Capítulo XVII

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(Kelly en multimedia)


❇️❇️❇️

—¿Kelly? —Abro los ojos y junto las cejas por la sorpresa. Mi amiga esboza una sonrisa de boca cerrada en respuesta.

—¿Ustedes se conocen? —cuestiona Dustin, quizás con la misma expresión de desconcierto que yo.

—Sí, somos compañeras en la universidad —informo hundiendo los hombros ligeramente como si fuera algo de lo más común.

—Rayos, nunca pensé que iba encontrarte aquí. Así que tú eres la chica nueva que le ayuda a mi primito, ¿eh?

Me levanto de la silla por inercia, y, con una mezcla de expectación y confusión adherida a nuestros rostros, nos acercamos para abrazarnos y besar la mejilla de la otra, como se nos ha hecho costumbre desde que empezamos a trabajar en grupo.

—Efectivamente, amiga. —Esbozo una sonrisa que aligera la tensión que me acompañaba minutos antes. Sí, cuando mandé a Steve a... Bueno, ustedes ya saben—. Esto sí es extraño. Nunca te hubiera asociado con Dustin, son tan diferentes. 

Ella es castaña, de estatura media, envidiables ojos verdes y  poseedora de una piel bronceada y brillante. Mientras que Dustin es rubio, de ojos azules cautivantes y tez blanca. No tienen nada en común, excepto por la nariz recta y puntiaguda; es idéntica. Y lo único que los asemeja en sus rasgos.

—Lo sé, lo sé, Rose. Es que a mi pobre primito desafortunadamente no se le concedió la belleza que yo poseo. El pobre salió tan... ¿Cómo decirlo? ¿Feo? —bromea antes de explotar en una estruendosa carcajada. Camina hacia Dustin y le pellizca la mejilla. Él luce tan enojado que hasta creo ver ráfagas de humo saliendo de sus orejas. Sus brazos están cruzados, su mandíbula tensa y sus ojos entrecerrados envían una señal de advertencia hacia su prima.

—¡Kelly! Es suficiente —ladra, aparta su mano de un tirón y le advierte en tono irritado—: Vuelve a hacer otra broma de ese tipo frente a mis compañeros y le diré a mi tía que estás comportándote como una cría de nuevo.

Imita su cruce de brazos y se aproxima más a ella hasta que sus narices se rozan.

—Mira quién habla, el chicuelo llorón que acostumbraba acusarme con mi madre. Quien al parecer, no se ha desecho de tan desagradable costumbre.

Dustin pone los ojos en blanco y cierra las manos en puño sin articular una sílaba.

Lo veo elevar una mano hacia su cabeza. Por un segundo pienso que tirará de la mata de cabello de Kelly. Pero en su lugar toma una bocanada de aire, retrocede dos pasos y se masajea las sienes con ambas manos.

Kelly enarca una ceja, mostrándose victoriosa y altanera con su barbilla alzada y una sonrisa socarrona trazada en sus labios.

—Sabía que no te atreverías. ¿Sabes porqué? —Ella enarca una ceja con notable suficiencia. Él rueda los ojos mientras cruza los brazos por enésima vez—. Porque estás temblando del miedo y no puedes contra mí.

—No me digas —ironiza el aludido antes de reír sin miramientos.

Reprimo una carcajada para no incrementar el enojo que se apoderado de la castaña tras la reacción de su primo.

Un instante después, observo con inevitable curiosidad como Steve se planta al lado de su amigo, sitúa una mano en su hombro e inquiere con voz plana y cansada:

—¿Podemos ir a comer ahora?

Las carcajadas de Dustin se detienen de golpe. 

—¿Qué te sucedió? Pareces que has visto un fantasma —Dustin alza una ceja y frunce el entrecejo, escrutándolo inquisitivamente.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2018 ⏰

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