Una joven llamada Karina, nacida en el estatus más bajo del pueblo Toledo recogía leña en el bosque a las 8 de la mañana para una fogata en la aldea de su tío Berton. Su falda beige a tres codos bajo rodilla se mecía con los fuertes ventarrones que proporcionaba el viento en el bosque.
—Tu gracia me ha sostenido y en medio de mi dolor, tú me has restaurado. Dios de vida, Príncipe de paz; tú eres mi todo. A ti yo te exaltare, por los siglos de los siglos. Porque tú reinas en mi corazón—Entonaba con una grata sonrisa la melodía Por los siglos de los siglos—.Dios, he visto con mis ojos tus maravillas. Señor, he sentido tu Presencia envolverme a cada segundo. Dios de vida, Príncipe de paz; tú eres mi todo. A ti yo te exaltare, por los siglos de los siglos. Porque tú reinas con sabiduría.
Al terminar de recoger la leña se dirigió a la aldea de su tío Berton. Y mientras caminaba el sol paraba en ella, lo cual no le molestaba. A ella le fascinaba el sol y éste no estaba tan cerca. Después de todo su piel morena era más potente y resistía ante los rayos ultravioletas. La gente la miraba andar y se maravillaba por el tono brillante de su piel, el cual la hacía resplandecer.
En el trayecto de llegada se sorprendió por encontrar la aldea vacía, así que despojándose de la leña, fue de tierra en tierra a buscar a los aldeanos, pero solo encontró un hombre de ropas blancas y resplandecientes sentado en una roca, éste parecía estar relajado como nadie más.
—Disculpe, ¿ha visto a un hombre de extensa barba perlada y ojos dulzones pasar por aquí?—Le Preguntó Karina cuando estaba a dos metros de él.
—No—Contestó levantando su rostro—.¿Qué ha ocurrido, joven?—Sus ojos brillaban como dos intensas antorchas.Y como si de un imán se tratase, Karina se sintió arrastrada hacia él.
—Traje leña para prender una fogata en la aldea de mi tío y al llegar no había nadie en ella. Y a tres pasos fuera de ella, sólo lo he visto a usted—Contestó preocupada—.No se que sería de mí, si algo le pasara a mi gente. Espero que Dios se apiade de mí, y atienda mi preocupación.—Juntó sus dos manos.
—Creo que no tienes que preocuparte. Dios lo tiene todo resuelto. Además, no estás aquí por casualidad sino que ha Dios le ha placido darte un mensaje.
Karina lo miró confundida.Luego pegó un brinco, al captar algo.
—¿Usted es un ángel enviado por Dios?—Lanzó asombrada.
—Antes era el Ángel de Jehová, ahora soy Jesús. Aunque siempre fui Jesús.—Explicó con voz cargada de paz y amor.
—Señor—Se arrodilló ante el mencionado—.He aquí tu sierva, ¿cuál es el mensaje de Abba Padre?
—Es momento de que luches por lo que crees, porque el adversario se ha levantado para azotar a muchos de ustedes, al igual que planea meterlos a prisión de dolores para que dejen de creer en mí, y no lleven a los demás el evangelio de arrepentimiento. Así que es tiempo de que vivas sin dudar mi Palabra y sin importar que suceda, no te apartes de mi voluntad. He de informarte que muchos de ustedes están puestos para morir por causa mía, y te pido que perseveres hasta el fin, ya que yo te daré la corona de justicia con una piedrecita blanca que tendrá tu nuevo nombre. No manches más tus vestiduras y déjate envolver cada día por mi luz—Respondió con voz pasiva y autoritaria—.Hasta luego, Karina.Te amo.—Añadió y desapareció envuelto en una gran luz.
—Amén—Luego de decir eso todo se vuelve negro, y siente que la zarandean y la llaman por su nombre.
«Karina... Karina... Karina...»
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HE CALLING ME
EspiritualEste libro se basa en el llamado de Dios hacia sus hijos y sus hijas. De cómo nos ve y qué espera de nosotros/as. Mostrándonos la realidad de la vida; Enseñándonos que algunas cosas por muy pequeñas que sean, pueden bendecir o dislocar nuestro camin...