𝐄𝐋 𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐌𝐀 + JiRosé

III

Chapter3:-

Semanas más tarde...
06:53 am.

-¡Qué hacés aquí!

Dio un respingo cuando lo vio en la cocina bebiendo café.

Habían días en que Jimin se quedaba a dormir, ya qué su trabajó quedaba lejos de su departamento. Aprovechando la cercanía de la residencia Park, dormía en esta misma.

-Me quedé a dormir aquí.-siguió ante el silenció.-No sucedió nada sí es lo que piensas.

-No iba a pronunciar palabra alguna. No es de mi incumbencia, permiso.

-Espera, Chaeng.-la detuvo tomándole la muñeca. Ella lo miró mal.

-Suéltame.-se soltó brusca.

-Dímelo. Dímelo a la cara.-Rose bufo.

-No sé qué quieres que diga.-se hizo la desentendida.-Algunas veces no te entiendo. Eres tan raro.

-Éstas celosa.-dijo por ella.

-No digas tonterías.-río al final.-¿De mi madre? Por favor.

-Entonces, ¿por qué no me miráis a la cara? Decírmelo.

-Te estoy odiando en estos momentos. Dije que no quería volver a verte cerca de mí.-atacó molesta.-Largaté de una vez. Que molestó.

La abrazó por la cintura envolviendo su brazo por la espalda baja. Ella lo detuvo con ambas manos apoyadas en su torso masculino.

Levantó la mirada encontrándose con los avellanos de él. Rápidamente la desvío observando cualquier punto de la cocina.

Sintió como Jimin bajaba la cabeza. Su respiración estaba cerca de su rostro. Era agitada, rápida y caliente.

-Dejarme ir.-murmuró.

-No quiero.

-Te golpearé sí no lo haces.

-Obligarme.-la retó.

Levantó la mirada con furia. Sus rostros estaban a escasos milímetros de distancia. Sus mejillas se volvieron carmesí en un segundo.

-D-debo... Debo ir a... clases.-pronunció como pudo.

-Rose... -buscó los oscuros ojos de ella colocándole una mano en su cuello. La pelirroja no puso resistencia.

-No me hagáis esto.-suplicó.-Dejar las cosas como están. No lo hagáis más difícil.

-Quiero correr el riesgo.-rozó sus labios con los rosas de la menor, causando que ella soltará un leve suspiró.

-Odió cuando hacés eso.

Ella misma fue quién cortó la distancia entre ellos.

Apretó con puños la camiseta de él, ante la presión del gestó. Se separaron por falta de aire.

-Ya es suficiente.-volvió a hablar la fémina.

Se soltó y volvió para salir de la cocina, estaba a pasos de la puerta, cuando la tomó de la cintura y la obligó a sentarse en la isla.

Él la atacó. Acunándole el rostro entre sus manos.

-Te odió.-dijo al separarse. Rodeó el cuello masculino y sin decir nada, volvieron a besarse.

Un beso lento, duró y desenfrenado.

Sus manos buscaban con desesperó más contactó. Dejó la boca femenina, para llevar sus labios hasta el finó cuello de la pelirroja.