Capítulo 41: El mensaje oculto Parte 1

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Al día siguiente, en el Departamento de Policía...
Todos iban y venían, los teléfonos no dejaban de sonar y había papeleo tirado por todos lados. Esa mañana era un desastre, y apenas estaba comenzando el día. El Detective Gordon pasó junto a los operadores —de las llamadas de emergencia— y se detuvo a centímetros de un hombre que tenía la cabeza gacha sobre el escritorio y el rostro cubierto con el dorso de su mano; al instante en que sonó un teléfono por alguna parte, el hombre tomó el suyo y empezó a hablar, aunque no había nadie del otro lado de la línea. El pánico se redujo cuando se dio cuenta de que el detective sólo estaba hablando con otro colega policía:

¿Aún nada? —preguntó él.

De hecho sí, detective.

Se paralizó.

—El señor Fox encontró algunas pistas en la grabación de Pepper de hace tres días, cuando el culto empezó a atacar. Dice que es posible que esté en el Teatro Quagmire, el abandonado.

«Oh, no», pasó por su cabeza.

Colgó su llamada falsa y empezó a marcar un número de celular con rápidez, luego escuchó los tres timbres, pero nadie contestaba y empezó a golpear su zapato contra el piso de manera frenética para ocultar su desesperación.

—Tiene sentido, ella es fanática de ese tipo de cosas —hubo una pausa—. Bien, avísale a las unidades que estén cerca de la zona que me vean ahí.

Entonces, contestaron:

Más vale que sea bueno.

Sí, señor —contestó el oficial a Gordon, y se fue.

—Jefa, tenemos un problema... —murmuró al teléfono.

¿Qué? —contestó desinteresada, aunque si la hubiera tenido en frente hubiera visto cómo se levantó de su cama y se golpeó el brazo con la pared por accidente.

—Algunas unidades van hacia allá, tiene que irse. Ahora... —dijo, con la voz baja y temblorosa.

—¡¿Oye, con quién estás hablando?!

«Gordon», pensó.

—Salga de ahí, ahora... —murmuró otra vez, y Jim lo tomó por los hombros para separarlo del teléfono—. ¡Ahora!

Dio su último grito de advertencia a Pepper y ella inmediatamente colgó para levantarse y vestirse; Jim le arrebató el teléfono para lanzarlo a un lado, luego lo ahorcó con un brazo y el sujeto rió en señal de nerviosismo, otros oficiales cerca prepararon sus armas por si acaso; y Harvey encaminó hacia Gordon para ver qué pasaba.

—¿Y ahora qué alboroto quieres hacer? —le espetó.

—Necesitamos saber quién era el receptor de esa llamada —dijo Jim, mirando el teléfono descolgado. Y después volvió su mirada al hombre que reía y fruncía el ceño—. Y tú... —lo arrastró—... tendrás una linda charla conmigo después.

El sujeto fue arrojado dentro de la pequeña celda de retención y siguió riendo en el suelo, Jim lo miró con desprecio mientras repasaba en su mente la conversación del sujeto por teléfono para tratar de llegar a algo; los demás oficiales guardaron sus armas y siguieron con lo suyo. Luego, Harvey llegó hasta él:

ᴬ ᵁ ┇𝑺𝒎𝒊𝒍𝒆┇Jᴇʀᴏᴍᴇ VᴀʟᴇsᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora