3 《Ayudarme》

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Thomas, Mónica y Lucy, su prima, se quedaron mirando a la dama, y ella a ellos. Ellos tenían miedo y ella estaba triste. Con una mirada súplica ella les susurró:
--Ayudarme, quiero salir de aquí.
Thomas, sin estar muy convencido pero aliviado de encontrar a alguien que no quisiera matarlos, por lo que intentó averiguar si habría una salida que no fuera la principal.
-- No podemos ayudarte, lo siento pero,¿sabes si hay otra salida?
-- No... si no ya habríamos escapado antes.--dijo ella negando con la cabeza.
-- Pero, ¿por qué queréis escapar?
--Este sitio es horrible...no nos tratan bien...--contestó la dama, mirando las cicatrices de sus brazos con lágrimas en los ojos.
--¿Qué os hacen?¿ Qué le pasó a Anna y a Alen?¿Por qué se volvieron locos de pronto?
--Haces muchas preguntas...y no puedo responderte a todas, no quiero ganarme más problemas...-- acaricia sus propios brazos.
--Eso es lo que os hacen, ¿no? Si no os portais bien, os castigan. Os castigan físicamente. -- dijo Thomas entendiendolo todo.
--Eres un chico muy listo para tener...
--Trece, tengo trece años. Soy Thomas.
-- Yo soy Micaela.--Micaela sonrío levemente.--Lo que les pasó a Anna y a Alen tiene que ver con sangre, muerte y más sangre. No estaban muy bien de la cabeza, pero con toda esta matanza han perdido completamente la razón.
--¿Pero por qué?-- insistió Thomas. Micaela rió.
--Tendrás que descubrirlo tu solo, tienes mucho tiempo aquí por delante. Lo presiento.
Thomas no sabía cómo interpretar aquellas palabras. ¿Acaso Micaela le estaba diciendo que iba a sobrevivir al circo? ¿Y en tal caso cómo? ¿Cómo podría averiguar lo que les pasó a Anna y a Alen? ¿Y de paso podría también averiguar sobre Micaela y la bestia azul? Eran muchas preguntas y sabía que Micaela no iba a responderlas todas. Sólo por el simple echo de estar hablando con él ya recibiría un duro castigo, no quería imaginarse lo que pasaría si descubren que le habían proporcionado información. Así que sólo le preguntó:
-- ¿Dónde puedo encontrar información sobre ellos?
-- No debería decírtelo-- dijo Micaela mientras miraba a todos los lados por si la descubrían y luego bajo la voz-- pero el director tiene un despacho aquí en el circo.
》Dicen que allí tiene todo el papeleo con respecto a nosotros. Allí encontrarás todo lo que quieres saber. La entrada al pasillo donde está es entre el escenario y la jaula de Tex. Sólo te puedo decir eso, no he visto nada más. Pero ten cuidado con lo que te puedes encontrar e intenta sobrevivir.
--Micaela, ¿con quién hablas? -- dijo una voz desde el escenario.
--Con nadie, señor.-- respondió Micaela, temerosa y mirando hacia el escenario.
--¡¡MIENTES!!-- habló la voz de nuevo, furiosa. Thomas sintió lástima por Micaela, no quería pensar con que nuevas heridas volvería a verla, si es que alguna vez la volvería a ver.
Las niñas salieron corriendo por el miedo y antes de que Thomas detenerlas, la bestia azul se avanzó contra ellas. Thomas no quiso mirar y, mientras oía los gritos de dolor de ambas llenaban el circo, Thomas se echó a llorar. Micaela se tapó los ojos y alguien le tiró del pelo para apartarla. La persona que separó a Micaela se agachó frente a la mesa y Thomas pudo comprobar que se trataba del director, que ya no estaba en llamas pero tenía el traje y la cara chamuscados. Thomas, aún llorando, salió corriendo hacia donde fuera con tal de escapar ya que no se sentía con fuerzas para pelear. Mientras corría, pisó los charcos de sangre de su hermana y su prima, pero no se atrevió a mirar al suelo. Más que por su prima, por su hermanita. Quería seguir recordando a su hermana como era y no como la habría dejado la bestia, Tex, como lo había llamado Micaela.Thomas corrió y corrió, buscando el pasillo que había dicho Micaela pero mientras corría tropezó y cayó. Cuando vio la mirada asesina de Tex, la locura encerrada en la de Anna y Alen y la lástima en la de Micaela sintió que no iba a sobrevivir, por lo menos no de una pieza.

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