Se pasaron casi toda la mañana mirándolas y repasando aquellos recuerdos. Después de comer, ______ aprovechó para llamar a Steve y, tras contarle lo del estúpido accidente, le pidió que fuera a su casa para recoger las fotos y contarle de paso lo que había descubierto. Steve le prometió que a eso de las cuatro pasaría por allí.
—Mis preferidas son estas dos —dijo Nana, y le mostró una fotografía en la que Luke debía de tener unos cuatro años y estaba en la playa, jugando con la arena, mientras Rupert lo miraba ensimismado; y otra en la que Luke tendría unos veinte años y los dos estaban charlando, sentados delante de la chimenea de su casa—. Se los ve tan compenetrados.
—A mí también me gustan. Las pondré en este sobre para dárselas a Steve. —______ las metió en el sobre y lo cerró con mucho cuidado.
—Asegúrate de que me las devuelva —dijo Nana a la vez que miraba el reloj—. Tengo que irme, no quiero coger el tren demasiado tarde. ¿Seguro que no te importa quedarte sola?
—En absoluto. Steve estará a punto de llegar, y no creo que Luke llegue más tarde de las seis —contestó ______—. Además, ahora sólo me duele la muñeca y un poco la cabeza. Puedo quedarme sola perfectamente.
—Lamento no poder hablar con Steve. —Nana se levantó—. Me cae bien. Es una pena que no me decidiera antes a hablar con él.
—Bueno, lo importante es que al final lo hayas hecho. —______ también se levantó para acompañarla a la puerta—. Le daré recuerdos de tu parte.
—Hazlo y dile que cuando aparezca el reportaje de Rupert, los invito a cenar, a él y a su mujer junto con vosotros dos. Me voy ya o perderé el tren. Adiós. —Le dio un beso en la mejilla—. Cuídate.
—Tú también. —______ también le dio un beso y cerró la puerta.
Apenas estuvo sola media hora, pues Steve llegó un poco antes de lo previsto.
—¿Qué te ha pasado? —le preguntó Steve al entrar.
—Ya te lo he contado por teléfono. —______ empezaba a estar harta de explicar la historia del atropello—. No es tan grave como parece. Estoy bien.
—Bueno, me alegro. ¿Nana ya se ha ido?
—Sí, tenía que coger el tren, pero me ha pedido que te diga que cuando publiques el reportaje, os invita a ti y a tu mujer a cenar con nosotros tres para celebrarlo.
—Claro que sí —respondió Steve sin dudarlo—. ¿Se lo habéis contado ya a Luke? —preguntó él sentándose en el sofá.
—No. Le daremos una sorpresa.
—¿Y supongo que tampoco le has contado que estoy al tanto del robo de los artículos?
—No —confirmó ______ un poco incómoda.
—______, creo que deberías decírselo. Si Luke se parece al tozudo de su padre no se lo va a tomar nada bien, te lo aseguro.
—Ya lo sé, pero creo que es mejor esperar a que se publique el artículo de Rupert para contárselo todo. —______ se rascó el antebrazo justo por encima del yeso; era increíble cómo le picaba.
—Como quieras. ¿Tienes las fotos que te pedí? —preguntó él cambiando así de tema. Era obvio que ella se sentía incómoda.
—Sí, están en este sobre. Los artículos no los tendré hasta el fin de semana. —Tenía que esperar a que Silvia y Sam regresaran de Escocia.
—No te preocupes, ya los he encontrado. Resulta que lo de Internet y las bases de datos realmente funciona —dijo Steve sonriendo.
—Ya, es fascinante. ¿Te apetece tomar algo? —______ tenía que mejorar sus modales como anfitriona.
—No, no te preocupes. —Steve se recostó en el sofá—. Creo que he averiguado algo en relación con el robo de los artículos.
—¿Ah, sí?
—Sí. Una de las editoras de The Scope empezó a alardear de coche nuevo justo cuando se produjo el primer robo, y desde entonces digamos que su ritmo de vida no se ajusta al sueldo que le pagamos. Además, todos los artículos han aparecido milagrosamente en su departamento.
—¿Y qué has hecho?
—De momento, nada. —Steve se pasó la mano por la cara—. Necesito alguna prueba más sólida que estas coincidencias, pero le he pedido a un informático de mi confianza que investigue el disco duro de su ordenador y su correo electrónico. Seguro que encontraremos algo.
—Ojalá. No me gusta hacer esto a espaldas de Luke. ¿Cuándo aparecerá el artículo sobre Rupert? —preguntó ______.
—Dentro de tres semanas. Tal vez podríamos ir a cenar esa misma noche, ¿qué te parece?
—Me parece genial. Así conoces mejor a Luke y le contamos todo esto.
—Perfecto. —Steve se puso de pie y, al ver que ______ iba a hacer lo mismo, se lo impidió—. No, no te levantes. Puedo salir solo. Siento tener que irme tan rápido, pero tengo mucho que hacer.
—Tranquilo —contestó ______ desde el sofá—. Supongo que Nana te llamará para confirmar lo de la cena.
—Nos vemos entonces. ¿Sabes una cosa, ______? —dijo Steve desde la puerta—. Estoy seguro de que a Rupert le habrías gustado mucho.
______ se ruborizó, y Steve cerró antes de que ella pudiera contestar.
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Nadie como tu. {Luke Hemmings}
RomanceSinopsis: ______, una joven diseñadora gráfica que vive en Barcelona, se ve forzada a redirigir su carrera profesional a causa de un accidente. Aconsejada y apoyada por su familia, ______ se traslada a Londres. Su hermano Ashton ha intercedido para...