Parte 3

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El chico se quedó mirando asombrado a la chica, recordando la conversación de ayer con la mesera y cómo no se había dado cuenta de que hablaban de una mujer. 

- Asumiste que era un hombre el que había hecho la petición del trabajo, no?- preguntó ella 

- Eh... Si, es que nunca imaginé que una chica haría un examen para ver si es más fuerte que el resto!

- Y quién dijo qué ese es mi objetivo?- preguntó ella guardando el corazón en una bolsa.

La joven continua descuartizando el cadáver, en esa zona los ojos de trol son venidos a un alto precio por sus cualidades de preservación de alimentos.
El joven se quedó mirando, no muy seguro del porqué, pero no tenía nada mejor que hacer.

- Necesitas ayuda?- preguntó ya incómodo por el silencio.

- Si quieres ganar algo de dinero, saca la lengua y su hígado- le dijo ella apuntando al cadáver con su cuchillo- se venden a un buen precio en el mercado.

- Ok, gracias- contestó él mientras sacaba una daga- me llamo Mil, por si acaso.

- Mil? Qué clase de nombre es ese?

- En realidad es un apodo- respondió con vergüenza- mi nombre es horrible, no sé porque mis padres me pondrían un nombre así, da vergüenza.

Ella se rió ante su comentario y continúa con su trabajo; Mil se preguntaba si iba a decirle su nombre, pero no quería ser insistente.

- Me llamo Mayla- dijo ella después de unos minutos- y no es un apodo.

Continuaron su trabajo en silencio, sacando las partes que podrían vender. El joven se preguntaba por la chica, que clase de cazadora era, si tenía magia, incluso si conocía algún mago con poder de fuego.

- Ya terminé de sacar todo- comentó ella- quieres ir yendo al pueblo o vas a sacar algo más?

- No, ya estoy bien- contestó el limpiando su daga- además, creo que el olor del trol se me pegó a la piel. Voy a a tener que ducharme.

- Si, tu olor natural está muy camuflado.

- Sé que es una pregunta extraña, pero tu magia te permite oler a las personas?- preguntó Mil extrañado.

- No mi magia- contestó ella riendo- es mi naturaleza, como fui criada.

- Entonces, cuál es tu poder mágico?

- Tendrás que averiguarlo tú solo, niño- contestó emprendiendo el camino.
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A pesar de las preguntas, Mayla se rehusaba a revelar su magia. Daba pistas, pero parecían tan aleatorias que el joven no podía ver la conexión.

En el mercado, la joven le presentó a Mil los mejores mercaderes para vender, quienes recibieron los órganos del trol felices. Justo estaba comenzando la época de invierno e iban a necesitar preparar posiciones y remedios para los enfermos.

- Voy a entregar el corazón a los familiares de las víctimas- avisó Mayla al chico- si quieres nos podemos encontrar en el bar más tarde.

- Gracias- contestó él feliz, pero después le entró una duda- oye...por qué me estás ayudando?

- Pareces una persona amable- contestó ella con un movimiento de hombros, como si fuese algo natural- por lo general no me equivoco. También me llama la atención tu poder mágico, puedes convocar magia de tierra y aire. Es raro tener tanto poder.

Mil se quedó mirando como se alejaba Mayla, pensando en sus palabras. Tenía razón en pensar que era extraño que el tuviese tal poder mágico, quizá sus padres biológicos tenían una gran habilidad también.

En todo el camino de vuelta al hostal y mientras estaba duchándose en su habitación, no podía dejar de pensar en su capacidad mágica.
Él fue criado por una pareja en el bosque, tenían un hijo más grande al cual consideraba como su hermano mayor. Ellos le habían enseñado a ocupar la magia del aire, el agua y la tierra.
El padre, maestro como lo llamaba Mil, le había enseñado a meditar para controlar su poder; también hechizos de curación básica y a defenderse. Aunque lo último lo practicaba más con Emilio, su hermano mayor.

- Tuve una buena infancia, a pesar de no haber crecido con mis padres biológicos- comentó al aire mientras estaba sentado al borde de su cama tras ducharse- nunca los conocí, pero el maestro me dijo que ellos me querían y que lamentaban no haberme criado.... Supongo que solo puedo creerle, el nunca me ha mentido.

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