24: Haciendo las pases después de una pelea.

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*c rasca la nuca* hombre, la neta no se como hacer esto, no se ni por que puse el ''continuará'' en la parte anterior, me arrepiento alv, es que la neta me pasé con el tema que puse, siendo yo de latinoamerica ¿Cómo voy a encontrar solución a un problema de Japón? nmms. En fin, empecemos:

Camina de un lado a otro por la habitación. Está desesperado y no sabe que hacer. Y por primera vez en su vida desea que un pequeño rayo de esperanza lo ayude.

Pero, en este caso, él mismo es su esperanza, no puede esperar ayuda de otro que no entiende su situación.

No puede concentrarse para utilizar sus talentos y encontrar una solución y eso le desespera más, se siente imbécil por como trató a  su marido sin siquiera haberse dado cuenta.

Y se odia por ellos, porque quien sabe que estará haciendo en casa de Hajime. No es que no se fíe de su marido, es que conociendo a Hajime este hará lo posible para que Komaeda no quiera volver a ver a Izuru.

No es la primera vez que sucede, y eso le irrita más.

De las pocas veces que ha perdido la cabeza esta es una de ellas. salió de su trance de desesperación al sentir como algo jalaba de su pantalón. Era Shuu, el gato negro que Komaeda había adoptado.

Cargó las pequeño minino, dejándolo a la altura de su rostro,y preguntó -¿Qué haga Shuu? ah, ¿A quién engaño? tan desesperado estoy que hablo con un animal-.

Estaba a punto de bajar al gato, cuando este con su pata tocó la punta de la nariz de izuru.

Y por algún motivo, aquel pequeño tacto rompió el corazón del azabache. Calló de rodillas al suelo, soltando al gato al instante, sintiendo su garganta arder, y las ganas de llorar a mares.

El gato se acurrucó a su lado ¿Quien diría que un animal podría entenderlo?.

Tragó saliva, no era momento de llorar, sino de recuperar al amor de su vida. Limpió la fina lagrima que recorría su mejilla, sintiéndose lleno de determinación.

-¡Vamos Shuu, tenemos un chico que recuperar!- miró con determinación a su compañero, el cual lo veía de igual forma.

Ambos salieron del ambiente lúgubre del hogar, directo a donde se encontraba la persona más importante para ambos.

[En casa de Hajime >:v]

(Perdón, será un cliché, no se como hacerlo ;-;)

El hombre de larga cabellera miraba aquel balcón por donde había trepado el ágil gato, con la intención de llevar al alvino a aquel lugar.

El alvino descansaba plácidamente el el sofá de aquella casa ajena, y en sus mejillas se marcaban los restos de lagrimas 

El suave gatito despertó a su lindo dueño frotando su cabeza contra la mano que caía por el borde del sofá.

-¿Shuu?- se estrujo los ojos mientras se sentaba, pestañeo varias veces sin poder creerlo ¿Cómo su preciada mascota había llegado?.

Jalando de la chaqueta verde, el gato guió al alvino hasta el balcón, donde se podía ver claramente por la luz que desprendía algunas habitaciones de la casa, al hombre mirando fijamente y con tristeza a su marido.

-Komaeda, se que no soy la persona que quieres ver en estos momentos, pero por favor, déjame hablarte- su voz era seria, pero no como siempre, a pesar de sonar como si la situación fuese de lo más común, en sus palabras dominaba la sinceridad, dolor, pero sobre todo, amor.

El alvino frunció el ceño, ya era más que tarde, incluso se podía ver como el son empezaba a salir en el horizonte -Es tarde...pero te escucharé- se sentía dolido, pero como persona normal decidió no alterarse y escuchar. 

3O DÍAS OTP (kamukoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora