El baile de invierno

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Pidge


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Las clases se suspendieron unos días antes por el inicio de las vacaciones, pero Pidge se hallaba abrumada por toda la tarea que había recibido. Tan enfocada se hallaba que no fue capaz de percatarse de que solo faltaba un día para el baile de invierno. De hecho, si no fuera por Matt lo habría olvidado por completo.

—Pidge, ¿A qué hora te llevaré al baile de invierno? —preguntó él desde la puerta, e irrumpió la cadena de pensamientos que tenía.

Pidge se puso rígida, con los ojos abiertos de par en par y la vista fija en su hermano.

—¿Baile de...? —se puso de pie en un salto—. ¡Ah, mierda! ¿Qué día es hoy? —preguntó mientras corría a revisar el armario.

—¿Lo olvidaste? —Matt tenía una sonrisa ladina en el rostro—. No te preocupes, palomita. El baile es mañana.

Pidge revisó con ímpetu el contenido, y empezó a arrojar prendas al aire en dirección a la cama.

—No —se quejó—. No tengo algo que ponerme.

—¿Estás segura? —Matt ingresó de puntillas, intentando no pisar las prendas esparcidas también sobre el suelo—. Pareces tener ropa de sobra.

—Pero no un vestido para la ocasión —ella suspiró, resignada, al contemplar los escasos vestidos que guardaba.

—Todavía no es tarde —dijo Matt con actitud optimista—. El baile es mañana, y hoy todavía no han cerrado las tiendas. ¿Qué te parece si vamos a buscar algo en lo que encaje esa figura de muñeca y que deje a Lance babeando toda la noche?

Pidge alzó la vista a su hermano.

—¿No tenías un proyecto de investigación que realizar?

Matt se encogió de hombros.

—No creo que vayamos a tardar mucho, ¿No? —dijo con una sonrisa, y su hermana lo vio con una sonrisa y los ojos brillantes.

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—«No creo que vayamos a tardar mucho» —repitió Matt con sorna y expresión de aspereza, mientras contemplaba la entrada de la tienda a la espera de que Pidge finalmente saliera con la compra ya hecha.

Habían transcurrido casi cuarenta minutos, y él se hallaba aguardando en el interior del automóvil. Fuera, el clima se presentaba gélido y de vez en cuando caían copos de nieve que no tardaban en derretirse. Matt los veía de forma distraída, esperando que así pudiera perder la noción del tiempo. Quizás haber ingresado en compañía de su hermana habría sido la mejor alternativa, pero había creído ilusamente que no había nada peor que permanecer de pie en una tienda de ropa femenina.

Tras vacilar un poco, decidió abandonar el coche y comprar un café de la tienda situada a la esquina de la manzana. Sabía que debió haber hecho eso hacía mucho, pero la necesidad de algo caliente no se había presentado sino hasta entonces. Así, tras asegurar el coche, comenzó a caminar de forma decidida hacia su destino... Hasta que escuchó una conocida voz a sus espaldas.

—¡Pidge!

Los pasos se volvieron frenéticos, y culminaron en alguien abrazando a Matt por la espalda y dándole un beso en la mejilla.

—¡Qué sorpresa encontrarte aquí! ¡Pensé que...! —Lance iba a empezar a parlotear cuando se percató de algo importante—. Un momento, ¿Has crecido?

Magnolia [VoltronAwards18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora