Somos Mejores Juntos: Joshifer © (Editando)

Capítulos Especiales 2/3

Hola a todos, para este capítulo he escogido una canción titulada "Don't Deserve You". La dejo en la multimedia, espero que os guste.

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- Narra Jen

Creo que lo mejor que he sentido en mi vida, aparte de la sensación de que una vida crece en mi interior, es el sentimiento que despierta en mí cada vez que abro los ojos y veo el rostro de Josh a mi lado, ya esté despierto o dormido, pero juro y prometo que verlo a mi lado al empezar cada día, es como ver un campo repleto de flores, de todos los tipos y colores, que dan vida a un pueblo únicamente con su apariencia y todo lo que ésta transmite.

Justo cuando estoy pensando esto, decido comenzar a actuar.

Deben de ser, más o menos, las diez de la mañana, y, a pesar de que esta noche vaya haber jaleo, ya que tenemos invitados a cenar y deberíamos organizar algunas cosas que todavía no están preparadas, yo no consigo moverme, algo me ata a quedarme. Mi mente ordena a mi cuerpo que se levante, que vaya a la cocina a hacer el desayuno, pero mi corazón me suplica que no lo haga, que no me mueva, ya que si lo hago, me separé de la persona que hace que corra sangre por mis venas, me separaré de la persona cuyos suspiros son mis respiraciones, y, si lo hago, sería un suicidio.

Me pongo de lado y le observo dormir. Es una visión tan bella, tan hermosa. Puedo apreciar cada uno de sus rasgos con más facilidad, sin que estén forzados. Sus párpados están colocados suavemente sobre sus ojos, y, al final de ellos, sus oscuras pestañas están quietas, a pesar de que suelen estar siempre en movimiento, como un diente de león en un prado sin viento. Tiene los labios entre abiertos, expulsando aire en cada respiración, y noto como mi deseo de besarle aumenta por momentos, y, aunque deseo dejarle dormir, no puedo resistirme.

Coloco mis labios sobre los suyos, y, a pesar de que no hay respuesta por su parte, no me muevo, me siento tan bien, como si estuviese en mi sitio. El calor que transmiten es incomparable con el abrigo que otorgarían un millón de chimeneas y, su textura se queda por encima de la de todas las telas del mundo. De repente, noto una patada realizada por un diminuto piececito en mi barriga, y poso la mano sobre ella, diciéndole a mi bebé que estoy aquí, que está bien.

Automáticamente, noto una mano cubriendo la mía, y me separo de sus labios para alzar la mirada a sus ojos, que están resplandecientes, repletos de luz, a pesar de que se acaba de despertar.

—Se ha movido —le informo, con una sonrisa en los labios.

—Solo quedan unas semanas —me recuerda Josh, sonriendo más ampliamente que yo.

Le beso de nuevo y, esta vez, con mucho esfuerzo, sí que consigo levantarme. Me dirijo a mi armario, donde cojo unos pantalones blancos y una camisa de lunares negros y blancos. Sinceramente, si algún día me hago diseñadora de ropa, reformaré la idea que ahora se tiene de cómo debe de ser la ropa premamá.

Cuando ya me he vestido, me voy a la cocina, donde Josh ya está cocinando el desayuno. Lleva puesto el delantal que le compró Connor cuando supo que su hermano iba a ser padre, es de color verde pistacho y pone en letras negras “BIG DAD WITH LITTLE THINGS”. Al principio, cuando se lo dio, yo no podía tomarle enserio con eso puesto, por lo que Josh le pidió a Connor que comprase uno para mí, pero con “BIG MUM WITH LITTLE THINGS”, así que, ahora cuando él lo lleva, yo me río y cuando yo lo llevo, él se ríe.

Tomo algunas cosas para el desayuno; un par de tazas, cucharas y platos, y me lo llevo a la mesa, donde espero, sentada, a Josh. Por el olor, sé que se trata de huevos fritos con bacon, aunque no debía de ser poco obvio, siempre solemos desayunar eso, excepto las veces en las que yo pido (reclamo) pizza.