Viaje.

401 25 2
                                    

Este es el último día que estoy aquí. Hice bastantes amigos pero es hora de irse, entre más rápido mejor y no parezco María Magdalena llorando.

Tome mis cosas y salí del departamento, cuando iba a cerrar me dí cuenta que faltaba mi libro, me regresé y estaba en la mesa de centro de la sala.

Lo tomé instivamente y empecé a verlo. Me recordó a él, la primera vez que lo ví.

Mierda ya estoy llorando.

Maldito pelo de espanta pájaros, te me metiste en el corazón. - susurré para mí.

¿Cómo me dijiste? - oí su voz.

Diablos, ya estoy quedando loca, ya hasta lo oigo.

Pues si te volteas, y me ves. - volvió a hablar. Me giré en ese momento, estaba parado en el umbral de la puerta.

Te vas sin decir adiós. - camino hasta dónde estaba.

Es mejor, así. Odió las despedidas. - estaba cabizbaja. No podía verlo a la cara

Bueno, ¿A dónde vas? - preguntó tomando mi barbilla para verlo a los ojos.

A Francia, me mandaron ahí a checar la producción. - sonreí falsamente.

Bueno, entoces vamos a Francia, el país del amor, así le dicen, ¿No?

¿Vamos? - pregunté en shock. Mi cabeza no articulaba más allá de ésa pregunta.

Si, está mañana presente mi renuncia en la preparatoria. Y es algo bueno, salir a conocer otros países. Pero si tu no quieres que te acompañe...

Cállate, cabeza de espanta pájaros. - lo interrumpí.

Vez, ahora me insultas. - puso cara de perro regañado.

Vamos Kakashi, sólo bromeó. Pero tu familia está aquí, tus amigos. Tu vida. No es justo para mí que te vayas de repente de ellos. - me aparte de él.

Suspiro - Tu eres mi familia, y dé los demás ahora ya no importa.

Esté sí que está loco, creó qué no volverá a probar el tequila por un rato. Cuando vea a Alexis le reclamo.

Mis padres murieron hace mucho, mis amigos están al tanto de la situación y algo en mi me dice que quiero pasar el resto de mi vida vagando por el mundo contigo. Entonces señorita mata cucarachas, me iré contigo te guste o no. - me tomó por la muñeca, tomó mis cosas y de ahí todo fue muy rápido. Cuando menos pensé estaba en el avión hacía Francia con él sentado a mi lado, leyendo el último libro de Icha Icha.

Me pellizque para ver sí no era un sueño, y no realmente estaba pasando. Nos íbamos a Francia. - sonreí.

Toma - me dió mi libro.

¿Cuando lo tomaste? - pregunté con sorpresa.

Cuándo estabas en shock y caminabas como zombie, señorita mata cucarachas. - se estaba riendo.

Ahora el qué insulta eres tú. - le dió un pequeño codazo.

¿Me quieres romper el brazo? - hizo una cara de dolor.

Un poco. - solté una pequeña risa, me acomodé en el asiento y empecé a leer, estaba buscando la página en que me quedé, cuándo me quitó el libro - oye, entoces para que me das el chingando libro si me lo vas a quitar.

Puso su frente junto a la mía, bajó lentamente su cubre bocas y me besó, nos separamos por falta de aire - por eso te quite el libro, Elena te amo como no tienes idea.

Y yo a ti Kakashi. Pero ahora ponte el bendito cubre bocas antes de que alguien más te vea. - le acomode su cubre bocas.

Te había dicho que eres linda cuando me celeas. - volvió a reír.

Ya cállate, y ponte a leer. - le quité mi libro. - Por cierto, la chica se queda con...

Oye, todavía no llegó a ésa parte. - me recriminó.

Está bien, sólo me faltan como dos capítulos y terminó. Pero...

Elena, guarda silencio y déjame terminar el libro, voy un capítulo atrás porque alguien perdió accidentalmente el libro dos semanas. - Se puso serio.

Y alguien, en venganza, me quito el libro... - sonreí.

Llevamos un año intentado leer el libro, pero por una u otra cosa leímos dos hojas a lo mucho tres ...

Y así es cómo estoy con él, desde hace más de un año como pareja.

Narración normal.

¿Cómo se conocieron? - preguntó la señora que estaba frente de ella.

Pues todo empezó con las cucarachas, mamá - Se acomodó el cabello de trás de la oreja.

¿Cucarachas? - se sorprendió al escuchar la respuesta de su hija.

Sí, cuándo llegué a la preparatoria. El primer día para ser exactos. - Le dió un sorbo a su café.

Bueno cuéntame entonces. - Reprochó su madre, dándole una sonrisa.

Segura qué quieres escuchar toda la historia... Es larga... - suspiró.

Tengo toda la tarde y la noche para que me lo digas. - tomó un trozo de pastel.

Está bien, pero dame de tu pastel de chocolate. Que se me antojo.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora