Mensajes || 2jae

☀70☀

Jaebumie:
Me quedan unos diez minutos para llegar a tu casa.

Genial~

Me estaba muriendo de los nervios, necesitaba unas veinte tilas para poder calmarme. El simple hecho de saber que después de tanto tiempo por fin iba a poder ver a mi hyung sin ninguna pantalla de por medio me hacía temblar.

¿Cómo reaccionará al verme? ¿Qué me dirá? ¿Qué pensará de mí al tenerme frente a él? ¿Me besará tal y como me dijo?

¡Me iba a volver loco con tantas preguntas!

Lo mejor era no pensar demasiado en las cosas y simplemente actuar como mi cuerpo me pidiese, sin privarme de nada.

Si quería darle muchos abrazos, se los daría. Si quería besarle, le besaría. Si quería tocar su cabello, lo tocaría. No importaba, no debía pensar tanto en las cosas.

Jaebumie:
Cinco minutos, estate atento.

¡Lo estoy!

¡Me iba a dar un ataque! ¡Cinco minutos para que el timbre sonase y el amor de mi vida apareciese al abrir la puerta!

Corrí al baño para verificar mi estado.

Observé por sexta vez si la ropa me quedaba bien, también coloqué mi pelo de mejor forma y suspiré.

Llevaba unos vaqueros estrechos grises rotos por las rodillas, una de las camisetas que me regaló él que era blanca y negra y las zapatillas de estar por casa porque no pensaba ponerme botines.

Ahora que lo pensaba, ¿iba demasiado simple o estaba bien? Solo nos íbamos a quedar en casa, pero a lo mejor por ser la primera vez que nos veíamos iba demasiado informal.

Tal vez debía cambiarme en un momento...

El timbre sonó.

¡Mierda!

Me eché perfume rápidamente y corrí hasta la puerta donde estaba Coco ladrando.

–¡Calla! –susurré, pero me ignoró por completo.

Sin pensar en nada más, abrí la puerta y me encontré con un ser de otro mundo. Un chico que brillaba sin necesidad de tener los rayos del sol tocando su cuerpo. Alto, buen físico, labios rosados, cejas bien depiladas, su flequillo cayendo por su frente, piel blanca y una sonrisa que podía hacer suspirar a cualquier persona.

Después de admirarnos por unos segundos, ambos reaccionamos a la vez y rompimos la distancia para darnos un gran abrazo lleno de alegría.

¡Estaba viendo y tocando a Im Jaebum! ¡Al fin no había nada ni nadie que nos impidiese estar juntos!

Sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo y su cara en mi cuello, me hizo temblar. Temblar de la emoción y de lo mucho que me estaba haciendo sentir con un abrazo.

Nos separamos con sonrisas enormes en nuestros rostros. Todavía no habíamos asimilado nada de lo que estaba pasando.

Iba a decir las primeras palabras desde que abrí la puerta, ya que ninguno había hablado. Pero fui interrumpido al ver y sentir como posaba sus manos en mi rostro y juntaba sus labios con lo míos.

Abrí mis ojos como platos y me quedé por unos segundos petrificado. ¡Jaebum me estaba besando! ¡Besando! Sus labios estaban pegados a los míos y poco a poco empezó a moverlos. Obviamente no iba a permitir que él fuese el único en probar mi boca, yo también quería sentir la suya al completo, así que le seguí el beso. Total, yo también tenía muchas ganas de besarle, desde que empezó a gustarme.