HIPOCRESÍA.

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CAPITULO 27


Cuando reacciono me doy cuenta que sigo en casa de Josh, no sé bien cuanto tiempo ha pasado desde que estoy aquí y me dormí en algún punto mientras nos abrazábamos en su cama. Trato de desperezarme y lo miro al pie de la ventana viendo hacia afuera, hacia ningún lugar de hecho.

—Josh...— Susurro al instante que me levanto de la cama, trato de acomodar un poco mi cabello que está hecho un lio. — ¿Estás bien?

—El solo asiente sin dejar de mirar la ventana — Sé que están por ahí afuera... en algún lugar, lo se siempre es así.

—No se bien a lo que se refiere, aunque supongo que es a los tipos esos — Tranquilo, nada malo pasará. — Me acerque más a él abrazandole por la espalda, poniendo mi mejilla en ella — No haremos nada que los enfade o moleste — Tal vez es una idiotez el tratar de no molestar a ese tipo de gente porque lo que se merece es denunciarlos y que los encierren, pero si Josh lo ha intentado sin éxito, debe ser por algo. Así que lo que nos queda por el momento es mantener las cosas calmadas.

—El se giró para quedar de frente a mí — Dime por favor que lo que me dijiste de no alejarte es verdad, necesito que me lo repitas para saber que no estoy soñando.

—¡Oh Josh! — Lo junto aún más contra mí y su aroma inunda mis fosas nasales — No me alejare de ti jamás, ¿entiendes?, te has jodido porque jamás te dejare, te amo demasiado, entonces... mal por ti. — Sonrio y el hace lo mismo. — Ahora ven — Lo tomé de la mano para llevarlo a la cama, él se sienta y yo me siento en su regazo — No sabes cómo agradezco que al fin me hayas dicho lo que te pasa era todo lo que quería, que me tuvieras confianza.

—No quería meterte en esto, pensé que sería más fácil si tú te hartabas y terminabas conmigo no pasaría nada, pero... — Hace una pausa y sonríe de lado — No pensé enamorarme de ti, no pensé enamorarme de nadie de hecho.

—Bueno, me alegro que haya sido de mi — Me acerqué a sus labios rozándolos con mi nariz. — Eres peligroso Joshua Olsen, pero amo el peligro, te amo a ti.

—El me tomó la cintura con sus manos y convierte mi cariñito en un beso apasionado, al principio me dejo llevar por sus caricias, pero me tengo que obligar a calmarme y calmarlo a el, estamos solos en su habitación sin nadie que nos diga que no esta bien lo que hacemos, que es peligroso, entonces me suelto un poco de su abrazo — ¿Qué pasa?

—Josh, yo tengo que irme a mi casa, es tarde y mi mamá ya debe haber llegado, se preocupara y no quiero que comience a ponerse mal. Además de todo también Avan.

— Sí, tienes razón, perdón no pensé en esto de la hora. — Paso una mano por su cabello y no puedo simplemente evitar mirar a su "pantalón", yo cause esa... esa reacción.

—Hu... sí, no importa, yo... — Estoy algo nerviosa así que me metí al baño a mojarme la cara. Puedo notar el color rojo en mis mejillas y aún respiro agitada. Josh me pone tan mal, Jesusito ayúdame a resistir, cuando intento salir del baño el esta detrás de mi — ¡Ay mierda! — Grito y el se ríe — ¡Josh no me asustes, así no se pinches puede!

—El me mira con los ojos entrecerrados — Eres virgen ¿no?

—¿Qué? — Es lo único que logro conseguir decir cuando siento que la cara ahora si me va a reventar de la pena — Claro que no, te dije lo que...

—Vamos, Jade — Me dice mirándome fijamente — Dimelo, no tiene nada de malo, lo eres ¿cierto?

—Miro al piso y comienzo mover mi pie derecho en circulos, mientras muerdo mi mejilla por dentro — Uh... yo... sí — Respondo en voz baja.

SOLO UN SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora