Capitulo 18: Princesas

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Llevaba ya una semana sin saber nada de Finn, fingir que no me dolía era fácil, ya estaba acostumbrada. Mientras el resto pensaba que me encontraba perfectamente yo moría por dentro. Después de darlo por perdido volvió, y bastó menos de un mes para que se fuera de nuevo. Nunca fui buena conservando a la gente, sinceramente no sé cómo duré tanto con Vico.

Ya no me controlaban tanto, los daños del "accidente" como el director decía, ya estaban más que curados. Bella no fue sancionada aunque todos los chicos, incluido Andy (que era sobrino del director), dieron testimonio a mi favor el director dijo que no había pruebas suficientes. Las cámaras de seguridad estaban conectadas y era mas que obvio que había pruebas; pero Bella era una alumna muy importante para el internado ya que sus padre aportaban grandes sumas de dinero a este. Es triste ver casos como así, el dinero controla el mundo y la codicia humana lo destruye. Patético.

Pasaba prácticamente todo el día en la sala de boxeo, por ello me pasaba las noches estudiando y haciendo los deberes que no hacía durante las horas de sol. Mis ojeras eran horribles ¿Ha quien le importaba? También pasaba mucho tiempo con los chicos, Vico y Lily se estaban integrando muy bien en el grupo. Los alumnos ya no se metían conmigo, aunque era consciente de que todos se preguntaban lo mismo ¿Qué hacía alguien como yo con el club de boxeo?, como si me importase lo que pensaran de mi. Jack y yo apenas hablábamos, por un momento creí que podríamos volvernos amigos o algo por el estilo, pero no, el chico era simplemente insoportable aunque tenía esperanzas en que se abriera a mi y me confesase que era maltratado. Necesitaba ayuda, y no me iba a rendir tan fácilmente. Porque Camile Duncan no se da por vencida.

-¿En que piensas? estás dispersa.

-¿Acaso te importa?-respondí borde. Tanto tiempo ignorándome y de pronto se interesaba por mi.

-Si no no te estaría preguntando patito.

-Ahora enserio, ¿Qué quieres Jack? ¿Y como has conseguido llegar hasta mi balcón? ¿Acaso te crees Romeo? Una ya no puede tener ni privacidad.

-Vengo desde la ventana de Lily, está aquí al lado y no es difícil saltar, sobretodo para un chico tan atlético y bien dotado como yo-se ajustó su chupa de cuero. Era ridículo como intentaba dar el pego de chico malo.

-Lily no te dejaría entrar en su cuarto-contradije.

-No es difícil sobornarle-le miré atónita.

-¿Le has dado caramelos de piña?

-Así es-gruñí decepcionada. Ahora que Jack sabía como sobornar a Lily tendría mucha mas facilidad para fastidiarme.

-Bueno Romeo, ¿Por qué has venido?-pregunté impaciente.

-¿Acaso ha de haber una razón? ¡O mi dulce doncella!-recitó el muy idiota.

-Ya, para. Aprovechando que estás aquí quiero hacerte una pregunta.

-Dispara-se acercó sutilmente a mi. Que bien olía. ¿Por qué los chicos guapos casi siempre huelen bien? Y es que no era un pecado admitir que Jack era atractivo. Se veía a kilómetros de distancia.

-¿Por qué me has estado ignorando estas semanas?

-No te he estado ignorando, solo no se ha dado la ocasión se que hablemos-sonrió con sonra-¿acaso echas de menos conversar conmigo?

-Vete a la mierda-bufé-por cierto, he terminado el trabajo de química.

-¿Y eso? Se supone que era en parejas. Teníamos que hacerlo juntos.

-Las veces que me acercaba a ti para decirte que teníamos que hacer el trabajo te alejabas con alguna excusa, ¿Sabes que la gente dice que soy tu acosadora? Todos creen que estoy platónicamente enamorada de ti-lo miré enfadada. Si tuviera rayos láser en los ojos el estaría más que frito-la verdad es que eso no me importa mucho, lo que si me molesta es haber tenido que hacer todo el trabajo sola. Eres un caradura.

Ella también sabe boxearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora