−¿Sabes qué estoy pensando? En comprarme un autito –Eugenia habla con la boca llena de papas fritas de paquete– algo chiquito, barato, porque solo somos dos...
−Está buenísimo. ¿Averiguaste en alguna concesionaria? –Lali camina a su lado con palito bombón helado en mano y a medio terminar.
−No mucho, solo estuve viendo algunos modelos que me gustaron que claramente después cuando fui a ver los precios eran los más caros, pero después me tendría que fijar. ¿Peter no conoce a nadie que trabaje en una concesionaria?
−Tendrías que preguntarle, capaz tiene algún contacto.
−También me lo podría regalar, ¿no? –sube las cejas y Lali la mira.
−¿Por qué te regalaría un auto?
−No sé, ¿porque me lo merezco?
−No me lo regaló a mí y yo me tuve que comprar el mío, menos te lo va a regalar a vos.
−No, corrección, si no te lo regaló fue porque lo rechazaste –habla con la boca llena y levanta un dedo– porque hasta donde tengo entendido te propuso comprarte uno.
−Obviamente que le dije que no. Laburo desde los dieciocho años, tengo dos piernas con las que puedo ir a una concesionaria, tengo un bolsillo del que saco mi plata y también tengo dos manos con las que puedo hacer absolutamente todo –Lali habla rápido, sin repetir y sin soplar– estar en pareja con una persona que tiene plata no significa que tenga que asentir a todos sus regalos.
−Bueno, de vez en cuando aceptar un canje no te va a sacar el poder ovárico. Igual coincido con lo que decís... ¿me das el agua? –le pide al extender una mano y Lali saca una botella de su morral de tela– ¿Al final hoy a la noche que hace?
−Tiene el evento con la empresa y va a volver tarde, así que te quedas conmigo.
−Buenísimo porque no tenía comida en la heladera y tampoco tengo ganas de hacer las compras –dice antes de tomar un sorbo largo de líquido porque aparentemente la sal de las papas fritas le secó la garganta.
–¿Sabes de qué tengo ganas? –piensa en voz alta y achina los ojos un poco por culpa del sol que los árboles de la plaza no tapa y la enceguece– de ir a comprar ropa a una feria o ir al cine. Hace mucho no vamos al cine.
−Es verdad... con decirte que la última película que vi fue la última de Toy Story.
−Sí, fuimos juntas y le robaste los pochoclos a una criatura –le recuerda.
−Ey, se adelantó en la fila y se estaba por llevar el combo que habíamos comprado nosotras. No le robé, solo le quité lo que nos correspondía.
−Lo hiciste llorar, Eugenia –y ella responde al levantar un hombro– el otro día estaba viendo en la tele los estrenos y en un cine estatal van a volver a pasar películas que ya no están en cartelera pero se viene un festival o algo así, y van a dar ésta película que trabajan éstos actores que me gustan mucho...
−¿Tom Hanks y Meryl Streep?
−No, es nacional te dije. "Destiempo"
−¿Quién es destiempo?
−"Destiempo" es la película –casi que la reta y Eugenia escupe una carcajada– podríamos ir a verla un fin de semana, ¿no? –no metía crossover la autora.
−Sí, cuando dispongas yo siempre al pie de tu cañón. Che, no traje ropa para hoy a la noche así que antes podemos pasar por casa –Lali asiente con la cabeza y con la vista concentrada en la pantalla de su celular.
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TREINTA DÍAS - 2
Fanfic¿En cuánto tiempo el amor se transforma en un para toda la vida?