41. Christopher debes saberlo

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Christopher esperó afuera de la carcel a Zabdiel para pedirle posada ya que no pensaba en regresar esa noche a su casa

- Zabdiel ¿crees que podria ir a pasar la noche en tu casa?

- claro pero...¿porque no te vas a tu casa?

- es que tuve una pequeña discucion con ellos y preferiria no ir en estos momentos

- okey, entonces vamonos-cada uno se subió a su auto y llegaron al departamento, se sentaron en la sala a platicar un poco

- ¿y le llevaste la ropa a Erika?

- sí y nos agradeció mucho ya que le habian quitado hasta los zapato

- si lo note, además tenia demasiado frio asi que le di mi sudadera por eso estoy en camisa

- si y gracias a Dios ya paró de llover porque sino ahorita estariamos en el hospital contigo en emergencia por pulmonia jaja

- ni que lo digas jaja bueno y hablando de ella que vamos hacer para sacarla de ahí, no soporto verla en ese horrible lugar

- pero lo que yo digo es como se enteró la policia que estaba en tu casa y que ella era la que faltaba si todos creian que fue a salvarte

- no tengo ni la menor idea de quien pudo ser

- ¿no tienes ni una idea por lo menos?

- ¿que me estas tratando de decir?- el boricua lo miró con los ojos entrecerrados- no piensas que fue mi papá o ¿si?

- pero como va a ser tu papá si Erika me contó que lo unico que le dijeron es que ella te salvó

- si pero ¿quien más lo iba a saber? Flor no pudo haber sido porque ella quiere mucho a Erika

- Christopher lo mejor creo que seria hablar de esto mañana ya es super noche y debemos descansar para mañana hacer lo posible para que ella salga

- tienes razón, ¿no te molesta que duerma en la habitación de mi bonita?

- no, pero no esculcaras nada de sus cosas ehh jaja hasta mañana Christopher que duermas bien

- hasta mañana Zabdiel y espero lograr dormir- entró a la habitación de la castaña y de inmediato su olor llegó de manera brutal a la nariz del castaño como si ella estuviera a su lado

Se fue a su cama y se sentó en ella, se sacó los zapatos. Miro a su alrededor encontrandose con el osito que él le regalo. No pudo evitar sonreir y abrazar al oso, al acercarse más a él pudo oler el perfume de la castaña, eso es porque ella duerme abrazada a ese peluche.

Con el oso aún en brazos se levantó y comenzó a caminar por la habitación, todo de ella estaba aquí hasta sus accesorios, busco delicadamente en ellos y encontró la manilla que la habia visto puesta hace días

- estoy seguro que habia visto esta manilla antes en mi casa pero ¿donde esta?

Siguió paseandose por la habitación hasta que volvió a sentarse en la cama, en la mesita de noche estaban dos retratos uno de ella sola en la nieve, estaba sonriendo y haciendo una pose que se veia tierna; y en la otra estaban Zabdiel, Joselyn y ella en la playa, los tres se habian parado en una roca, los tres posaban y detrás de ellos se veia un hermoso paisaje.

Con cuidado dejo al oso en la cama y tomó el retrato en la que ella estaba sola. Acarició el rostro a travez del vidrio.

- ay mi amor, no se quien te delató pero te juro que cuando lo sepa lo haré pagar por meterte en esto. Y te prometo que no te dejare sola en ningun momento. Te sacaré de ese maldito lugar, no sé que tendré que hacer pero lo haré. Te amo- dio un beso al vidrio en el rostro de la castaña.

Obstáculos ~Christopher Vélez~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora