Narración normal.
— Preciosa. — Habló — Alguien toca la puerta. — Seguía adormilado.
— Alguien tira la puerta, lo voy a matar...
— ¿Cómo dormiste? — preguntó.
— Bien, creó qué era lo que me hacía falta... Prepararé la comida y seguiré trabajando, supongo que Tsunade Sama, me mandó e-mail y debo trabajar.
— Te ayudo con el trabajo de la preparatoria, sirve qué también me pongo al corriente.
— Sí. — Se sentó en la cama — Mataré al idiota que sigue tocando la puerta.
— Claro que lo harás, pero primero ponte ropa... No quiero que nadie te vea. — le pasó su camisa.
— No pensaba salir así... — se puso la camisa, le quedaba grande. Busco su ropa interior entre las cobijas.
— Preciosa... — le habló con dulzura — ¿Ésto es lo qué buscás? — le daba su ropa.
— Sí... Gracias. — Se levantó y buscó sus pantuflas.
— Ya te oí, idiota. — le gritó desde la puerta del cuarto.
Kakashi se rió.
Caminó hasta la puerta, al abrirla.
— ¿Interrumpí algo?
— ¡Itachi !
— ¿Puedo pasar?
Narra Elena.
— Madre mía... ¿Qué hace esté aquí? — pensé, lo que me faltaba, que él viniera y me jodiera la vida.
— ¿Entoces...? — volvió a preguntar.
— Pasa, quédate en la sala. Ahorita salgo y te muestro el carro qué anunciaremos el sábado. — me hice a un lado y cerré la puerta.
— ¿Tienes visitas? — seguía con su interrogatorio.
No respondí, no era de su incumbencia saber mi vida.
Lo ví sentarse y yo corrí para mi cuarto.
— Bonitas piernas. — lo alcance a escuchar, sí, mi límite lo había sobrepasado. Me quedé quieta en el umbral de la puerta, respiré hondo.
— Gracias. Me he ejercitado con Kakashi. — le sonríe. Eso podría sonar a albur pero tenía un 50% de verdad, había empezado a hacer ejercicio con él y bueno el otro 50% era que él es muy bueno en la cama, sí estaba enfermo y era así, no quería esperar a que se recuperará y ver qué tan bueno es.
Su cara valía oro, era entre un poco de odio y asombro.
Entre y lo ví a él, seguía acostado. — ¿Quién era el idiota que tocaba la puerta?
— Itachi, — Respondí.
Vi que su cara cambió, se le veía molestó.
Tomé unos shorts de mí ropero. Le daba la espalda — Trabajaré con él en la sala, esperó que se vaya rápido — me acomodaba su camisa y mi cabello.
Sin respuesta.
— ¿Quieres qué te dé algo de comer? Puedo preparar algo para que no tengas hambre.
Su silencio me mataba.
Me dí la vuelta y lo ví ponerse sus pantalones, estaba a la orilla de la cama. — ¿Qué diablos haces?
— También trabajaré en la sala. — Ahí estába la respuesta.
— Estás delicado, no puedes tener mucho movimiento.
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Cambios
FanfictionLos personajes de Naruto y su mundo no me pertenecen. Igual que las imágenes. Uno qué otro personaje es de mi autoría. ♠♥♠♥ Siempre de viaje, por azares del destino estaba en Japón y me tocaba dar clases en la preparatoria Konoha, era por la empresa...