Lo se, tengo un chingo de cosas por escribir, pero es que me aburro rapido, soy como Junko.
Así que, como dice el titulo, 30 días de kamukoma, mi otp y seguramente el de muchas/os.
komaedo jugaba con sus dedos, aburido, durante toda la ''cita'', que mas bien era una salida de amigos, Kamukura no se había dignado a hablar.
''¿Por qué traerme al parque y ni siquiera hablarme?, me aburro''.
El alvino, hundido en sus pensamientos fue siendo rodeado de una neblina negra imaginaria, tratando descifrar el ''por qué''.
-Ya es hora de irnos- dijo monótomo el azabache, se levantó de el banco y empezó a caminar en dirección a su apartamento, seguido por detrás por una molesta nubesita.
Komaeda, molesto, jaló no con tanta fuerza el pelo del de ojos rojos, este, molesto, miró al alvino, arqueó un ceja, exigiendo respuesta de por qué hizo eso.
-¿Tan solo me invitaste para pasar una hora, ¡una hora!, sin decir nada?- cuestionó, empezando a surgir la cólera en el.
El azabache rodó los ojos -pasar el tiempo- respondió seco.
-¿Solo eso?, pudiste por lo menos, no se, decir algo, invitarme a algo, como una persona normal- exigió.
-Si querías algo, solo tenías que pedirlo- sugirió.
-kamukura, tú me invitaste, creí que tenias algo en mente, algo planeado- el azabache rodó los ojos, ¿Qué tan difícil era entender el ''pasar el tiempo''? -sabes, sino tenias planeado nada pudiste haberme dicho, Hajime me había propuesto ir a la alberca hoy, ¡lo rechacé solo por ti!, ¡kamukura, me aburrí estando contigo!, eso nunca sucede...es...raro...- agachó la mirada, suspiró pesadamente, empezó a caminar, pasando de largo a el mayor -¿Sabes qué?, me voy, nos vemos- finalizó.
Kamukura se quedó unos segundos pensando, ¿Hajime había invitado a su Komaeda a salir? eso no le agradaba.
Pero a la vez pensaba en la decepción que le causó al alvino, de nuevo, esto no lo agradó.
Adelantó el paso, y cuando estuvo lo suficientemente cerca del menor, le tomó de la mano.
Komaedo giró su cabeza, mirando al azabache, sus ojos demostraban molestia -¿Qué?- preguntó.
-Disculpa, ¿Si?, mañana salgamos un rato, una cita, si quieres- con su pulgar acarició el dorso de la mano del menor.
El alvino se quedó mirando sus manos, entrelazadas de forma...¿cariñosa? -¿por?- cuestionó.
Kamukura lo pensó un segundo, ¿Por qué hacía esto? no escomo si le importase la relación que tiene con el alvino -voy a preparar una cita, dedicada especialmente para ti- completo, aunque,prefería morir que tener una cita, da igual con quien fuese, lo hizo, lo prometió y tiene que cumplir.
Al algodonsito de azúcar se le iluminaron los ojos, embobado, con el corazón latiendo a mil, sus mejillas de un rojo carmesí tenue, aceptó -claro-.
Aun, tomados de la mano, se retiraron de aquel arque, acordando la hora y día de aquella salida.
FIN ALV.
Actualicé rápido...¡SIENTO EL PODER ALV!, okno.
Que tengan buenas noches, yo me wea ir alv, los amo, yo más, bye.
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