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Pesadilla [11]

: : 16 años atrás : :
(2000)

Brian sabía qué día era en cuanto salió de su habitación.
La ventana que se encontraba al final del pasillo había sido tapada de forma que ningún rayo de luz podía entrar en la casa.
Con el miedo corriendo por sus venas, decide regresar a la seguridad de su habitación y encerrarse dentro.

Su espalda pronto se recarga contra la puerta, a la espera de que el juego inicie y alguien intente abrirla del otro lado.
Sin embargo, él logra contar hasta cincuenta sin que esto pase; lo cual hace que los engranes de su cerebro sigan girando hasta encontrar la única explicación viable: este año no es el único jugador.

Con desesperación, Brian se levanta y abre la puerta tan rápido como puede. Sus firmes y apresurados pasos se dirigen hacia el cuarto de su pequeña hermana sólo para encontrarla recostada sobre su cama con toda la calma del mundo.

Entonces se acercó, quería despertarla pero, ¿cómo explicarle a un ángel que debe bajar al infierno al menos un día al año?

Tragó saliva y, al escuchar fuertes pisadas subir las escaleras, decidió despertar a McKenna con dulzura, pidiéndole en susurros que le siguiera y no hiciera ruido.

La pequeña asintió y ambos caminaron hasta su armario para esconderse dentro.

-Busca algo que brille mucho -Murmura Brian, vigilando que nadie abra la puerta del cuarto mientras su hermana hace lo que le ha pedido.

-¿Esto funciona?

-Si, bien hecho.

Ruidos salen del cuarto del hermano mayor, y ellos aprovechan eso para salir de su escondite e ir escaleras abajo; no sin antes dejar aquel objeto fluorescente como distracción en el baño.

El juego de cada 30 de octubre es el siguiente:
Haner Sr. viste una máscara de payaso que se vuelve más terrorífica cada año.
Él persigue a sus hijos en completa oscuridad mientras los pequeños buscan la llave para salir de la casa.
Si su padre los encuentra, ellos pierden y afrontan un castigo.
Brian nunca ha sabido lo que sucede si llegara a conseguir aquella llave.

Sin embargo, en aquella ocasión contaría con la ayuda de su hermana. Y eso pareció ser motivación suficiente no solo para poder esconderse por completo de la imagen circense que tanto repudiaba; sino también para encontrar la única llave que les daría la libertad después de quince intentos.

Ese fue el primer Halloween en que su padre escondió la llave correcta.

El premio para Brian fue el mismo llavero que encontraron; donde había dos llaves más.
El premio para McKenna fue no tener que comprender por completo el juego que recién había ganado.

: : Enero del 2017 : :

Brian despierta de la misma pesadilla por tercera ocasión en la misma noche.
Lo más inquietante es que hacía mucho tiempo que no tenía sueños así.

Veía claramente a un viejo amigo que hizo mientras estudiaba la Universidad, pero no le traía paz como en otras ocasiones.
Ahora parecía que algo les perseguía y él en realidad no quiere saber qué es; porque tal vez ya lo sabe.