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Un año más tarde.
Amy.
Suspiro al levantarme de la cama, ¿como estará Dani? ¿habrá conocido a alguien en estos viajes y por eso no se nada de él? Miles de preguntas pasan por mi mente en cuestion de segundos. No sé nada de él desde hace unos días, me prometió que me hablaría y aun sigo esperando como una idiota, Alex me ha dicho que tal vez debía hablarle yo, y lo hice pero nada, como si no quisiera saber absolutamente nada de mí. Oficialmente, somos novios, aunque desde hace unos días parece que no. Jesús es practicamente mi mejor amigo, y aunque me lo niegue una y otra vez, esta enamorado de Alex. Ella hace no mucho tiempo paso de él, le hizo daño y la entiendo aunque aun así son amigos. Alex ha conocido a un chico, muy guapo por cierto y a veces quedan y eso, trabajan juntos en el restaurante. Y Jesús se muere de celos cuando los ve. Aunque ella lo hace para putearlo.
Tocan al timbre y voy a abrir con cara de dormida me da bastante igual la verdad. Alex esta trabajando y yo estoy con unas semanas de vacaciones en la farmacia. Abro la puerta y mis ojos no se creen lo que ven. Un Daniel Oviedo con su barbita caracteristica de este ultimo año apoyado en el marco de la puerta de mi piso.
Madre mía, que bien le sientan los viajes.
- Dani -digo apenas en un susurro sin quitar la mirada de la suya ni por un segundo-
- Amy -dice con una sonrisa-
Chavales, me derrito ante la sonrisa de este hombre.
Pasa dentro del piso y sigo mirandolo, pongo mi mano en su cara y le acaricio la mejilla, y me mira tratando no sonreír.
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- ¿No piensas darme ni un beso de bienvenida? -dice a unos centimetros de mi boca-
- Eres un capullo, llevaba sin saber nada de ti, más de tres días Daniel Oviedo -le digo y evita lo que acabo de decirle para juntar sus labios con los míos-
Es un capullo.
Un capullo que te encanta, no te mientas.
- Vete a la mierda Dani -le digo y se ríe- me tenías preocupada.
