Tal vez si Noreen no me hubiera confirmado que el hombre parado en medio de la sala era papá no lo habría podido reconocer. Estaba muy cambiado y mi hermana me lo había advertido camino a casa. La última vez que lo vi, hace aproximadamente mes y medio, su cabello estaba espolvoreado con unas cuantas canas. Ahora lucía más oscuro, como si hubiera sido teñido recientemente. También se había dejado crecer la barba y el bigote.
“Usas anteojos”, comenté cuando me separé de su abrazo. Alcé la mano y pasé los dedos por el contorno de su nuevo accesorio.
"Bueno”, soltó una pequeña risa. “Al principio me negaba, pero me convencieron”. Una fuerte carcajada se escuchó de fondo. Mamá estaba con los brazos cruzados en el pecho mientras continuaba burlándose.
“También debió ser idea de tu brillante novia, ¿no es así? Solo mírate. Te ves ridículo con esa ropa y el cabello teñido”. Su pecho subía y bajaba pesadamente al ritmo de sus venenosas palabras. Su mirada era dura mientras papá apretaba los labios irritado.
“Yo creo que te ves muy guapo”, dijo Noreen con una pequeña sonrisa. Los ojos de papá se suavizaron cuando la escuchó y murmuró un gracias.
“Cállate, Noreen, deja de meterte donde no te llaman. No lo defendieras tanto si supieras lo que yo, ¿o tu querido papi ya te contó por qué nos deja? ¡Me ha estado engañando!”.
“Para con esto, Lorraine”. La voz de papá sonaba como una dura advertencia mientras se acercaba a mamá. “Yo no te engañé y lo sabes. Ya estábamos separados cuando todo ocurrió”.
“¡Pues que extraño! ¡Yo no he firmado ningún papel que anule nuestro matrimonio! ¡Me engañaste con esa mujer!”. Mamá levantó una mano y con su dedo tembloroso señaló un rincón de la sala. Por primera vez desde que llegué noté a la persona vestida con blusa rosa y pantalones ajustados. Su ropa ya no estaba húmeda y las manchas de tierra eran mas tenues, como si las hubieran estado frotando.
“¡Tu eres la que se niega a hacerlo! Lo nuestro lleva tiempo sin funcionar, ¿por qué no quieres verlo?”.
“¿Y tus hijas? ¿Por qué no quieres pensar en tus hijas? ¡Estás haciéndoles daño!”. Papá dio un par de pasos hasta que estuvo frente a mamá. Sus ojos llenos compasión cuando levantó una de sus fuertes manos para acariciar la mejilla de mi madre. Cerró los ojos antes su toque y deslizó su mano sobre la de él.
“Esto no es por las niñas, es por ti, Lorraine”. Su voz era un susurro apenas audible. “Yo estaré siempre que ellas me necesiten. Soy su padre y que nos separemos no lo cambia. Pero tu, mi Lorraine, me preocupas”.
“No quiero tu lástima”. Mamá apretó los ojos con fuerza cuando su voz salió temblorosa y baja.
“Basta, Lorraine”, la regañó con suavidad. “Fuiste el amor de mi vida y me convertiste en padre, siempre te guardaré con cariño por eso, pero ya no te amo, y un matrimonio sin amor no funciona bien”.
“Henry, no me digas eso..”. Mamá abrió los ojos y atrapó la mano libre de papá entre las suyas. “Te prometo que cambiaré todo lo que no te guste”. Dio una breve mirada a la mujer al final de la habitación y continuó: “Si ya no te gusta el rubio cambiaré por algo más oscuro y me lo dejaré crecer, no te llamaré a diario si te molesta y aprenderé a cocinar el postre que tanto te gusta… Suflé de queso… ¿Recuerdas que lo probaste en Londres y te encantó?”. Hace rato que había perdido su batalla contra las lágrimas.
“No quiero que cambies nada de ti porque ya eres maravillosa”. Mamá sorbió los mocos y se pasó las manos por las mejillas mojadas. Su maquillaje se había corrido, pero seguía viéndose hermosa. “Quisiera que esto no fuera así, que no doliera y fueras feliz por mí…”. Los ojos le brillaban mientras la miraba. Parecía a punto de llorar. “Pero no puedo cambiar lo que siento y no debemos odiarnos por eso. No es culpa de nadie que ya no nos sintamos como antes”. Mamá apretó los labio en un miserable intento por contener un sollozo. “Mañana encontrarás a alguien que te quiera como mereces. Que esté dispuesto a dar todo por ti y que ame tus defectos…”. Acortó la poca distancia que los separaba y la envolvió en un abrazo lleno de sentimientos. Mamá recostó la cara en su pecho y cerró los ojos mientras rodeaba la cintura de papá con sus brazos temblorosos. Los sollozos comenzaron a desgarrar el corazón de mamá y lagrimas calientes y pesadas hicieron camino por las mejillas de papá.
Ahora comprendía la razón por la cual papá se negaba a que estuviéramos presentes mientras recogía sus cosas. El veía venir la avalancha que revolcaría a mamá cuando se encontrara de frente con el y su novia. Entendía porque esta última estaba con Harry hace unas horas, papá debió advertirle lo que podría ocurrir si lo acompañaba. No se equivocó y me compadecía de ella también. Debe ser duro escuchar a la esposa de tu novio decir cosas desagradables sobre ti, escucharlo decirle a otra mujer que fue el amor de su vida y que siempre la querrá.
También estaba mamá: desesperada y rogando por no decir adiós a la persona que ama. Allí estaba ella, temiendo a la soledad con el maquillaje corrido y el alma rota.
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Adelaide |HS|
Hayran Kurgu"Deja que te contemple y que te adore, Y que escuche tu voz y que te admire, Aunque al decirte adiós, con risas llore, Y al volvernos a ver llore y suspire". ▪▪▪ Portada por la increíble y talentosísima Sandra! Gracias @hrrysvoice SIN EDITAR