Capítulo 7

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“Sin duda alguna, dar una vuelta por una ciudad tan exótica, tiene que hacer que me relaje. De hecho, creo que me vendría muy bien pasar unas horas de tranquilidad y diversión. Además, es casi imposible que encuentre a Tess en una ciudad tan grande…”

Tras mucho debatir sobre que sitios podíamos visitar, decidimos pasarnos por las zonas más interesantes de Waikiki, el distrito turístico más famoso de la ciudad. Afortunadamente, no estaba muy lejos de Diamond Head y tardamos poco en llegar.

Fue una visita de lo más deliciosa. Muchas tiendas, la playa más increíble que había visto en mi vida e incluso, un centro comercial al aire libre (el Ala Moana Center). Resumido en una palabra: extraordinario. Era una lástima que no dispusiéramos de más tiempo, ya que pese a que en Hawái no eran ni las cuatro, aún teníamos que volver a casa (donde en ese momento ya eran las siete de la tarde). Es decir, tragarnos otras cinco horas de viaje y volver a casa lo antes posible. Como era evidente que íbamos a llegar bastante tarde; JJ, Kevin y yo acordamos en decir a nuestros respectivos padres que estaríamos en el cine. “Escogimos” una película que ya habíamos visto y asunto resuelto. Rápidamente, mi madre me respondió con otro mensaje, diciendo que no le parecía mal. Estaba algo sorprendida porque se tomara tan bien mi decisión de no aparecer por casa en todo el día hasta la noche, pero no le di muchas vueltas porque deseaba con toda mi alma disfrutar plenamente de la visita.

Otro aspecto destacable de la tarde fue que, gracias a JJ y a su mirada de cordero degollado, Jalen se decidió a hablarnos de su mundo. Aunque se limitó a contarnos cosas generales, resultaron ser muy interesantes.

-Cuando hice referencia a las elecciones monárquicas de mi mundo –había empezado a contarnos el joven príncipe Cálido-, hablaba del sistema político de Mysticland, evidentemente. Es similar al terrestre, excepto nosotros conservamos el aspecto de la nobleza, cosa que aquí ya no tiene tanta importancia.

“Cada veinte años, se realizan unas elecciones. Los hijos mayores de cada casta nos convertimos en los herederos y por consiguiente, los representantes de nuestras respectivas familias. Tan solo hay dos familias reales, los Cálidos Australes y los Fríos Árticos, y es obligatorio que haya al menos dos herederos por cada familia, por si hubiera complicaciones. Así pues, los futuros herederos estamos obligados a recibir una educación específica centrada en política, guerra e historia de Mysticland y relaciones con la Tierra. Después toca hacer “campaña política”, como lo diríais aquí, durante un año. Ambos herederos tenemos que mostrar nuestros conocimientos intelectuales y capacidades de combate. Así que, a modo de tradición, siempre hay un combate con espada de exhibición. Otro punto importante, es la imagen que damos a los habitantes, ya que al final ellos deciden.

“Pasado el año, se celebran las elecciones y al caer la noche, se descubre quien ha sido elegido. Curiosamente, en la actualidad no hay muchos prejuicios entre ambas castas y nadie ve mal que un Frío vote a los Cálidos ni viceversa. La gente lo que busca es poder llevar una buena vida y a fin de cuentas, da igual nuestras diferencias anatómicas.”

Mientras Jalen hablaba con calma sobre Mysticland, no podía evitar contemplar con asombro la cara de JJ. Prestaba una atención absoluta a cada cosa que salía de la boca del joven príncipe. Estaba mil veces más atenta de lo que estaba en clase y ocasionalmente, en su rostro se dibujaba una sonrisita tonta, sus ojos verdosos brillaban de una forma peculiar y cada dos por tres se recolocaba algunos mechones de pelo castaño detrás de las orejas. Tuve la impresión de que Jalen se había percatado de esos detalles, aunque no lo demostrara con claridad. Empecé a cuestionarme seriamente si JJ no estaría empezando a sentir algo por Jalen. Aunque este no me caía mal, no me parecía la persona que pudiera encajar con mi amiga. Jalen era… demasiado formal para JJ. Si bien es cierto, que Jared nunca sería el alma de las fiestas, tenía una personalidad lo suficientemente peculiar como para llamar la atención de unos pocos. Y una de esas personas había sido JJ. Yo no me creía que todos los problemas que pudieran haber tenido residieran en la diferencia de edad. Además, Jalen tampoco parecía un adolescente, así que ¿por qué JJ iba a pensar que con él las cosas podían ser diferentes? Demasiadas incógnitas, demasiadas incoherencias; debía interrogar a JJ cuanto antes para saber la verdad, pero tendría que esperar al momento adecuado y a que quisiera contármelo. Aunque… también podía contar con la inestimable ayuda de Kevin.

La Hechicera: El enigma del quinto cristal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora