Pidge le pasó el manuscrito antes de la primera clase, así que se saltó química para poder corregirlo a gusto en la azotea, el último lugar en el que lo encontrarían.
Debía admitir que lo sorprendía mucho lo rápido que ella había aprendido en el minúsculo tiempo que llevaban trabajando juntos; de todos modos, aún hallaba ciertos errores que podría corregir, y era allí donde él entraba.
Capítulo 2
Aria sintió que su alma caía a sus pies.
El calendario que tenía en sus manos no mentía: Había llegado al siglo XXIII en un salto temporal accidental, y no tenía la más mínima idea de cómo volver atrás en el tiempo.
Abrió su boca y tartamudeó unas palabras, pero su cabeza no era capaz de generar ideas o palabras coherentes...
«Estás abusando del uso de los posesivos «su» y «sus»» escribió él con bolígrafo rojo al margen del cuaderno.
Una sonrisa se trazó sobre los labios de Keith mientras recorría con la mirada el resto del texto. Todavía faltaba mucho que pulir, eso lo sabía, pero tenía esperanzas... Esperanzas de que eso pudiera funcionar, y ganaran el primer lugar ese año.
Capítulo 3
—¡Un salto en el tiempo! —exclamó Nathan con sorna—. ¿Y qué es lo siguiente? ¿Eres la tatara tatara tatara tatara nieta de Napoleón? ¿Los «Asesinos» existen? ¿Conociste a Gandhi en persona?
Aria se sentía más confusa con cada nueva palabra del rubio.
—¿Quiénes son esas personas? —preguntó la morena, y el chico de ojos castaños rodó los ojos.
«Evita utilizar descripciones para referirte a alguien» agregó Keith, y encerró en círculo los adjetivos para indicar dónde se había equivocado.
Se encontró a sí mismo corrigiendo las siguientes páginas cuando oyó la puerta de la azotea abrirse, y notó que la piel se erizaba bajo la chamarra a causa del susto. Al girar para comprobar qué habría ocasionado ese sonido, se halló con la mirada de Shiro, el cual vestía el uniforme de profesor de Educación Física.
—Sabía que te encontraría aquí —dijo éste.
Keith bajó la mirada al texto y una sonrisa suave se adueñó de su expresión.
—Tú siempre sabes donde encontrarme.
Shiro caminó junto a él, tomó asiento a su lado y apoyó los brazos sobre las rodillas flexionadas.
—Estás saltándote las clases de nuevo —dijo, pero su voz no tenía un tono reprobatorio. Al contrario, se hallaba colmada de suavidad y entendimiento, como todas las veces que Keith quebraba las reglas y él se veía obligado a ofrecer un sermón.
Keith no apartó la vista del cuaderno.
—Estoy corrigiendo —dijo, y lo agitó frente a los ojos de Shiro antes de volver a abrirlo—. Katie está mejorando mucho en poco tiempo...
—No me refiero a eso —lo interrumpió Shiro—. Keith, ya hemos hablado de esto antes.
Los ojos de Keith se cruzaron con los ajenos, y bajó la mirada, consciente del motivo por el que Shiro se encontraba allí.
—Te lo dije, ¿No es así? —dijo en voz baja, y jugueteando con la pluma que se hallaba situada entre los dedos—. Hay cosas para las que no estoy hecho. Yo solo quiero dedicarme... a esto —elevó el cuaderno de Pidge, y desvió la mirada.

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Magnolia [VoltronAwards18]
FanfictionKatie Holt ha estado enamorada de su vecino y amigo de la infancia, Lance, desde que tiene memoria sin ser (aparentemente) correspondida. Sin embargo, cuando la amistad entre ellos dos empieza a sacudirse, Katie conoce a un chico con aspiraciones a...