¿Perdona?

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Capítulo 10: ¿Perdona?


Mangel.

“A ver, Mangel, respira que se te ha olvidao' como se hace. Inspira. Expira. ¡¡Muy bien!!. Ahora, por lo que mas quieras, no mires a Rubén a la cara, o se dará cuenta de lo gilipollas que pareces.”

-¿Qué hah dicho?- Pude articular, aunque en realidad se me había olvidado hasta como se hablaba, y es que mi mejor amigo nunca -N-U-N-C-A- me había dicho eso, y jamás pensé que me diría algo así, ni en nuestros 'juegos gays'.

Vi que estaba nervioso, y un poco pálido también, ya que se se pasaba mucho la mano por el pelo.




Vale, este era un de los silencios más incómodos que habíamos tenido entre nosotros. Y además, si no me había contestado ya, no iba a hacerlo.

-Rubén- hiciste que te mirara- ¿me pueeh' decir que me habiah dicho anteh?- Preguntaste serio. ¿Lo había dicho de broma, como siempre hacíamos, o lo había dicho realmente?. Por una parte, pensabaa que podía ser una broma, ya que siempre estábamos con lo de gay, y desde que nos habíamos mudado juntos, todo eso había aumentando, pero por otra parte, su seriedad y su silencio me decían que quizás se le había escapado o algo así.

-Nada, una tontería gay, ¿no?- Se levantó y se fue para el salón, mientras yo permanecía allí, en aquella incómoda banqueta con mi cara de gilipollas pasmado.- ¡¡Mangel!!- ¿Y ahora encima el retrasado me llamaba?.

-¿Qué?- Contesté aun atontado, y es que creo que no sabía ni donde me encontraba.

Se me quedó mirando seriamente y sus ojos... brillaban. ¿Brillaban?.

-¿Rubén?- Volví a preguntar, viendo como él apartaba la mirada de mi. Haber, cojones, ¿qué coño ha pasado aquí?. Porque desde que nos hemos despertado -aunque él lo ha hecho antes que yo- el mundo se ha vuelto loco, ¿o solo me lo parece a mi?.

-Mira... que ehto eh mu' raro...- Lo volví a mirar, y esta vez, sin venir a cuento, me sonrió. Pero no era una sonrisa burlona o torcida, o alguna así. No. Era una sonrisa de esas que solo me mostraba a mi, una sonrisa verdadera.

-Sip- Me volvió a mirar y sacudió la cabeza. ¿Qué coño ha desayunado este amigo?.- Oye, ¿hoy tienes ganas de salir?- La verdad es que no, me apetecía pasar una tarde tranquila, que después de la mudanza y de las cosas tan extrañas que pasan últimamente, apenas he tenido un momento para mi.

-Neh, mejor nos quedamos y jugamos a algo. Como hacíamos antes.- Y no se porqué le guiñé un ojo y me fui a mi habitación, para arreglarme.

Cogí mi ropa interior y me metí en la ducha. Giré la llave del agua caliente y esperé pacientemente a que estuviese a la temperatura adecuada, ya que esa ducha era muy... traicionera. Cuando por fin estaba bien, me tomé mi tiempo para asearme y despejarme antes de salir del cuarto de baño, en ropa interior.

Me apresuré a irme a mi habitación y escoger la ropa que me iba a poner, y era en estos momentos en los cuales yo no sabía que ponerme, en los que me sentía algo identificado con una chica.

Cuando estaba buscando atentamente algo que ponerme, noté una mirada penetrante en mi. Me giré lentamente, para ver a Rubén mirándome de forma muy extraña. ¿Realmente que había tomado este amigo para desayunar?. Le había sentado muy mal.

Avergonzado y algo incómodo desvié de nuevo la mirada hacía el armario, mientras mi mente no dejaba de rememorar su mirada tan intensa.

Cálmate, Mangel. Solo... respira y cálmate”.

-Mangel- ¡¡Por fin me dice algo, que parecía que se le había comido la lengua Raspberry!!.

-¿Qué?- Contesté como pude.

-¿Quieres jugar un rato?- Claro, hombre, como apenas me siento incómodo o algo así, tú pregúntame por jugar.

-Vale, por mi está bien.- Terminé de vestirme y salí de mi habitación para dirigirme al salón, donde Rubén me esperaba con todo ya preparado para jugar.

¿Lo de que le encantaba, lo dijo de verdad?”- Eso era algo que no desaparecía de mi mente.


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