(22)Sueña en grande.

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Una pelirroja de edad avanzada peinada a su nieta de 8 años. Ésta sonreía mientras leía: Sueña en grande, de Elizabeth Tung.

—Abuelita, ¿qué es soñar en grande?—Cuestionó la pequeña de ojos verdes con curiosidad.

—Soñar en grande es querer lograr algo que se considere imposible. Es querer alcanzar algo que está muy alto y muy lejos.—Contestó la anciana luego de colocarle una diadema gris con pétalos dorados en la cabeza.

—¡Abuelita!—Exclamó la niña—.Yo seré una soñadora que cumplirá los sueños más grandes y lejanos.

La pelirroja la observó con admiración y ternura.

—Sí, pequeña. Serás una gran soñadora.—Indicó.

🌸

—Papá, ¿puedo comprar mis sueños?—Preguntó un niño de 6 añitos luego de salir del circo FM5Dorado.

No hijo, los sueños no se compran. Los sueños se alcanzan y logran. Pero nunca se compran.—Contestó el hombre de corbata verde y barba extensa.

—Entonces, ¿cómo alcanzó un sueño si no lo puedo comprar?—Soltó confundido.

—Si de verdad quieres alcanzar un sueño, debes luchar por él. Además debes ser positivo. Es vez de decir:"Tengo que atrapar ese sueño", deberías decir:"Ese sueño ya tiene dueño y ese dueño soy yo. Por lo tanto, ya es mío."—Indicó con una cálida sonrisa.

—La abuela dice que con Dios todo es posible. Y que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece—Comentó cuando se pararon en una heladería—.¿Por qué para Dios todo es posible? ¿Cómo nos fortalece Cristo?

—Dos de mango con chispas de chocolate—Le dice a la cajera de la heladería—.Dios es Poderoso, su Reino no tiene fin. No hay ninguna cosa por tan pequeña o grande que sea que Él no pueda lograr. Después de todo Él es nuestro Creador y Salvador. A Él y a su Hijo Amado Jesucristo le debemos todo—Se volteó hacia su hijo con los ojos achinados y dio la respuesta de la primera pregunta—.Jesús nos fortalece en todo momento, especialmente cuando luchamos contra las tinieblas. Y nos mandó a El Espíritu Santo, para que no nos perdamos en el camino y siempre sigamos cada uno de sus pasos. El Espíritu Santo es nuestro Consolador. También tenemos su Palabra escrita en la Biblia y las alabanzas para exaltar sus maravillas.—Contestó la segunda pregunta, agarró dos barquillas con mango y chispas de chocolate y le pagó a la cajera de la heladería.

—¡Ya entiendo! Papi, con Dios y su Hijo Amado Jesús, lograre todos mis sueños.—Exclamó entre saltos el pequeño de 6 añitos.

—Aprendes rápido, hijo.—Concluyó orgulloso.

❤️

Ana falló en la primera prueba de matemática y sacó un 72%. Eso la desanimo por completo, sentía que ya nada valía la pena. "¿Cómo algo que resulta sencillo para los demás me resultó difícil a mí? ¿Seré tonta?"Pensaba desesperada.

Una joven de mediana estatura se sentó a su lado, analizó el resultado de la joven y le dijo:
—Sabes... cuando termines los 5 módulos podrás tomar un bonus, el cual si lo sacas bien sustituirá el resultado de esa primera prueba. Osea no te impacientes. Recuerda que de caídas y errores se aprende.—Le sonrió.

—Y si falló en todos los módulos, al igual que en el bonus, ¿qué hago?—Comunicó mientras se mordía el labio inferior.

—Nadie es perfecto. No obstante, si practicas y te mantienes positiva, saldrás bien o incluso tendrás un excelente en todo. Después de todo para llegar alto hay que aprender a soñar en grande.

—Tengo miedo.

—Es bueno a veces tener miedo, dicen, pero yo creo que debes vencer cada uno de tus miedos y no dejar que se apoderen de ti—Agarró sus morenas manos con dulzura—.Ana, no estás sola. El Dios de la Sabiduría, paciencia y perseverancia está a tu lado; Él te ama. Pon todo en manos de Dios y Él iluminará tus pasos.

—Gracias...—Observó el ID de la joven y añadió—.Roxanne García.

37 días después

Ana terminó el bonus con nerviosismo y se mantuvo esperando con los ojos cerrados el resultado de sus 5 módulos junto con el bonus.

—Dios que sea A o B, pero no C.—Murmuró hacia Dios.

—Ana, abre los ojos y observa el fruto que ha dado tu cosecha.—Le pidió Roxanne.

Ana abrió sus ojos y observó la pantalla de la computadora con incredulidad.

—¡Oh Dios mío!—Exclamó llevándose las manos a la boca—.¡Eso es un 100!—Añadió y sus ojos se aguacharon por la felicidad.

"Gracias Señor, gracias."Pensó.

Moraleja: Sin importar lo que digan los demás o lo que pronostique el tiempo, la última palabra la tiene Dios. Así que si vas a soñar, sueña en grande. Pero que esos sueños sean conforme a la voluntad de Dios. No te dejes vencer por los deseos de la carne o la vanagloria del mundo. Se un soñador lleno del Espíritu Santo como José.

¡Dios les bendiga!
Att.Y.E.M.C

HE CALLING MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora