Dos días más tarde, los jóvenes llegaron a una ciudad costera muy popular, frecuentada mayormente por turistas jóvenes que venían por las míticas aventuras de las que se rumoreaban de aquel lugar.
- Bienvenido al pueblo de Zarath- le dice Mayla al joven de castaño cabello y curiosos ojos- aquí vivo con mis amigos cuando no estamos trabajando.
- Es enorme... Creo que en los tres años desde que me fui de casa, jamás había venido a un lugar tan cosmopolita.
- Si crees que esto es enorme, te sorprenderás al ver la capital- le advirtió la muchacha mientras se escurrían de la multitud- La casa está cruzando el puente, a las orillas del río.
Siguieron caminando, eludiendo a los cientos de turistas que circulaban la calle principal. Cruzando el puente, un par de casas más allá, llegaron a una pequeña casa rosada de dos pisos, con un fuerte olor a pan saliendo de las ventanas.
- Asombroso, Rebecca está en la casa!- exclamó Mayla feliz al abrir la puerta.
Adentro, el olor a pan recién horneado era aún más intenso, causando que Mil babeara un poco, ya que no se había dado cuenta del hambre que sentía.
Mayla ya había entrado y dejado su mochila al lado de la puerta, ella había llegado a la cocina y estaba abrazando y saltando con una chica.- Cuando llegaste?!- le preguntó Mayla a su amiga, Rebecca supuso Mil, sin dejar de abrazarla- No te veía desde hacía tres meses!
- Ay, amiga, perdón!- le respondió ella también abrazandola- Con Miguel llegamos hace una semana; el trabajo duró más tiempo del que pensamos.
- Qué es esto?! No hay nada de amor para mi?!- preguntó un chico albino sin polera y musculoso, cuando entró por la puerta lateral de la cocina
- Miguel! Tanto tiempo!- respondió Mayla antes de lanzarse a sus brazos.
Mil observó la escena incómodamente, sintiéndose como una planta más de la sala. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para ver mejor a su alrededor.
Rebecca era una chica más alta que Mayla y de pelo absorbentemente negro, el cual contrastaba sus ojos azules y su piel blanca. Estaba vestida con un vestido corto de verano y manchado de harina, al igual que su cara y pelo.
La cocina era pequeña, de paredes blancas y con estantes de madera, todo decorado con flores y bien iluminado.- Chicos, les presento a Mil- dijo Mayla una vez terminada la sesión de abrazos de bienvenida- Nos conocimos en el pueblo que fui en mi misión personal. Es un mago bastante fuerte y está buscando un maestro que le enseñé sobre el fuego.
- Auch, amigo- le dijo el chico albino saludándolo- estás seguro? El profesor es un monstruo.
- Estoy absolutamente seguro- le respondió Mil con convicción- He estado buscando uno desde hace 3 años.
- Entonces vamos a presentarte- dijo Rebecca tomándolo del brazo- Pero antes debes conocer a Luke y Nili.
Llevaron a Mil al segundo piso, en la habitación de la derecha habían cuatro camas, y en una de ellas se encontraba un chico afilando una espada y en otra una chica leyendo.
- Luke, Nili- dijo Mayla para llamar su atención- les presento a Mil, es un nuevo amigo e integrante de nuestro grupo.
- Bienvenido- le respondió Luke, saludándolo. El era un chico de su misma estatura, de piel morena y calvo- Esto será tu perdición.
- Hola! Soy Nili- le dijo entusiasmadamente la chica de gran afro al saludarlo- No le hagas caso a Luke, solo está celoso porque ahora es oficialmente el más feo del grupo.
- Y después el mundo se pregunta por qué no soy amable con mi hermana...- susurró Luke volviendo a la labor de su espada.
Mil estaba intentando absorber toda la información que había recibido en los últimos 40 minutos, asociando las caras a nombres para no olvidar, pero ya desesperado por conocer a su futuro profesor.
- Mayla, no es que quiera soñar desesperado, pero cuando conoceré al mago de fuego?
- Ya lo hiciste- le respondió ella apoyandose en el umbral de la puerta- Desde el primer día incluso.
- Espera, qué?!
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El Mestizo
FantasySi nunca te has preguntado de donde viene el dicho "La luna es la amante del sol", no creo que te hayas preguntado que ha sido del fruto de ese amor maldito: un niño inocente entre medio de una guerra ancestral.