Una Caricia | Negovanman Fanfic

XXII: Juntas

----------------------- Elise -----------------------

Desperté abrazada a Nat y juro que jamás me sentí tan feliz. Apenas voltee a verla ella sonrió y me dió un beso en la frente.

—Eres hermosa —dijo de la forma más dulce posible.

—Claro que no... Tú lo eres —me acomodé junto a ella.

Busqué su mano y la entrelase con la mía. Jugábamos sutilmente con nuestros dedos mientras nos mirabamos. Lo que sentía en ese momento era inexplicable.
Estaba perdidamente enamorada.

Permanecimos así un instante y ella habló de nuevo.

—Nunca creí que esto podría pasar...

—Dimelo a mí —dí un gran suspiro.

Se acercó con miedo a mis labios y me besó. Fue un beso tierno, uno del que yo no quise separarme.
Tomé su rostro entre mis manos y la besé con desesperación.

—No sabes lo bien que se siente besarte —hablé sobre sus labios.

Luego de besarnos durante algunos minutos, ella se alejó y habló.

—Elise... ¿Qué pasará ahora? —trataba de respirar.

—¿A qué te refieres?

—No pienso dejarte ir —dijo seriamente mientras me miraba a los ojos. —¿Tienes idea de cuánto te he amado en secreto, de cuántas noches soñe y deseé que pasara esto, de cuántas veces tuve que contener mis ganas de besarte? Quiero estar contigo Elise...

La besé de nuevo interrumpiendola. Las lágrimas caían de mis ojos pero no me importaba porque lloraba de felicidad. Natasha no dejaba de ser perfecta ni un solo segundo. No podía ser más feliz.

—Tambien quiero estar contigo... Demonios... Te amo Nat, ¿lo entiendes? ¡Te amo! —la abracé con fuerza.

Decidimos salir para comprar algo de cenar. Tomadas de la mano caminamos hasta encontrar un restaurante de comida italiana.
Entramos para cenar ahí y el lugar era espectacular, perfecto para una noche así.

Nat me sorprendía a cada instante, la manera en que me trataba me estaba matando, era definitivamente maravillosa.

—Así que... Sólo para aclararlo —dije con nerviosismo. —¿Somos pareja cierto?

—Así es cariño

Escuché esa última palabra y juro que me olvidé de respirar. Creí que Nat no podía llegar a ser más romántica de lo que ya era.

Pagó la cuenta después de no dejarme ni siquiera sacar la cartera y regresamos al hotel.
Antes de subir al elevador ella se despidió.

—Debo volver a mí hotel hermosa, mañana debo ir a grabar

—Noooo —me quejé. —No quiero que te vayas; no después de este día

—Lo se linda, creéme, desearía quedarme pero no creo ser capaz de...

—¿De que...?

—Ya sabes... —se acercó a mí oido. —De contenerme

Mi piel se erizó al instante. ¡Maldita sea! No dejaba de ser tan irresistible y tentadora.

—Debo descansar... —habló de nuevo y besó mi mejilla.

—Por favor. No sé si pueda dormir sin tí... Sin tus besos —me acerqué a su boca.

—Ni yo... —susurró.

Rozamos nuestros labios hasta que finalmente los unimos. Este beso fue más intenso; mostraba deseo y amor al mismo tiempo.
No podíamos ni queríamos separarnos.
Pude sentir su lengua rozar con la mía y fue cuando perdí el control; bajé mi mano por toda su espalda hasta acariciar uno de sus glúteos firmes.