Un hogar.

76 7 0
                                    

— Todo está listo.

— Si... ¿Como hiciste esto?

— Cuando estabas en el hospital — la abrazo.

— Kakashi, esto es más de lo que pensé — Seguía mirando la habitación, las paredes eran de un azúl claro, una cuna al lado de la ventana. Un par de muebles y un sillón, era la decoración de la habitación.

— Todo por tí y por él. — susurró.

— No sé cómo agradecerte. Es más de lo que pensé.

— Y todavía hay más. Una puerta conecta con nuestra recamara y otra con el baño, hay un par de cámaras para vigilar a Dante y está conectado a la computadora, laptop y los celulares.

— Eso es exagerado... Kakashi, Dante es un bebé pero no debe estar en una burbuja... Con que este a nuestro lado estará bien.

— Más vale prevenir que lamentar. — le quitó a Dante y lo colocó en su cuna.

— Exagerado... — caminó hasta él.

— No olvidaré cada momento, es lo mejor qué me ha pasado, tú y él. Me han dado una familia, una nueva forma de vivir, las ganas de seguir respirando. — la abrazo. Sus ojos decían la verdad, ella entró en su vida, en su piel y en su alma.

— En esta y en otra vida, te escogeré. Eres mi vida, tú y él. — le acarició el rostro, no había nada qué los separara.

El bebé empezó a llorar — Shhhh, tranquilo pequeño, aquí está mamá y papá — lo cargo Elena. — No te dejaremos.

— Cuando llores, tú madre cantará, cuando rías yo te alzare al cielo. Cuando caigas, ahí estaremos los dos para seguir avanzando. — Kakashi le acariciaba su cabeza.

— Eres un cursi — le dió un beso Elena.

— Solo contigo, solo contigo soy un cursi preciosa. — Kakashi seguía viendo a su bebé.

— Eso es mejor.

— Sakura-Chan dijo que no podíamos salir con el de la ciudad, al menos no hasta que tenga todas sus vacunas y tenga seis meses...

— Lo sé... Kakashi, yo también estaba ahí cuando lo dijo.

— Soy padre primerizo.

— Y yo también.

Un celular empezó a sonar, Dante por el sonido comenzó a llorar. — Toma al bebé, es mi celular. — Elena le dió a Dante y fue a buscar su celular

Kakashi tomo al bebé y trató de tranquilizarlo, salió del cuarto después de Elena.

— Es de la oficina... — de giro para verlo, tomo la llamada — Estoy de incapacidad por maternidad... No me importa, yo iré hasta después de un mes... El señor Hatake irá por los documentos... Si, Kakashi... Hatake-Sama para ti, igualada... Adiós. — colgó el teléfono.

— ¿Hatake-Sama? — pregunto Kakashi.

— La secretaria igualada. Yo solo puedo decirte Kakashi, los demás no. — se recogió el cabello detrás de la oreja.

— Yo soy para ti... — le sonrió. — ¿Cuándo podré hacerte mía?

— 40 días después del parto... — le devolvió la sonrisa. — Mientras debemos cuidar a Dante — le quitó al bebé.

— El parto fue hace tres días... Faltan 37 días... Eso es más de un mes — dijo con fastidio.

— Lo sé... Pero prometo que cuándo terminé de esos odiosos 37 días, la abstinencia se acabará. — le dió un ligero beso en los labios.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora