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Luke salió más temprano del trabajo. No quería que ______ estuviera sola, y sabía que Nana tenía que coger el tren antes de las cinco. Iba andando por la calle cuando de golpe, a pocos metros del portal de su casa, se quedó petrificado. ¿Qué hacía Steve Gainsborough saliendo de su casa con un sobre en la mano? No podía creer lo que estaba viendo. Luke casi se había olvidado de lo que sintió el día en que vio a ______ y a Steve saliendo de aquel café, pero lo que estaba sintiendo en esos momentos era un millón de veces peor. No había ninguna excusa posible. No podía decir que se habían encontrado por casualidad ni que era una coincidencia. ¡Ese hombre estaba saliendo de su casa! Eso sólo podía significar que Steve y ______ se conocían, y que ella tenía algo que él realmente quería. ¿Por qué si no había ido él mismo en persona hasta allí para recoger un sobre? ¿Qué había en ese sobre? La mente de Luke llegaba a multitud de conclusiones, y ninguna era agradable. Sus pies se negaron a dar un paso más. No podía entrar en su casa y hacer como si no hubiera pasado nada, y no se veía capaz de soportar que ______ le mintiera a la cara, así que decidió dar media vuelta y regresar al trabajo.

Entró en el edificio como un autómata y se dirigió al ordenador de ______. Esa planta ya estaba vacía, todos se habían ido. Mejor. Luke no quería que nadie viera lo que estaba a punto de hacer. Encendió el ordenador, él conocía las contraseñas; un día, ______ le contó que era tan despistada para esas cosas, que utilizaba la misma para todo.

Miró los archivos y no vio nada que demostrara sus sospechas. Empezaba ya a sentirse avergonzado por haber desconfiado de ella, cuando se dio cuenta de que no había comprobado el correo electrónico. Ojalá no lo hubiera hecho.

Ojalá hubiera ido más tarde a su casa. Entró en el correo y lo vio; el último e-mail se lo había mandado a Steve, y era una especie de resumen de todos los artículos robados con sus fechas correspondientes. ¿Qué era aquello? ¿Una especie de factura? Sintió náuseas y apagó el ordenador. Tenía que salir de allí. Vomitó en plena acera. La gente que pasaba por su lado lo miraba estupefacta y una mujer incluso se le acercó para preguntarle si necesitaba ayuda. Luke estuvo a punto de echarse a reír ante tal pregunta. Se quedó recostado un rato contra el muro del edificio, intentando recuperar el aliento, y luego empezó a caminar sin rumbo. No sabía adónde ir. Para él, a diferencia de su padre, emborracharse no era una opción. ¿Ir a casa de un amigo? ¿Para qué? ¿Qué iba a decirle? ¿Que la primera mujer de la que se había enamorado intentaba hundir su revista? No le creerían, ni él mismo podía creer que eso fuera cierto. Tal vez había una explicación, pero por más vueltas que le daba al asunto no conseguía encontrar ninguna. Lo único que seguía viendo era a Steve saliendo de su casa. Y si no había ido allí a buscar los artículos, cualquier otra posibilidad era aún peor.

Eran más de las nueve, y Luke seguía sin aparecer. ______ empezaba a estar preocupada. Lo había llamado al móvil y nada, había llamado al trabajo y tampoco. ¿Dónde podía estar? Llamó a Jack, y éste le dijo que no se preocupara; seguro que se habría quedado en el despacho repasando algo y no se enteraba de que sonaba el teléfono. A ______ le dolía la cabeza. Necesitaba tumbarse, y decidió irse a la cama y esperarlo allí. Debió de dormirse, las pastillas para el dolor le daban mucho sueño, y se despertó al oír la puerta. Eran ya las once.

—¿Luke? —preguntó aún medio dormida.

—Sí, soy yo —respondió él seco, desde la entrada—. Sigue durmiendo. Tengo trabajo que hacer.

______ estaba demasiado aturdida para discutir, y volvió a dormirse en seguida.

Nadie como tu. {Luke Hemmings}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora