Capítulo 10

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Imagina una vida en que lo único que te tengas que preocupar sea en que vas a cenar por que hay demasiada comida y no puede elegir. O a donde vas a viajar y con quién. Imagina que tener una vida en que eres tan exitosa que lo has alcanzado todo y ya solo te queda disfrutar de la vida. Imaginar es hermoso por ejemplo cuando no puedo dormir me quedo en la cama acostada con los ojos cerrados. Solo imagino que tengo 15 años y que mis padres están conmigo o que soy feliz. Suelo imaginar que tengo una familia grande como cinco hijos, dos perros y un esposo que me ama.

No quiero estar sola nunca más, no quiero que me suceda algo y que solo haya tenido un hijo y se quede solo. Creo que de la culpa resucitaría para que no estuviese solo, la vida es dura y es tan difícil que muchas veces he sentido que me ahogo en el aire. No quiero que nadie que salga de mis entrañan pase lo que he pasado. La duda de Stephanie sobre su embarazo me hizo pensar en que siempre he querido eso para mí. Por otro lado Tara esta planeando su boda igual Steph y solo pienso en que así debió haber sido.

Vale actué bastante impulsiva hace un tiempo y ahora estoy recogiendo lo que sembré. No obstante tenía mis razones, no soy una santa, lo sé. Creo que si por alguna razón me muero ahora mismo pasaría la eternidad reviviendo cada uno de mis errores o vagando por el mundo. No soy un modelo para seguir para nadie, mi vida personal es un desastre y la profesional es casi perfecta. Muchos dirían que es la llamada maldición de las mujeres que decidimos ser profesionales. Lo que me parece absurdo y que solo es una excusa para esconder inseguridades machistas. Aunque no niego que estar sola en mi apartamento es lo más deprimente que he experimentado desde hace tres años. Y que anhelo dormir abrazada a alguien que me ame de verdad, creo que nadie comprende cuando necesito sentirme amada.

No quiero jugar el papel de la víctima, no quiero construir muros y alejar a las personas. Odio ser así y lucho tanto con ello, es tan difícil para mi aceptar que alguien me puede querer y que no me va a dejar en cuanto pueda. Ahora estoy en un mejor lugar emocionalmente que hace tres años atrás y odio el hecho de que Marcus nunca lo verá. Aunque creo que fui madura en el hospital y me estoy prometiendo alejarme de él. Soy mala cumpliendo promesa o reglas y Marcus peca de lo mismo. No puedo seguir pensado en estás cosas necesito estar bien, al menos eso tengo que hacerlo por mí. Es la única promesa que quiero cumplir por que la única que saldrá herida seré yo.

Me senté en la cama, busque mi bolso que lo lance en la pequeña mesa que tengo cerca de mi cama. Hace un tiempo compren pastillas para dormir, si necesito una ayuda me las tomos. Son naturales por ende no corro un gran riesgo, estoy evitando llevarme a los extremos. Tengo miedo de desarrollar alguna adicción y que eso arruine mi carrera y mi vida. Al sacar las pastillas cayó una servilleta, aquella que me entrego Timothée en la cafetería con su número. Suspire esto ya lo viví y a mi como que me encanta cometer errores dobles para asegurar que salga mal la cosa. Guardé su número y sin importarme mucho que sean las 3 de la madrugada le envié un mensaje.

"Soy Ashley la chica de la tienda de antigüedades, creo que nunca te di mi número" Envié el mensaje esperando que no fuese muy exagerado o estúpido. De inmediato mi celular sonó con una respuesta de su parte.

"Hola, pensé que no te acordabas ya de mi en fin ¿Insomnio?"

Sonreí al parecer soy tan predecible o todo el mundo conoce que no puedo dormir nunca.

" ¿Cómo lo has sabido? Casi nunca duermo sucede cuando te conviertes en médicos. Tus horas de sueños se vuelven un asco"

"Los universitarios no dormimos, lamento escuchar eso"

El Amor Te RecordaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora