Parte sin título 15

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La tan esperada luna nueva era esa noche, por lo que el caballero de acuario llevó a su mujer a la otra cabaña, esa que estaba justo en la región de los hielos eternos donde solía entrenar a sus dos discípulos antes de mudarse con Nicolás y Misha en medio del bosque. En esa ocasión Hyoga se ofreció a acompañar a su maestro para ayudarle a contener a Quione, lo cual Camus aceptó, a pesar de ser frió y orgulloso sabia muy bien que el muchacho le seria de mucha ayuda, ¿y por que no? también esta experiencia le serviría para complementar su entrenamiento, después de todo, no era común que un caballero se enfrentara a una criatura mitológica.

Al llegar a la cabaña Misha le pidió a los guerreros que la encadenaran muy bien, a lo que el mayor de los hombres asintió, a pesar de saber que esto no seria un impedimento para Quione, ya que con su nueva forma de oso tricéfalo las cadenas no eran obstáculo para salir de aquel lugar.

Debido a la ubicación tan cercana del polo norte en la que se encontraban los días parecían eternos debido a la gran cantidad de horas de luz solar en primavera-verano, sin embargo durante el invierno las noches parecían ser eternas gozando muy pocas horas de la bendición del astro rey. Para fortuna del caballero de acuario se encontraban en pleno verano, y dadas las circunstancias de la peligrosa y casi incontrolable forma de Quione, Camus consideró terminar lo antes posible con el entrenamiento de Hyoga y partir con Misha hacia Grecia, no podía imaginarse tenerla convertida en bestia por tantas horas seguidas ahora con esa forma de oso alado, solo serian unas cuantas semanas mas para poder concluir la misión.

Las horas pasaron lentas y con una enrome tensión, Camus esperó dentro de lo que era antes una de las alcobas junto a la ninfa para hacerle compañía mientras el chico ruso esperaba en la antigua estancia recostado con las manos detrás la nuca en un rincón del suelo. Cuando por fin el sol comenzaba a ocultarse Camus llamó a Hyoga para que este se pusiera en pie y juntos estar alerta para cuando Quione hiciera su aparición.

Misha continuaba sentada con la cabeza gacha mirando atentamente los grilletes que tenia en tobillos y muñecas mientras balanceaba suavemente sus pies el tintinear de las cadenas le parecía hipnótico y musical, mientras se iba haciendo cada vez mas consiente de los latidos de su corazón, sus respiraciones y el correr de su sangre por venas y arterias, internándola en un trance que desvanecía poco a poco su consciencia del mundo exterior.

-Misha...Misha...

Nuevamente la extraña sensación de "oír" una voz se fue colando por la mente de la albina.

-Quione- Esta noche cumpliremos nuestro destino... regresaré a ser libre junto al viento y la nieve una vez que su sangre coloree de rojo la nieve.

La consciencia de Misha poco a poco se fue difuminando con el alma de Quione, confundiéndose entre si, mezclándose y uniéndose para crear un solo ente, los recuerdos de miles de años pasaron por los ojos de su alma, escuchando los millares de llantos y gritos de desolación de todas y cada una de las víctimas de su maldición, todas de alguna forma habían sido un paso para acercarse a la correcta...

-Camus- ¡Hyoga! mantente justo detrás de mi

El caballero de oro alertaba a su alumno, pues nuevamente Quione estaba despertando ante ellos, primero tomando la forma de leopardo de las nieves safándose sin ningún problema de los grilletes sin siquiera la necesidad de romperlos. El animal miraba fijamente al par de guerreros enseñando ferozmente sus colmillos y tomando una posición asechante, a punto de saltar hacia cualquier lado con tal de escapar.

-Hyoga- Maestro, esta vez es un animal mas pequeño, parece que será mas sencillo que la vez pasada

-Camus- No te confíes, en muy pocas ocasiones ha usado el leopardo...ademas es capaz de cambiar de una forma a otra en cualquier momento.

La luz de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora