeos de mi boca.
Apoye mis manos en sus brazos y entonces se volvió a colocar atrás de mi, sin dejar de acelerar sus movimientos.
— Lauren, creo que ...
— Lo sé, lo sé, .... Hazlo.
Introdujo sus dedos y sabia que no podía estar sin que escuchara mis grito.
— Nadie te escucha, todos están afuera, vamos Camila.
El solido obsceno que producía la ida y venida de sus dedos, chocando una y otra vez, estaba cerca.
— Así, sigue así...
Me dio un golpe en mi trasero y me hizo mirar la que me hacia, oh por favor.
Tire mi cabeza en el hueco de su hombro y mi cuerpo se arqueaba, no podía sostenerme en pie ya que me inundaba la sensación tan esperada, ella paro sus movimientos y me cargo para estar de nuevo en la cama.
— Te amo — Murmuro y la abracé.

No Estabas En Mis Planes CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora