[Clarke]
Dicen que no hay como los fines de semana para relajarse, en mi caso claro que estaba relajada. Hacían ya dos días de mi loco secuestro y no me podía sentir más libre y aliviada. Sentir perder a Lexa, me hizo darme cuenta que pasar el tiempo y no hacer nada es algo de lo que te puedes arrepentir por siempre, nota mental: no hacer caso cuando me digan, "Dale un poco de tiempo y espacio".
Las cosa estaban tomando su lugar, y aunque no me sentía bien del todo, por lo de Issy. No podía ocultar cuanto brillaba el sol para mí, cada que estaba junto Lexa, que desgraciadamente era más bien poco. Ella estaba de cabeza no solo en lo de los proyectos que se estaban llevando a cabo, sino también con lo de la boda de sus dos amigos... Cómo madrina Lexa tenía que estar cada rato en los arreglos, la selección del pastel, en el arreglo de las despedidas de solteros... En fin.
- ¿Deseas hoy salir a comer conmigo? Tengo que presentarte a unas personas. - Lexa entro en la oficina asustando me con su repentina aparición, yo estaba concentrada buscando unos documentos que tenía en un escritorio en la esquina y lo que tenía en la mano terminó decorando los pisos de mi oficina.
- Dios, casi me da un embolia... No me digas que quieres ser viuda sin ni siquiera casarnos. - Si, quizás exageraba un poco.
- Así que eso es una propuesta, ¿Quieres que nos casemos antes de dejarme viuda? - Lo dijo mientras quedaba justo enfrente mío.
- Bueno, el término viuda se asocia a un vínculo matrimonial ¿No? - Rodee su cintura con mis brazos. Ella dejo un casto besó en mis labios y se quedó observandome de cerca.
- Tienes razón, además para yo poder aceptarte... No sé, tendrías que pedir mi mano a mis padres, como toda mujer caballerosa.
- ¿Y quien dice que no serás tú la que me pida en matrimonio?
- ¿Por qué tendría que ser yo?
- Porque yo te pedí que fueras mi novia, así que ahora es tu turno. - lo dije casi sonriendo.
- Tu si que tienes mala memoria, que yo me acuerde, yo fui quién te lo pidió primero. - Bueno eso básicamente me hizo ganar una colleja, dada mi movimiento de cejas sugerentes. - ¡Pervertida!, sabes a qué me refiero.
- Pues, si... Pero eso no cuenta... Técnicamente yo fui quién realmente te pidió ser su novia.
- Si, pues no te hagas ilusiones... Yo no seré de las dos quién cargue con la propuesta de matrimonio.
- ¿Por qué no? Acaso ya no me amas. - lo dije haciendo pucheros y ojitos.
- ¡Clarke! Estás jugando sucio... Mejor responde a mi pregunta principal, ¿Vas a almorzar conmigo hoy?
- Ummm, depende. - Me hice la de rogar.
- ¿De que depende?
- Si me das un beso que merezca la pena. - ella sonrió.
- Usted Griffin, es una chantajista de primera categoría.
- Si no hay beso, no hay almuerzo... Decídete. - fue nada más terminar la oración, cuando sentí la proximidad de nuestros cuerpos, amoldandose el uno al otro, reconociéndose. Lexa me coloco prácticamente encima del pupitre y se metió entre mis piernas... Ok debo decir que eso se oyó muy en doble sentido y todo, pero saben a qué me refiero.
Llevo una de sus manos a mi nuca y la otra la mantuvo en mi espalda baja, poco a poco sentí como me llenaba de anticipación, es que aún ni siquiera me había besado y ya estaba respirando con dificultad... Entonces fue cuando la magia surgió, y con la magia me refiero a su lengua tomando posición cada de parte de mi boca, tomando todo, arrasando con todo a su paso, hasta con mi cordura. Nuestros labios se movieron en una sincronía perfecta, nuestras lenguas bailaban en un perfecto compás.