ACARAMELADOS DELEITES DE LA VIDA

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Cristina despertó en su cama con algo de pesadez y la boca seca a causa de la bebida consumida del día anterior, no había consumido la bebida en exceso por lo cual podía acordarse de lo que había pasado y al recordarlo una fenomenal, tierna y cálida sonrisa se formó en su boca.

- ¡Dioses!, ayer fue increíble-

Dijo Cristina estirando sus brazos hasta donde pudo y se levantó de su cama en brinco abrupto y comenzó observó su alrededor en busca de su pequeño cuaderno en el cual había escrito tantas cartas con el corazón hecho pedazos y ahora lo haría totalmente de una manera antagónica a la de costumbre, abrió el cajón que resguardaba celosamente el cuaderno con candado, lo tomó junto a una pluma y comenzó con su escritura.

¿Eres un cruel sueño o una acaramelada realidad?

Entre mis sueños he visto tu rostro, pero jamás de una manera tan real como ahora, tu simple presencia hace temblar mis piernas y adormecer mi racionalidad, cuando estoy contigo puedo incluso jurar que me he perdido.

Me pierdo cuando veo tus ojos y en ellos encuentro la mayor calidez de la existencia, tus ojos provocan en mí una sensación indescriptible, pero... ¡Dioses, es la mejor sensación!

Me pierdo entre tu aroma y entre tu esencia cuando simplemente te acercas, inundas mis sentidos con tu presencia y me haces desear más, siempre más de ti.

Me pierdo al primer tacto con tu piel, es como explorar un territorio excepcional cada que mis manos se desplazan entre tu ser tan cálido y perfecto.

Me pierdo entre tus palabras tan perfectamente dichas con tu perfecta y cálida voz, simplemente me pierdo en el vaivén de tus sonidos, los sonidos que emites cuando hablas, cuando ríes, cuando te agitas y respiras de una manera graciosa.

Hay muchas maneras de perderme en ti, pero ninguna es tan peligrosa y dulce como cuando te beso, mis labios sienten los tuyos y puedo probar tus labios, tu cuello, simplemente...Puedo probarte a ti y eso es lo que más me deleita, si esa manera de perderse fuera un veneno, juro que sería con el cual me gustaría envenenarme.

Sinceramente ahora lo que más deseo es ir a colgarme de tu sonrisa una vez más.

Te amo.

Al terminar de escribir lo anterior Cristina salió de su habitación para caminar directamente a la cocina, antes de llegar al lugar encontró una prenda al parecer de su hermano tirada en la sala lo cual le decía que su hermano había llegado a casa y no lo había hecho sólo, así que solo sonrió en silencio mientras ponía la prenda sobre el sillón, giro sobre sus pies y volvió a su camino original hacia la cocina y al llegar se recargo en la barra que daba una vista entera a la puerta que da al patio, así que solo la miro con un poco de melancolía y para ella mismo susurro lo siguiente:

"Y pensar que tiempo atrás solo estaba aferrada a su recuerdo y ahora... Ahora lo tengo a él"

Cristina se dispuso a preparar el desayuno y prepararse ella ya que el día anterior había acordado una cita por la tarde con aquel chico y las ansias la estaban devorando poco a poco por volver a verlo, preparo el desayuno con mucho esmero e inmediatamente corrió hasta su habitación con un trozo de pastel que había hecho de desayuno.

Al llegar a su habitación comenzó a arreglar todo lo que le parecía mal ahora, abrió las cortinas de par en par y noto todo el desorden que ella misma había causado antes, cambió las sábanas azules de su cama por unas blancas y toda su ropa la acomodo en su armario que ya no era un total desastre, tomó su teléfono y lo arrojó sobre su cama lo miró como idolatrándolo y después ella se dejó caer suavemente sobre su cama, miro el techo y esta vez su habitación tenía un aura diferente a como era antes, esa habitación estaba llena de malos recuerdos pero aun así esos malos recuerdos ya no la afectaba de la misma manera en la que la afectaba antes.

MIS SENTIMIENTOS, TUS CARTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora