Capítulo 40: Carta para un amigo

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Pueden escuchar la canción al final, mientras leen o antes de empezar, de todas formas no es importante.
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8:22 p.m.
Ni un ruido. Se creía que Pepper finalmente se había quedado dormida, que no podía hablar por lo mucho que grito o que estaba tan ebria que ni siquiera podía levantarse para hacer ruido. Fue algo de cada cosa; a Pepper le dolía la garganta, no podía hablar mucho y estaba a punto de quedarse dormida sobre su mesa de trabajo de lo ebria que estaba. Pero aun así, siendo conscientes de que no podía ni siquiera verlos bien para golpearlos o lanzarles algo, nadie quiso volver a intentar abrir la puerta; creían que era mejor dejarla dormir.

Entonces, Jonathan llegó al teatro. Tenía una bolsa colgando del brazo, la cual contenía un poco del nuevo material que podría facilitar, en tiempo y cantidad, la producción del gas de la risa, una planta llamada "Oenanthe crocata". Estaba dispuesto a hablarle a Pepper sobre ella en cuanto pusiera un pie en ese polvoriento teatro, ya que estaba ansioso de poder usarla. Así que, caminó hacia el taller de Pepper y sus seguidores lo vieron, se interpusieron en la puerta y otros lo alejaron tomándolo de sus brazos, pero luego lo soltaron.

—No puede entrar ahora, señor Crane —advirtió un seguidor.

—¿Por qué no? —frunció el ceño.

—Pepper ordenó que la dejáramos sola —habló una chica—, nadie debe entrar.

—Naaadie —bromeó otro seguidor.

—¿Pasa algo? —preguntó Jonathan, arqueando una ceja.

—Pepper está ocupada —intervino otro—, es todo.

—¿Ah, sí? Pues esto es más importante, así que largo —espetó, y dio un paso al frente, pero los seguidores hicieron lo mismo y le apuntaron con lo que tenían a la mano: una navaja, un arma de fuego, un palo de madera y una rebanada de sandía—. ¿En serio? —Jonathan miró al sujeto con la fruta.

—Te puedo abofetear con ella —se encogió de hombros.

Déjenlo pasar —intervino Daisy, y todos voltearon.

—Ta-tal vez pueda ayudar —dijo Alexander, con cierto tono de timidez, apareciendo detrás de su pareja.

«¿Ayudar en qué?», se preguntó Crane, pero se guardó la pregunta porque pensó que sería mejor si lo veía él mismo.

Los seguidores se hicieron a un lado y Jonathan pudo pasar, pero nadie le quitó la mirada de encima; no le tenían confianza del todo. Antes de entrar, se quitó la máscara, ya que la había llevado puesta todo el día y aún no se acostumbraba al material del que estaba hecha, los seguidores de Pepper le habían conseguido un traje un poco incómodo. Al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Pepper recostada sobre sus brazos, murmurando cosas sin sentido, una sola lámpara sobre su cabeza iluminando el cuarto, lleno de objetos rotos y una canción en el fondo que provenía de una bocina —con el volumen algo bajo—; Jonathan reconoció la canción por una parte que escuchó fuera de los murmuros de Pepper, era The Night de Voltaire.

Así que entró, dejó la bolsa en el suelo, arrojó su máscara al otro lado y se acercó —sin hacer el mínimo ruido— para comprobar que no estaba dormida. Aun así, cuando se detuvo a su lado y se inclinó para mirar, Pepper se dio cuenta de que estaba ahí por el sonido de la bolsa caer y se levantó de golpe, arañándole un ojo y haciendo que la botella de whisky —ahora vacía— cayera sobre la mesa y distrajera a Pepper por un segundo, dándole la oportunidad a Jonathan de empujarla para que volviera a sentarse y ella sólo se quedó quieta, mirándolo, tratando de visualizar quién era.

—¡¿Qué fue eso?! —le gritó, pero sólo obtuvo un gruñido por respuesta, y Pepper dejó caer su cabeza hacia atrás.

Por instinto, Jonathan deslizó su mirada y se encontró con la botella de whisky, entonces se dio cuenta de todo. No podía calcular exactamente por cuánto tiempo había estado ebria, pero fue al menos media hora por los destrozos alrededor y que no había rastro de vómito aún. Y a todo esto, sus seguidores no hicieron nada por ayudarla. Jonathan frunció el ceño y bajó totalmente el volumen de la música, Pepper dio manoteos al aire intentando encontrar la bocina, pero él detuvo una de sus muñecas y la levantó de la silla; a regañadientes, se levantó. Su cabello corto cayó sobre su rostro y sus piernas se tambalearon, obligando a Jonathan a colocar uno de sus brazos débiles sobre su cuello para poder arrastrarla hasta el baño; presentía que en cualquier momento vomitaría. Justo cuando empezó a caminar hacia la puerta, notó que la mano izquierda de Pepper tenía un gran agujero y sangre deslizándose entre sus dedos, además, como Pepper no traía puesto su saco —sino que estaba sobre la silla—, notó que su blusa blanca estaba teñida de rojo en una de las mangas, pero era sangre que ya estaba seca.

ᴬ ᵁ ┇𝑺𝒎𝒊𝒍𝒆┇Jᴇʀᴏᴍᴇ VᴀʟᴇsᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora