TREINTA DÍAS - 2

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«Ey, vos, levantate. Dale.

No me mires con esa cara que yo no tengo la culpa de que tu hija no te deje dormir. Arriba que ya es de día y hay mucho qué hacer. No, no voy a escuchar absolutamente nada de lo que me refutes y despertalo también a él que tiene que ir a bañarse porque el olor a pañal se siente desde este plano. Antes te aviso que tu mejor amiga te mandó un mensaje y seguramente en veinte la tengas tocándote el timbre de tu casa con su cría en brazos. Bueno, también llamó tu suegra pero eso no importa tanto; bien hiciste en cortarle. No, no me mires así y tampoco me bosteces con tanta libertad en la cara. Ya sé que escribí la palabra "Fin" y que de ahí no se vuelve, pero entre vos y yo (y todas las lectoras) compartimos sesenta días fabulosos y voy a confesar que un poco te extraño. Ay, borrate esa sonrisa socarrona. Que me hayas hecho malhumorar en algunos momentos no significa que no te quiera. Así que levantate de una vez, anda a lavarte los dientes, peinate un poco ese nido de carancho y anda a corroborar que Bruna siga durmiendo porque tenés que regalar algunos bonus tracks para pasar juntas −vos, yo y todas las demás− unos hermosos y divertidos diez momentos más. Nos vemos.»

La autora.