—¡LUCAS!— Grité con todo lo que pude corriendo aún, para después tirarlo al suelo.
—Quítate de encima Legolas.— Dijo Lucas empujándome.
—¡Necesito que vengas conmigo al salón de ciencias pero ya!
—No, quede de verme con ChaeYoung en la cabina de fotografías— Se levantó y comenzó a alejarse.
—¡Como puedes preferir irte a tomar fotos con la enana ponzoñosa!
—¿Como le dijiste a Chae?— Dejo de caminar y regreso a mi.
Muy bien Yukhei, toma el cebo.
—Enana ponzoñosa.
—No te permito que le digas otro de tus apodos a mi novia ¿si? Ten más respeto con ella muñeca de trapo.
—¿Desde cuando ella merece respeto?
Lo sé, estaba jugando con fuego, pero que más da si me quemo solo un poquito, al final y al cabo JungWoo terminaría más quemado que yo, si saben a lo que me refiero.
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Eso es lo que me pondría feliz.
—Basta, elfo de bolsillo.
—Tranquilo tigre, solo venía a avisarte que tu equipo de negocio te está buscando, van a hacer revisión de ganancia en la sala de ciencias.
—¿Por qué en la sala de ciencias? A estas horas no está habitada.
—¡Por eso mismo idiota!, digo, por eso mismo Xuxito, van a contar dinero.
El machote me miro, entrecerró los ojos y comenzó a correr hacia el salón.
Con dinero baila el perro.
No veo ni mi mama, ni mi escultura de oro en algún parque de Seúl y mucho menos mi Daesung, quiero decir mi Daesang.
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Me sentía victoriosa, caminaba a mi paso normal, ósea corriendo, tenía que llegar al mismo tiempo que JungWoo entrara al salón y así poder encerrarlos y no dejarlos salir.
Sabía que el candado que compré por accidente hace unos días me serviría de algo.
Me escondí detrás de un casillero cuando vi a JungWoo pasar, luego, se asomó al salón.
—¿JungWoo?—Se escuchó la voz de Lucas.
—¡¿Yukhei?!— exclamó JungWoo al mismo tiempo que yo lo empujaba dentro y cerraba rápidamente las puertas para que no escapara.
Ahora a esperar y llamarle a Irene para que nos encontremos en la parte trasera del salón y así poder grabar todo lo qué pasa desde las ventanas.
Este era el momento en el que el LuWoo se iba a reproducir como si fueran conejos y no me lo perdería por nada.
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