Yukiko Aisuki II

Capítulo 18: La paz antes de la tormenta

Yukiko:

En estos momentos me encontraba sola en la casa de Kakashi por lo que decidí invocar a Miketsu-San

— Hacía tiempo que no me invocaba Yukiko-hime.

— Yo también te he extrañado Miketsu-San. — Le sonreí. — Necesito que me hagas un favor.

— Lo que sea, sabe que lo cumpliré.

— Siento mucho en las situaciones en las que te he metido Miketsu-San. — Intenté disculparme. — Por mi culpa tu raza te ha discriminado, todo por decirme el lugar en donde encontrar esa flor.

— Le juré lealtad a usted Hime-sama no a mi raza.

Aún así me sigo lamentando ese hecho, soy una egoísta.

— Encuentra a Konan, lo más probable es que se encuentre en la Aldea Oculta en la Lluvia. — Le expliqué. En estos momentos esto es mucho más importante.

El zorro blanco desapareció.

❄️❄️❄️

— Yuki-chan ¡No lo vas a creer! — El rubio irrumpió en la casa de su sensei. — ¡He sido asignado a una importantísima misión-dattebayo!

— ¿Ah si? — Sonreí ante su emoción.  — Felicidades, llegaste justo a tiempo, estoy preparando Katsudon.

— ¡¿Ehh?! ¡Deberías de haber hecho Ramen!

— Naruto, eso es lo que comiste ayer. — Una gota apareció en mi sien. — No puedes comer Ramen todos los días.

— ¡Yo puedo comer Ramen todos los días-Dattebayo!

Todo había cambiado desde que le conté la verdad a Kakashi, claro que evite contarle mis asuntos de Akatsuki, pero Naruto siempre me visitaba en el apartamento del peliplateado.

Aun cuando el rubio no conoce la verdad, me sigue tratando como solía hacerlo y es algo que aún pesa en mi corazón.

Le serví un plato, también me habían quitado las molestas esposas, ahora simplemente escondía mi chakra.

Ambos nos sentamos a comer.

— Naruto... — Observé detenidamente mi comida.

— ¿Qué sucede Yuki-Chan?

— ¿Me has perdonado?

El rubio me miró confundido.

— Deje la aldea cuando no estabas y me uní a la organización que busca asesinarte y no solo eso sino que también he ... — Naruto dio un golpe a la mesa interrumpiéndome.

— ¡Claro que lo he hecho Yuki-Chan! No estaría aquí si no fuera así.

— Pero no solo me uní a esa organización, también cumplí misiones... donde tenía que asesinar.

— Yuki-Chan...

— ¡Y lo hice! Mis manos están manchadas de sangre inocente... yo soy un monstruo, no merezco tu perdón Naruto.

Baje mi mirada viendo el suelo, a pesar de no haber entrado por voluntad propia a Akatsuki, hubo momentos en los que dudé si realmente estaba haciendo lo correcto, si debía seguir los ideales de la organización.

Naruto me abrazó, por lo que terminé llorando en su pecho.

— Estas llorando por que no eres indiferente a lo que hiciste Yukiko, te arrepientes de tus acciones, por lo tanto tienes salvación. — Me estrecho con mayor fuerza. — No eres un monstruo, Yuki-Chan. Desde siempre has sido como mi hermanita, me dolió cuando te fuiste, pero estás devuelta y es lo que importa.