Parte sin título 14

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Jacob devoraba con ansiedad la cálida sopa que humeaba en su plato, era un delicioso guiso de venado con verduras, hacia tanto que no comía que prácticamente se tragaba la comida sin siquiera masticarla Misha sonreía complacida al ver que al pequeño niño le gustara su comida, mientras Hyoga y Nicolás lo miraban sorprendidos por su manera de comer. Misha le preguntó al ruso algo en lenguaje de señas para luego este se dirigiese a Jacob.

-Hyoga- Quiere saber si quieres mas sopa o si prefieres una tarta de frutos rojos que preparó

-Jacob- Esta delicioso... muchas gracias. No quisiera abusar de ustedes.

-Hyoga- ¡Oh vamos! ¡para nada!, en realidad Misha esta muy contenta de tenerte aqui, asi que no te de pena... le diré que si quieres probar la tarta.

-Nicolas- Ella esta muy feliz con tu visita Jacob, vamos come todo lo que quieras

Dijeron sonriendo el adolescente y el viejo montañés quien luego se dirigió a la albina para traducir lo que el chiquillo había dicho. La mujer de ojos rojos sonrió ampliamente y sacó de su austero horno de leña una deliciosa tarta de frutos rojos que humeaba un delicioso y dulce aroma. Ambos chicos miraban embobados el postre relamiendose los bigotes ante semejante manjar. La chica lo cortó y sirvió una rebanada para cada uno y se sentó frente a ellos con una sonrisa encantadora. Jacob probo primero la tarta y quedó maravillado ante el sabor seguido de Hyoga que también sonrió ante la reacción del niño.

-Jacob- ¡Esto esta exquisito! ¡muchisimas gracias Misha!

Hyoga tradujo el mensaje para que la ninfa pudiese comprenderlo, ella dio un par de palmaditas en la cabeza del pequeño y se dispuso alegremente a lavar los platos.

-Jacob- Nunca habia comido algo tan rico en mi vida.

-Hyoga- A mi tambien me gusta mucho, es mi favorita y tambien es la favorita del maestro

-Jacob- ¿del maestro? entonces este señor es tu maestro y no tu papá

-Hyoga- Oh no, no, Nicolás es el abuelo de Misha, la mujer de mi maestro. El no está ahora, pero pronto lo conoceras, es una gran persona

-Jacob- Entonces tu tambien eres huerfano

-Nicolas- Pero como ves somos una pequeña familia

-Jacob- Entonces tu maestro es el hombre que dobló la barra de hierro y dispara rayos y nieve con las manos...

El muchacho y el viejo dudaron un poco para contestar al niño, con los recientes hechos ya no se sabia a ciencia cierta a quien temia mas la gente si a la ninfa o al caballero dorado. Hyoga asinto con semblante serio a su invitado.

-Jacob- tu eres ese chico, el que se enfrentó al monstruo, tu también puedes hacer lo mismo que tu maestro, y Misha es el espíritu de la nieve, como la gente dice.

Ambos hombres quedaron pasmados, no sabían que responderle al pequeño.

-Nicolás- Jacob, como ves las cosas no son tal y como la gente las cuenta, Camus y Hyoga son buenas personas, y Misha... Misha no tiene la culpa de ser como es, ella es bondadosa y jamas le haría daño a alguien intencionalmente

-Jacob- Algunas personas dicen que el mostruo devoró a los aldeanos pero yo sé que no es cierto, yo vi que fue el hombre de cabello azul... tu maestro, ¿no es verdad Hyoga?.

El ruso miró hacia abajo y asintió con la cabeza con cierto dolor en el alma.

-Jacob- Mi padrastro era uno de ellos...

Nicolás y Hyoga sientieron sus almas encogerse al escuchar las palabras del niño, estaban horrizados al ver los resultados de los pasados acontecimientos tan cercanos a ellos.

La luz de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora