Parte 6

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Dos días más tarde, los jóvenes llegaron a una ciudad costera muy popular, frecuentada mayormente por turistas jóvenes que venían por las míticas aventuras de las que se rumoreaban de aquel lugar.

- Bienvenido al pueblo de Zarath- le dice Mayla al joven de castaño cabello y curiosos ojos- aquí vivo con mis amigos cuando no estamos trabajando.

- Es enorme... Creo que en los tres años desde que me fui de casa, jamás había venido a un lugar tan cosmopolita.

- Si crees que esto es enorme, te sorprenderás al ver la capital- le advirtió la muchacha mientras se escurrían de la multitud- La casa está cruzando el puente, a las orillas del río.

Siguieron caminando, eludiendo a los cientos de turistas que circulaban la calle principal. Cruzando el puente, un par de casas más allá, llegaron a una pequeña casa rosada de dos pisos, con un fuerte olor a pan saliendo de las ventanas.

- Asombroso, Rebecca está en la casa!- exclamó Mayla feliz al abrir la puerta.

Adentro, el olor a pan recién horneado era aún más intenso, causando que Mil babeara un poco, ya que no se había dado cuenta del hambre que sentía.
Mayla ya había entrado y dejado su mochila al lado de la puerta, ella había llegado a la cocina y estaba abrazando y saltando con una chica.

- Cuando llegaste?!- le preguntó Mayla a su amiga, Rebecca supuso Mil, sin dejar de abrazarla- No te veía desde hacía tres meses!

- Ay, amiga, perdón!- le respondió ella también abrazandola- Con Miguel llegamos hace una semana; el trabajo duró más tiempo del que pensamos.

- Qué es esto?! No hay nada de amor para mi?!- preguntó un chico albino sin polera y musculoso, cuando entró por la puerta lateral de la cocina

- Miguel! Tanto tiempo!- respondió Mayla antes de lanzarse a sus brazos.

Mil observó la escena incómodamente, sintiéndose como una planta más de la sala. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para ver mejor a su alrededor.
Rebecca era una chica más alta que Mayla y de pelo absorbentemente negro, el cual contrastaba sus ojos azules y su piel blanca. Estaba vestida con un vestido corto de verano y manchado de harina, al igual que su cara y pelo.
La cocina era pequeña, de paredes blancas y con estantes de madera, todo decorado con flores y bien iluminado.    

- Chicos, les presento a Mil- dijo Mayla una vez terminada la sesión de abrazos de bienvenida- Nos conocimos en el pueblo que fui en mi misión personal. Es un mago bastante fuerte y está buscando un maestro que le enseñé sobre el fuego.

- Auch, amigo- le dijo el chico albino saludándolo- estás seguro? El profesor es un monstruo.

- Estoy absolutamente seguro- le respondió Mil con convicción- He estado buscando uno desde hace 3 años.

- Entonces vamos a presentarte- dijo Rebecca tomándolo del brazo- Pero antes debes conocer a Luke y Nili.

Llevaron a Mil al segundo piso, en la habitación de la derecha habían cuatro camas, y en una de ellas se encontraba un chico afilando una espada y en otra una chica leyendo.

- Luke, Nili- dijo Mayla para llamar su atención- les presento a Mil, es un nuevo amigo e integrante de nuestro grupo.

- Bienvenido- le respondió Luke, saludándolo. El era un chico de su misma estatura, de piel morena y calvo- Esto será tu perdición.

- Hola! Soy Nili- le dijo entusiasmadamente la chica de gran afro al saludarlo- No le hagas caso a Luke, solo está celoso porque ahora es oficialmente el más feo del grupo.

- Y después el mundo se pregunta por qué no soy amable con mi hermana...- susurró Luke volviendo a la labor de su espada.

Mil estaba intentando absorber toda la información que había recibido en los últimos 40 minutos, asociando las caras a nombres para no olvidar, pero ya desesperado por conocer a su futuro profesor.

- Mayla, no es que quiera soñar desesperado, pero cuando conoceré al mago de fuego?

- Ya lo hiciste- le respondió ella apoyandose en el umbral de la puerta- Desde el primer día incluso.

- Espera, qué?!

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