¿Qué coño pasa contigo, Mangel?.

800 78 11
                                    

Capítulo 19: ¿Qué coño te pasa, Mangel?.

Rubén.

¡Por fin pude acabar de editar el vídeo!. Tenía la cabeza en cualquier otra parte y me había costado tres intentos poder acabarlo, para después subirlo y publicarlo. Joder. Solo quería ir y tirarme en mi cama mientras doy mil vueltas para descansar y sentirme nuevo -y así intentar eliminar todo los pensamientos que tenía.-, de verdad que lo quería.

Me levanté pesadamente de mi escritorio y miré la cama con deseo, mientras escuchaba a mi gata en el exterior, y por un momento estuve tentado a abrirle la puerta, pero estaba tan cansado que solo me tiré a la cama y cerré los ojos. Anoche, con todo lo que pasó de Mangel y el beso, y mis pensamientos, y mucha mierda, pues no había descansado nada.

Pero -como mi suerte es la de un pollo aplastado por un camión de gallinas- justo iba a quedarme profundamente dormidito, cuando un Mangel salvaje llama a mi puerta.

Me cago en todo lo cagable, joder”.

-¿Qué quieres, Mangel?- Si, había sonado muy borde, pero es que estaba muy cansado. Yo necesito mis horas para estar super añlkfañdslasdñfkl.

-Oye...- Abrió la puerta, y es que no se ni porque llama, si después, le diga lo que le diga, va a acabar entrando como Pedro por su habitación...- Me ha llamado Alex y...- Venga, date prisa, por Nicolas Cage.- ¿Quieres salir esta noche?- Vale, por muy loco que suene, me sonrojé por un mísero segundo -y a los segundos me reprendí por ello- pero es que... ese '¿Salimos esta noche?' me había parecido muy íntimo por unos instantes, pero -como mi suerte vuelve a ser la de un dinosaurio en extinción- recordé lo de Alex y... todo se fue a la mierda.

-Yo...- Estaba cansado y tampoco es que tuviese muchas ganas de salir, la verdad.- No se....

Me di la vuelta para mirarle, ya que según mi madre eso era de buena educación. Me arrepentí de ello, nada mas hacerlo. Sus ojos eran como...

Eliminar todas esas cosas jodidamente gays de mi cabeza. Ahora.”- De verdad que no debía seguir por allí, mis estúpidos 'sentimientos' ya nos habían traído problemas el día anterior, no quería joderlo de nuevo, ya estaban las cosas suficientemente extrañas para continuar cagándola.

De verdad debo parar”. - Y no solo de mis actos, también de pensar y sentir esas cosas. Mangel es mi mejor amigo, jamás pasará nada. N-U-N-C-A. Si yo lo sabía, ¿entonces por qué mi cuerpo y mis emociones actuaban en contra de mis pensamientos?.

El corazón no sigue a la mente”.- Mi madre me había repetido esa frase mil y una vez. Cada vez que podía, allí estaba ella, diciendo esa estúpida frase, la cual, por cierto, tenía toda la razón del mundo,.- “Que me lo digan a mi ahora”.

-¿Rubiuh?- Mierda, que Mangel seguía allí, y yo en el mundo de las cosas rosas, unicornios y ponys. ¿Qué está pasando conmigo?. ¡Yo antes era un tipo duro!.

Ni de broma...”

-¡Rubiuh, joder!- Gritó Mangel, a lo que yo, del susto, salté de la cama y casi caígo al suelo. Coño ya, que día llevo...

-¿Qué?. ¿Qué?. ¿QUÉ?- Grité entre presa de la irritación y pánico. Que puto susto, coño.- ¿Qué quieres tío?. ¿Qué quieres?.

Me miró mal, pero se -o eso quería creer- que era una de nuestras coñas.

-¿Vas a venir, si o no?.- Joder, es verdad, que había venido a ofrecerme salir con él... bueno, con más gente. Pero es que de verdad estaba muy cansado.

-No lo s...- No me dió tiempo a hablar cuando estaba sentado a mi lado, muy, muy junto a mi.- ¿Qué... qué haces...?- La boca se me había quedado completamente seca, y es que la última vez que lo había tenido a esta distancia, nos habíamos besado. Muy-jodidamente-bien, Rubén.

Di que si, tú piensa en eso ahora, gilipollas”- ¡Que asco de día!.

-M-Mangel... ¿qué haces con tu vida?- Estaba muy nervioso, necesitaba mi espacio personal...

-Ven... por favor...- Mis ojos se abrieron, y no por lo que me estaba pidiendo, si no ¡por como me lo estaba pidiendo!. Mi rostro me quemaba y estaba seguro -tanto que sería capaz de apostar mi cabeza- que estaba tan rojo como un tomate o algo aún más rojo. Joder-Mangel-que-mierda-te-has-fumado.

-M-Mangel...- De verdad que las palabras no salía de mi boca, estaba tan agilipollado en ese momento. La verdad es que él solía bromear con estas cosas, bromas en plan gay y todo eso, pero NUNCA como esto. Nunca me había pedido nada en ese tono, ni con esa cara -que si bien, a algunas personas le podría parecer la de una francesa putita, a mi me producía cosas que ni yo mismo sabía-. Joder...- Si...- Susurré tan bajito que ni yo mismo me había escuchado.

Y, como una retorcida parte -la que tenía algo de conciencia- se esperaba, Mangel acabó estallando en carcajadas mientras mi cara era un puto poéma épico.

Mira, Mangel, me cago en tu puta vida mil veces, hijo de puta”.- Y siendo sincero conmigo mismo, estaba cabreado, con él y conmigo. ¿Cómo podía yo reaccionar así antes esas cosas, si de Mangel se trataba?. No. Eso no iba con migo. ¡¡Yo no soy una niñita con síndrome de 'tonta enamorada'!!.

-¿Entonceh vieneh, no?- Me sonrió de una forma que sólo él sabía hacer.- Bien...

Quería gritarle que saliera de mi habitación. En ese mismo momento. En cambio no dije nada, solo agaché mi cabeza -como si fuese un gato obeso avergonzado -y obeso, porque amo los gatos obesos, con su pelaje, su...- porque su amo lo ha regañado- y pregunté a qué hora habíamos quedado todos.

-¡Ohtrah, eh verdad, no le'e preguntao' la hora!.- Muy bien, Mangel. Me obligas a ir a no-se-donde, y no sabes ni la hora. Me cago en tu vida mil veces.

-Vale, muy bien, Mangel. Hoy te estás luciendo.- Y no solo por lo que él creía, si no por todo el extraño día de hoy. Desde que él amaneció en la puerta de mi cama, hasta el momento de hace unos segundos.

¿Qué tomaba este hombre que le hacía hacer todas esas mierdas?.

Por favor, quien sea que esté allí arriba, dame fuerzas para no hacer ninguna tonteria y no perder a mi mejor amigo. Por favor...”

Nuestra historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora