El día comenzó para algunos con la primera luz del sol, una luz que iluminó y su reflejo se admiraba en la nieve que cubría el pueblo. Para otros, comenzó incluso antes, cuando la luz de una luna menguante aun irradiaba en la tierra, en una nieve que parecía una fina capa de fantasía que se rompía con un suave sonido de cada pisada. No importaba a que hora empezaba el día, el frío del invierno entraba a los huesos de las personas y los hacía tiritar, dificultando el paso de cada pisada.
- Apúrense, tenemos que llegar a la intersección antes que amanezca- les recordó Mayla, la única persona que no sufría por el frío. Todos los demás estaban abrigados con dos chalecos y una chaqueta, una bufanda, guantes y un gorro; mientras que ella solo estaba con una chaqueta por orden de Rebecca- Espero que cuando lleguemos no se haya ido el tren.
- No todos tenemos la ventaja de ser inmunes al frío- comentó Miguel por detrás de su bufanda, de todos, él era el más abrigado: dos pares de calcetines, guantes, dos chalecos y un sweater, un abrigo enorme, un gorro y su bufanda.- Algunos preferirían estar en casa con su novia acostados en la cama durmiendo hasta el medio día.
- Tu fuiste el que aceptó esta misión inmediatamente, amigo- respondió Rebecca en un gruñido, estaba cansada y solo quería seguir durmiendo.
Siguieron caminando en silencio, tiritando del frío y obligando a sus ojos para mantenerse abiertos. Cuando ya la luz empezó a clarecerse, lograron ver la silueta de la estación de trenes; habían llegado al fin.
- Queremos 4 boletos para el tren hacia el norte, por favor- pidió Mil al cajero, un hombre mayor con una gran calva y una barba lo suficientemente larga para que cubra sus piernas estando sentado, pero era de tan inmensa estatura que parado su barba solo le llegaba al ombligo.
- Llegan justo a tiempo- les comenta el hombre al pasarle los boletos- Debido al clima solo habrá un tren hacia el norte, el de ahora. Sale en 10 minutos, así que mejor vayan al andén.
Rápidamente, caminaron al andén para subirse al tren y refugiarse del frío. Adentro, eligieron una cabina cerrada para poder descansar durante el viaje; debido a las condiciones climáticas, el tren se iba a demorar dos horas más en llegar a su destino final: la ciudad de Duhruc. Rebecca fue la primera en dormirse, apenas se sentó no volvió a abrir los ojos; Mayla se acomodó junto a ella y también volvió a dormir, solo Mil y Miguel se quedaron despiertos un tiempo más.
- Te sientes mejor, amigo?- le preguntó Mil a Miguel, quien por fin se había removido una capa de ropa.
- Muchísimo mejor- le contestó con una sonrisa. Como no tenían sueño, prefirieron ir a comprar algo de comer al carrito de comida y se quedaron jugando a las cartas en la cabina, vigilando que nadie entrara a robar o que algo le pasara a las chicas, ya que sabían que ellas tenían el sueño más pesado de todo el grupo.- Bajo mis cartas.
- Aun no entiendo bien el juego...- le dijo su amigo tomando otro sorbo de su té verde- Bajo las cartas cuando logro una escala de 6 cartas, pero debo mantener 5 en mi mano y dos son sorpresa, para lograr una escala completa?
- Nonono, Mil. Una escala completa tiene 13 cartas, verdad?- le pregunta de manera retórica Miguel- Empiezas el juego con 11 cartas en la mano y dos boca abajo, secretas, no las puedes hasta que se te acaben las cartas de la mano. Cuando logras una escala de 4 cartas, de una misma pinta, las revelas en la mesa y te quedas con 7 en la mano, de esas siete debes ir eliminando una a una en tu escala, sacando una del mazo si es necesario y cuando ya no tengas cartas en la mano, utilizas las dos misteriosas, si justo son las que te faltaban para completar tu escala, ganas de una, sino debes seguir jugando. Es una mezcla de azar y estrategia.
- Cómo conoces todos estos juegos?- le preguntó Mil bajando por fin su escala de tréboles.
- Vengo de una familia de apostadores y estafadores- le responde Miguel robando otra carta- Mi papá fue el que rompió el ciclo cuando dejó embarazada a mi mamá, no quería que su hijo creciera en ese ambiente. De todos modos crecí conociendo estos juegos de azar y engaño, pero cuando logré manejar mi habilidad decidí dedicarme a ser un cazador y tener los juegos como hobbie.
- Interesante el hobbie tuyo, eh?- le bromea Mil, sabiendo que iba a perder otra vez, pero feliz de poder pasar tiempo con un amigo.
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El Mestizo
FantasySi nunca te has preguntado de donde viene el dicho "La luna es la amante del sol", no creo que te hayas preguntado que ha sido del fruto de ese amor maldito: un niño inocente entre medio de una guerra ancestral.