Capítulo 10

632 58 2
                                    

“¿Por qué Tess iba a ayudarme? Las acusaciones que hizo contra Jalen no tienen sentido. Pero por otro lado, es cierto que desconozco los motivos que mueven a Tess para actuar de una u otra forma… ¿Y si ha dicho la verdad?”

Cuando me desperté tenía un horrible dolor de cabeza. La falta de energía me había dejado muy débil y estaba segura de que necesitaría muchas horas de sueño para recuperarme del todo.

Abrí los ojos lentamente y gracias a la tenue luz que iluminaba la estancia, descubrí que estaba tumbada en un sofá y arropada con una manta. Me destapé y me puse en pie. Justo entonces noté que estaba en el avión, pero me encontraba en una zona diferente a la que había visto antes. Había un mini bar, otros dos sofás y la puerta del baño. Aunque tenía hambre y necesitaba pasar por el baño, decidí salir de la salita y fui hacia la zona principal del avión.

Allí reinaba el mismo ambiente tranquilo. Algunos agentes parecían dormidos y otros conversaban en susurros. En el otro extremo del compartimento, encontré a Kevin, JJ y Farrow hablando (desconocía que los asientos de aquel avión se pudieran girar). Estos dos últimos tenían en sus manos un par de Tablets, pero las dejaron cuando vieron a Kevin levantarse y dirigirse hacia mí.

-¡Tara! –exclamó en voz baja.

Me envolvió con sus brazos delicadamente, como si temiera que me fuera a romper. Por ello, yo le estreché con fuerza, porque me empecé a sentir muchísimo mejor a su lado. Me besó en la frente y deshizo el abrazo para dar paso a JJ. Ella también me abrazó.

-Estaba preocupadísima por ti –dijo JJ cuando los dos volvieron a sus respectivos sitios y yo me senté en el hueco libre junto a Farrow-. Es decir, me sentía culpable porque por evitar que Tess me hiciera daño, tú terminaste desmayándote. ¡Nunca te había pasado eso!

-Ni me volverá a pasar –afirmé más convencida de lo que en realidad estaba-. Además no es culpa tuya que me haya extralimitado con mis poderes.

-Uff… ¡Qué alivio no ser responsable de ello! –bromeó JJ- No, ahora en serio: menos mal que estas bien. No te haces una idea de lo asustados que estábamos, sobretodo Kevin.

Miré al recién mencionado con dulzura. Sabía que JJ decía la verdad y con el leguaje de miradas que utilizaba con Kevin, él también lo afirmaba. Eso era lo que más lamentaba de haberlos involucrado en aquellos acontecimientos: que estuvieran preocupados por mí. Se suponía que yo podía defenderme y era la que tenía la obligación de protegerlos. Sin embargo, nunca podría evitar que existiera esa preocupación, por parte de ninguno de los tres y eso era algo bueno en el fondo.

Por lo menos no dijeron nada más sobre mi estado. Parecía que les valía con verme otra vez en pie y sonriendo. Así pues, JJ centró su atención sobre la Tablet que tenía sobre las rodillas y Kevin cerró los ojos para dormitar un poco.

Así que, solo quedaba Farrow para poder mantener alguna conversación.

-Señorita Miller, me alegra ver que se encuentra mejor -comentó él con tranquilidad-. Pero debo decir, que les advertí que no fueran tras Kyres y su hermana.

-Lo sé pero… no había tiempo –alegué en defensa nuestra-. Estaban allí y… todo sucedió muy deprisa.

Farrow dibujó un gesto en su rostro que daba a entender que me comprendía, pese a que también estaba en su completo derecho reprocharme el desacato absoluto de su orden.

-En fin… -suspiró él-. Prosiguiendo con la conversación anterior a su aparición, señorita Miller, le informaré de lo que la O.E.P ha podido averiguar gracias a la inspección de la “casa” de Kyres y Tess.

De pronto, recordé lo principal que hacía de Kyres un enemigo que teníamos que detener lo antes posible: el Cristal de Luz que se hallaba en su poder. Pensé por un momento que Farrow se refería a que lo habíamos recuperado (¡Ojalá!), pero rápidamente descarté esa suposición. Kyres no habría sido tan estúpido como para haberse dejado un objeto tan valioso en casa.

La Hechicera: El enigma del quinto cristal ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora