¿Diferentes?

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Narra Elena

Por fin viernes - me estire antes de entrar al carro.

¿Ya te vas? - su maldita voz me hacía estremecer, brinqué al oírlo.

Sí... Tú amigo, me vas a matar un día de un susto. - me gire para verlo, era más alto que yo, 1,90 mts contra mi 1,58 mts, eso sin contar que tenía cuerpo de Dios griego.

Te ves cansada, ¿Obito te ha dado mucho trabajo?

Un poco... - Entró mi inconsciente. - (mentira, Elena, tú estás así porqué tu papá...)

Bien, descansa... - Abrió la puerta de mi carro, me despedí de él con un beso en la mejilla.

Entré al carro y me fuí a la empresa Uchiha.

Narra Kakashi

Mmmmmm algo me dice que está mal, es como si cubriera su tristeza con sus sonrisas y alegrías diarias... Y yo se de eso...

La dejé en el estacionamiento, tomé mi celular y llamé a mi antiguo trabajo: Anbu.

Hey, necesito que investiguen a una persona... Se llama Elena De la Torre necesito la información para el lunes.

Colgué, entre a mi carro.

El martes era el aniversario de la muerte de mis padres, espero tener una buena mentira para que falte a trabajar.

Llegué a mi casa, me tiré en el sillón, no había dormido bien en la semana, las pesadillas eran más frecuentes y reales.

Odiaba tomar pastillas antidepresivas pero era lo único que me mantenían bien por estas fechas.

Tomé el frasco y me tiré a dormir, eso sin antes tomar un par para dormir.

Prefiero morir, ya no puedo seguir así.

Me desperté en la madrugada, eran las doce de la noche, era un Anbu el qué llamaba a la puerta, tenían información de Elena, tomé la carpeta y me quedé en el sillón pensando sí debía leer o no el expediente de ella.

Era su vida, apenas la conocía y me preocupaba verla así. 

Inner: A ver Kakashi, estilo es una compañera de trabajo, a menos que te guste. Que eso sería raro...

Yo: Lárgate de aquí, no me gusta... Solo me da curiosidad.

Inner: Bueno si es eso, abre la carpeta y lee lo qué dice.

Yo: No puedo, ella no es más qué una compañera.

Me quedé sólo, mi inner se habia ido, tomé la carpeta y la guarde en el librero. Ella no es más qué una persona distinta a mí, ella es diferente a mí.

Me quedé despierto en la sala, pensando en lo qué había dicho mi yo interno ¿Elena me gusta?

********

Narra Elena

Ahhh! Ya cabrón, ya te oí... - grité desde mi recámara, abrí la puerta.

Te olvidaste de nuestro almuerzo... - era Alexis.

No, está semana fue pesada... - Sonreí de mala gana.

¿Entonces porque tienes los ojos rojos e hinchados? ¿Estuviste llorando? - me preguntó tomándome la cara.

Eh, nooooo para nada. - le quite las manos de mi cara.

Mientes Elena, y lo sabés.

Oye, si estás aquí para venir a regañarme, vete de mi casa ahora. No tengo cabeza para verte ni para escuchar tus comentarios - le cerré la puerta en la cara, azote la puerta.

¡Elena! - me gritó.

¡Ya lárgate! - grité y me encerré en mi cuarto y empecé a llorar como una niña.

Sonó mi teléfono, traté de tranquilizarme.

Hola, hija ¿Cómo estás? ...

Bien tía, gracias... - contesté.

Hoy es ... ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames tía? soy tu mamá... - me reprochó del otro lado de la línea.

Gracias, por decirme eso, "mamá". Eres la única que se quedó conmigo después de la muerte de mis padres... - Ahí estaba la herida qué no había cerrado, esa herida...

Ya son casi doce años... - me regresó a mí realidad.

Sí, mamá... No quiero hablar más de eso, sé que hoy es su aniversario pero es algo que no quiero recordar.

Tranquila, no fue tu culpa. Lo sabés...

Sí, ¿Cómo están? - pregunté por los abuelos.

Están bien, pensé que vendrías después de ir a Londres por dos años... - Su voz era apagada.

No pude, cuando terminé en Londres, Obito me habló y me necesitaba en Japón y pues ya no pude ir... - Había mentido, le mentí a ella, a esa persona que se quedó conmigo desde los 16 años, a esa persona que me crío como su hija. ¿Porque? Porque no quería verla, no quería regresar a esa casa donde mi papá mato a mí mamá por un ataques de celos...

Hija... ¿Sigues ahí? - Me preguntó.

Sí, si tía es que recordé que tengo trabajo... - Ya era necesario cortar la llamada.

Está bien Elena, prométeme qué mandarás cartas

Si, adiós tía. - Colgué el teléfono y decidí qué ese sábado sería de tirarme a la cama y comer chocolate y galletas. No tenía ánimo de salir de ahí.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora