El reencuentro
Keystone, Dakota del sur, Estados Unidos
El aire tiene un aura pura, se puede respirar la tranquilidad y naturalidad del lugar, el campo está plagado de un color verde limón, algunos árboles sombrean con sus frondosas ramas el pasto, dándole unas manchas más oscuras a este, a lo lejos se puede apreciar el famoso "Monumento Nacional Monte Rushmore" levantándose a la distancia, con la perfecta simetría de cada presidente, cada rasgo exacto y preciso logrando una escultura sin precedentes con magnitudes arias. El aire es cálido, resuena con gracia haciendo cosquillas a los árboles, con olor a naturaleza y algo más, abrazando la piel de las tres personas que se hacen camino hacia el monumento, sus pasos son tranquilos, los tres visten con un traje igual; musculosa manga larga de tela elástica blanca con cuello de tortuga y un chaleco grueso de material a prueba de balas negro en conjunto con pantalones de mezclilla negros.
—¿Qué hacemos aquí? Yo nunca he ido al mundo mágico, pero dudo que aquí este la entrada. —dice la rubia de ojos duales.
—No lo es, pero aquí hay algo que nos ayudará a encontrar a Amelia. —dice Fenicio.
—¿Qué cosa? —pregunta Cassidy.
—Un amuleto. —dice simplemente Fenicio. Ambas se miran entre sí, pero no dicen nada. Los tres rodean el monumento hasta la parte trasera de este, las jóvenes no entienden ¿Dónde podría estar el dichoso amuleto? Además de que Fenicio había estado demasiado taciturno, lo cual es extremadamente raro en el hombre ya que siempre parece tener tema de conversación y una sonrisa en el rostro, tal vez ya había agotado todos sus temas o tal vez simplemente no quiere hablar.
En una enorme roca pegada a la enorme pared de piedra caliza hay unas escrituras; un rombo de cuatro lados grande, dentro de este una secuencia de rombos más pequeños hacia el centro de este, a los cuatro lados de la figura rodeándole hay cuatro círculos, dentro de estos un cuadrado simétrico que abarcaba todo el ancho y largo de cada circulo dejando una pequeña porción circular libre dentro de estos y en cuadro yace una espiral más pequeña en el centro, aunque cada espiral inicia de lado contrario; la de los círculos superiores inician de derecha e izquierda y la de los círculos inferiores de arriba y abajo. El hombre las toca mientras pronuncia unas palabras en latín, los inscritos tallados en las piedras brillan, el suelo tiembla levemente debido a que la roca se mueve, dejando una entrada abierta.
—Debemos tener cuidado, no será fácil tomar el amuleto. Hay muchas trampas y sobre todo muchas cosas que podrían matarlas. —dice preocupado el hombre.
—Cuando dices cosas que podrían matarnos ¿Te refieres a plata azul? –pregunta Kiara y el asiente.
—Deben cuidar sus movimientos, lo más importante; no toquen nada. —advierte.
—Estoy comenzando a asustarme Cassidy. —susurra Kiara.
—Pensé que tú eras intrépida. —se burla la ojiverde.
—Qué graciosa. —exclama la rubia rodando sus ojos.
Se adentran a la oscuridad del lugar, el hombre enciende una antorcha e instantáneamente una fila consecutiva de luces lo hacen también, dejando ver un pequeño pasillo con pisos de recuadros blancos y negros, como el de un tablero de ajedrez. Todo parece normal, Kiara da un paso, pero cuando lo hace el cuadro negro que pisa se enciende de un color dorado, casi al instante de la pared sale disparado rápidamente un pequeño cuchillo de plata azul, ella intenta esquivar el instrumento, pero el filoso artefacto logra hacer un corte superficial en su hombro, un pequeño grito sale de su garganta al momento del corte, un ardor insoportable invade su cuerpo. Cassidy rueda sus ojos y se acerca a la rubia que no deja de quejarse del dolor, saca de la bolsa de manta que lleva enrollada en su cintura un recipiente de cristal pequeño con una tapadera de corcho, el cual contiene un líquido rojo brillante, la joven abre el curioso bote, lo inclina y el contenido gelatinoso conecta con la palma de su mano, acerca su mano a la herida y unta esta del líquido rojo, el cual parece brillar más intensamente por unos segundos antes de desaparecer junto a la herida.
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Predilecta:. La Nueva Portadora [La Saga Facinum] Libro 1
FantasíaArleia es una joven desdichada, siempre lo fue, no recuerda un momento en su vida en el cual hubiese pensado diferente al respecto. Cuando tenia cinco años sus padres se separaron. Arleia siempre fue aplicada, siempre fue la chica buena, la que vela...