El Amor Te Recordará

Capítulo 21

Regrese a Londres y se ha sentido como regresar a otra persona, una con más responsabilidades y con muchas explicaciones que dar. La casa de la suegra de Paulette es bastante acogedora, es simple, tiene forma de aquellas casas que se hacen de jengibre para la navidad. Todos tenemos un cuarto asignado, y se siente tan raro convivir con mis hermanos. De repente me pregunto cómo hubiera sido los tres creciendo juntos. Aunque lo intente es obvio que ellos se tiene más confianza, más cariño de lo que me tiene a mí, pero está bien no es su culpa. Tengo que ganarme esto y cuidarlo es lo único que debo hacer bien.

Al parece Stephanie y Tara sintieron mi presencia pues no han dejado de llamar. No quiero hablar con nadie aun necesito tiempo para procesar demasiadas cosas. Apague el celular, ni siquiera Mark ha devuelto alguna llamada. Como diría Michael es un karma, me lo merezco por mis actos, por soy una indecisa de mierda y por no dejarlo ir. La mega definición de egoísta yo la represento en esto momentos. Ahora me siento como una completa bruja, con remordimiento y con temor de pedir perdón. Se acabo, pero el daño está hecho y ahora me tortura la idea que me estén cobrando esta. Tendré que ser sincera, esperar que me perdone y perdonar, tendré que rezarle a mi karma por un poco de compasión. Aunque no la merezco, tome decisiones a la ligera y todo por sensaciones. Paulette anda con cara de enfadada y gritando en el celular Dawsey con cara de triste, mientras yo sigo en la autocompasión del momento.

― ¿Es por Ariela? ― le pregunte a Dawsey.

Este asintió.

― Bueno Paulette tiene una guerra a muerte en esa llamada, ¿Te parece si vamos por comida o tragos, quizás todo junto y me cuentas?

― Iré por abrigo― contesto Dawsey poniéndose de pie.

Tome las llaves del auto, me subí y espere por Dawsey. Él chico se ve como si estuviese a punto de llorar todo el tiempo. Al verlo me recuerda a mi después del divorcio y cada vez que intento algo. Dawsey se subió intento sonreír, pero más bien hizo una mueca. Encendí el auto y guie hasta el mejor bar que conozco para ahogar la penas. Aquel bar que ya tengo acciones y que está en cada memoria feliz o triste. Al entrar los recuerdos llegaron a mí, mi favorito es cuando baile con Marcus y cuando me embriague con Tara por primera vez. Dawsey se sentó en la barra con la cabeza bajada. Lo imite, me senté en la barra y salude a Johnny, le pedí dos tragos especiales de la casa. Le di dos palmaditas en el hombro a Dawsey y este suspiro.

― ¿Qué paso?

― Ariela es esa chica que tú siempre vas a querer porque es imposible no hacerlo, es bonita, divertida, inteligente y muchas cosas que enamoran. Cuando fuimos a bailar he intento besarme, me dijo que siempre ha pensado que puede ser feliz conmigo, pero que no quiere dañar la amistad. Estaba ebria, la lleve a su casa a la mañana siguiente iba a ser más fácil aclarar todo y... ― suspiro.

― Y no fue así ― afirme extendiéndole el trago de flama azul.

Dawsey asintió.

― A la mañana siguiente dijo que fue el alcohol y que el chico que siempre le ha gustado al final mostro interés en ella. Que debía intentarlo, que soy bueno, a veces demasiado y sabía que iba a lastimarme. Que somos mejor como amigos ¿Puedes creerlo? ― expreso triste.

Pedí otro trago para mi hermano, en este caso yo soy como Ariela que si algo es muy bueno lo vas a joder. Viviendo en una constante indecisión y siendo el ser egoísta que no puede dejar ir al otro. Por qué te necesito para sentir algo, placer o culpa y hacemos sufrir al otro. Ambas nos merecemos quedarnos solas y si ella es como yo, ese es su mayor temor.

― Ariela esta confundida y aceptando el amor que cree que merece. Solo para no dañar el que le gustaría tener. Incluso aunque te haya lastimado, ella piensa que es mejor que intentarlo y que termine peor.