La voz de Mayla se había quebrado en la ultima oración y las lágrimas caían por su rostro hasta el piso. Al sentirlas correr por sus mejillas ella cubrió su rostro entre sus rodillas, deseando que Mil no la viese llorar para que no piense que ella era débil, pero él solo la abrazó deseando por su parte saber como apagar la pena de la joven.
- Alguna vez te conté sobre como me explicaron que soy adoptado?- le preguntó Mil a Mayla, sin dejar de hacerle cariño en el pelo. Ella niega con la cabeza y se acerca con ella a su pecho para que le haga más cariño- Tenía 5 años y estaba practicando mi lectura en la biblioteca/ estudio del maestro, mi padre adoptivo. Ese lugar solía ser la sala de estar de la casa, pero cuando nací lo cambiaron de lugar. Ahora tenía una horrible alfombra roja con dorado que cubría el centro de la habitación y los muebles llenos de libros iban desde el suelo hasta el techo, pero nunca limpiaban el polvo de esas partes, o al menos mientras yo estaba presente. Bueno... un día estaba jugando a las escondidas con mi hermano y decidí esconderme en la biblioteca, y en mi inocencia de niño pensé que si me escondía debajo de la alfombra sería invisible para todos; el tema es que intente hacerlo, pero al segundo que me agaché para tocar la alfombra, el maestro llegó y me retó, explicando que nunca debía ver lo que estaba debajo. Cuando le pregunté por qué, él me explicó que se debía a que era adoptado y que habían ciertas cosas de mi pasado que no debía saber aún. Pero cómo me conoces, de todos modos intente ver que había debajo de la alfombra, sin éxito porque el maestro colocó un hechizo para evitarlo... Sé que no tiene lógica mi historia y casi nada en mi vida lo tiene, pero a lo que estoy intentando llegar, sin éxito tampoco, es que no debes dejar que tu pasado te defina. Tu eres dueña de tu propio destino y por mucho que los acontecimientos de tu vida te forman como persona, no te limitan a como debes ser, porque uno siempre va evolucionando a mejor. O a eso debes aspirar.
- Tus consejos son tan raros... pero me gusta eso de ellos- le contestó ella ya dejando de llorar. Su rostro estaba rojo y sus ojos seguían vidriosos, pero se le veía más tranquila- Gracias por siempre estar ahí cuando lo necesito, aunque nunca sepa que lo necesito.
- Siempre lo estaré- le responde Mil con un sonrisa. Él la mira a los ojos y le limpia las marcas de lagrimas que quedaron en sus mejillas, pero lo único que podía pensar era en lo hermosa que se veía y sin pensarlo siquiera, la besa en la frente con cariño. Sin embargo, al segundo de hacerlo, pensó en la horrible consecuencia que eso podría llevar, ¿que pasaba si Mayla lo golpeaba? Él ya lo había hecho y no había podido contenerse, estaba enamorado y no sabía por cuanto tiempo más podría ocultarlo.
Ella también lo estaba, pero solo se dió cuenta cuando él la besó.
ESTÁS LEYENDO
El Mestizo
FantasySi nunca te has preguntado de donde viene el dicho "La luna es la amante del sol", no creo que te hayas preguntado que ha sido del fruto de ese amor maldito: un niño inocente entre medio de una guerra ancestral.