¿QUIEN ERES REALMENTE?

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LIZETTE

-No Cristina, no lo hagas-

Es todo lo que puedo decir al ver a Cristina tomar la mano de Mireya, yo a ella la conozco mas simplemente de vista, jamás pensé que desbordara tal cantidad de veneno.

Miro a Cristina y ella me mira con una gran sonrisa en el rostro, esa sonrisa que te indica que no hay vuelta atrás en su decisión, una sonrisa que me hace pesar que es la ultima vez que la veré, yo se que el la quiere pero no sabia que el había contactado con Mireya o que si quiera se conocieran.

-Liz, es la única manera en la que el me dejara en paz-

-Pero Cristina, sabes perfectamente que una vez que el te tenga en su poder...-

-No te preocupes Liz, ya veré como...Se que lo voy a resolver-

Cristina vuelve su mirada a Mireya, yo simplemente no puedo decir nada, me gustaría que me hubiera llevado a mi, y mi lado lógico me dice que debió llevarse a Ángel pero no quiero que el se aparte de mi lado y Fernando...El no sabe absolutamente nada, el peor de los casos seria que se lo lleve a el.

No puedo hablar, en mi garganta hay un nudo gigante, jamás había sentido tantas ganas de llorar, estoy llorando pero parece que eso no es suficiente por que a cada segundo que pasa el nudo en mi garganta y la frustración en mi pecho aumentan, no puedo hacer nada, nadie aquí puede hacer nada.

-¡Isabel!, Por favor...Déjala en paz, ¿Cuál es tu afán con ellos?-

Dice Fernando para mi sorpresa, ¿se llama Isabel?, si así fuera... ¿el como sabe?, trato de observar sus reacciones, creo que todas mis dudas comienzan a aclararse.

-Todo es personal, pero eso tendría que contártelo tu adorado cuñado ¿no lo crees Ángel?-

Dice Mireya tomando a Cristina del brazo mientras comienza a caminar en dirección al estacionamiento, ¿Cómo pueden ellos dos dejarla ir tan tranquilos?, la superamos en fuerza y en número.

Los miro analizando si irán esta vez tras de ella, pero ninguno lo hace, ambos se limitan a ver como se marcha, pero yo no lo hare iré tras de mi amiga, ella es la que menos merece sacrificarse de esa manera, ella no a hecho nada en la vida para pagar ahora con algo así.

Miro a donde se dirigen y comienzo a correr, en cuanto me acerco mas los chicos ellos me detienen.

-¡Déjenme!, ¿acaso no ven?, se están llevando a Cristina, tu eres el que mas preocupado debería estar Ángel, ¡es tu maldita hermana!-

Digo tratando de no ahogarme entre lagrimas y berridos, lo miro y el solo cierra los ojos con dolor, luego miro a Fernando, el solo esta viendo al horizonte.

-Tranquila Liz, yo la conozco, el día de hoy no va a ir directamente a donde tenga que ir, primero va a llegar a cualquier hotel de paso, yo conozco tres que quedan en todo el camino, pero conociendo sus gustos, los lugares donde puede llegar se reducen a uno así que tranquila, hoy mismo sacamos a Cristina de su poder-

Eso en cierta parte me tranquiliza, mas no del todo, veo a Ángel quien asiente.

-Es cierto, ella no puede llegar muy lejos, jamás conduce de noche y de aquí a allá son por lo menos cuatro horas de camino, lo que reduce a que el hotel en el que se va a quedar es en el que queda como a dos horas y media de aquí-

Dice Ángel tratando de recobrar su tranquilidad, aun no se como pudo haber tenido a alguien así en su vida, se supondría que hoy seria un lindo y agradable día y que solo estaríamos Ángel y yo...

Trato de recuperar mi postura pero Ángel no me lo permite, inmediatamente cuando me seco las lagrimas Ángel me abraza, eso me hace llorar mas.

Yo tengo la culpa de todo, tengo la culpa por la crisis por la que paso Cristina y aun mas por el que se la llevaran ahora, me hace sentir que soy tan pésima amiga que simplemente me hace llorar mas, no puedo, no puedo con tanto sobre mis hombros, simplemente me gustaría rendirme y despertar sin culpa alguna, despertar siendo libre de lo que hice, pero supongo que es...El pasado cobrando peaje...

MIS SENTIMIENTOS, TUS CARTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora