Desde el instante en que lo vi, quedé cautivada. Mi mundo giraba en torno a él, una dependencia irrefutable. Me hirió profundamente, pero de esa herida surgí fortalecida. Él me destrozó, pero al hacerlo me hizo mas fuerte.
Al principio, fue mi cond...
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Estoy a segundo de llevar esto a otro nivel, cuando escucho el seguro de la puerta siendo quitado.
Nathan entra a apartamento y se para en seco. Eisel está de espalda y él no puede ver su rostro.
—¿Qué mierda es esto Axel? Te juro por Dios que si haz traído a una puta al apartamento te joderé a golpes. Mierda, no puedes estar haciéndole esto a Sunsun. — Nathan me mira con furia.
Niego con la cabeza pero la irá no deja que vea bien el panorama. Joder, Eisel está con la cabeza en mi hombro.
—No es lo que estas pensando, hombre.—Digo tapando con mi sudadera Eisel. Esta se pega más a mi.
—¿Qué no es lo que creo que estoy pensando o mejor dicho viendo?. Tú tienes a una mujer en tus piernas y ella está de cintura para arriba desnuda. Y no es lo que creo que es.— grita con furia, mientras me mira con decepción en sus ojos.
Mierda. Mierda. Si se que esto se ve feo, pero si solo me dejará explicarle.
—Puedes darme algo de privacidad, por favor.— Nathan niega con la cabeza. Sus puños están apretados a los lados.
—No haz que esa puta se baje de encima de ti y se vaya como la mierda de aquí o lo haré yo. Y agradece que no estoy haciendo precisamente eso.—Ruge.
Eisel que ha estado en silencio escuchando todo empieza a moverse. Siento su cuerpo sacudirse y joder que no esté llorando.
Me da un beso en el cuello y me mira muerta de la risa. ¿Qué, no está llorando? Su cuerpo se está sacudiendo porque se está riendo.
—Yo me encargo, sí.— Me dice Eisel mientras se baja lentamente de mí, toma mi camisa prestada y se la pone encima para cubrir su desnudez, yo hago un puchero por privarme de sus hermosos pechos, ella da cuenta y me guiña un ojos. Se pone frente a frente a un Nathan cabreado como el infierno.—¡Hola, Nathan!
No sé cuál de los dos está más en shock si Nathan o yo. Nathan tiene la cara como un completo idiota.
—Eres tú... Tú... Sunsun... Yo... Yo lo siento.—Nathan se rasca la cabeza. Y está más rojo que un tómate, se puede ver qué está profundamente avergonzado.— Si hubiese sabido que era tú, yo no habría dicho todo eso. Mierda.
— Oye, cálmate, si, mira no ves que no estoy molesta al contrario estoy sumamente feliz porque actuaste pensado en que Axel tenía a una chica que no fuera yo. Me estabas defendiendo. Y eso es jodidamente grandioso.
Eisel, maldiciendo. En otro tiempos atrás si hubiéramos sido nosotros diciendo algo así, ella nos habría regañado. Pero ahora es totalmente otra Eisel, más fuerte que antes.
